‘C’est là l’histoire de Manon Lescaut‘ (‘Esta es la historia de Manon Lescaut’), frase que pronuncia una adolescente Manon de solo 15 años, casi al comienzo de la ópera, de manera alegre y desenfadada ante un enamorado Des Grieux, y que Manon repite en un tono patético al final de la ópera, cuando muere en brazos de Des Grieux.
Acotada entre esa repetida frase, una trágica historia amorosa, con muchos avatares, encuentros y desencuentros, entre el joven e ingenuo Des Grieux y la seductora Manon, quien siempre se está balanceando entre el amor sincero y un tremendo gusto por la riqueza y la vida lujosa, que la llevarán a un triste final. La acción se desarrolla en las ciudades de Amiens, París y Le Havre, en los años 30 del siglo XVIII.
Por Diego Manuel García
La gran aportación a la ópera francesa de Jules Massenet
Jules Massenet (Saint-Étienne, 1842-París, 1912) formó, junto a Charles Gounod y Georges Bizet, el trío de grandes compositores franceses del siglo XIX. En el caso de Massenet, sus creaciones operísticas se suceden hasta el mismo año de su muerte, ya en pleno siglo XX. El estilo compositivo de Massenet se basa en melodías tiernas y fluidas. La música es siempre poética y florida. Los motivos recurrentes ocupan un lugar importante en sus óperas, ya que era un gran admirador de Wagner.
Compuso veintiséis óperas: la primera de ellas Le grand’tante (1867) y la última Cléopâtre (1912), escrita el mismo año de su muerte. Las más destacadas son Manon (1884) y Werther (1892), que se representan con bastante frecuencia desde la misma fecha de su estreno hasta la actualidad, y en menor medida Thaïs (1894). Otras óperas como Hérodiade (1881), Le Cid (1885), Esclarmonde (1889) y Don Quichotte (1910) se representan de manera más esporádica.
La génesis de Manon
En 1881, la Opéra-Comique de París encargó a Massenet la composición de una ópera y los dramaturgos Henri Meilhac y Philippe Gille fueron los responsables de elaborar el libreto, adaptando la novela L’Histoire du chevalier des Grieux et de Manon Lescaut del abate Antoine François Prévost, escrita hacia 1731, y fuertemente atacada por la censura de la época por su escandaloso contenido.
Los libretistas estructuran la ópera en cinco actos, con la inclusión de diálogos y de un ballet. Realizan diferentes cambios con respecto a la obra original. Al igual que en la novela, aparecen los personajes de Manon, Des Grieux, Lescaut (hermano de Manon en la novela, y su primo en la ópera), el Conde Des Grieux (padre del protagonista y un influyente y manipulador personaje) y los viejos y acaudalados Señor de Brétigny y Guillot de Morfontaine, siempre dispuestos a conquistar con su dinero a chicas jóvenes. En la novela figura un personaje llamado Tiberge, gran amigo, confidente, y en algunos momentos, apoyo financiero de Des Grieux, que es eliminado en la ópera, cuyos dos primeros actos siguen de cerca a la novela.
El cuadro segundo del Acto III, desarrollado en el noviciado de Saint-Sulpice en París, sigue fielmente a la novela. El Acto IV, que se desarrolla en una gran sala de juego del Hotel Transilvania, nos presenta a un débil Des Grieux, seducido por Manon y víctima de sus manejos, que es obligado a jugar a las cartas. En la novela, Des Grieux no sale tan bien parado, ya que se convierte en un tramposo jugador en connivencia con Lescaut, quien es asesinado por un acreedor. La ópera omite todo el final de la novela, que se desarrolla en América (Luisiana francesa), situando la muerte de Manon en el puerto de Le Havre, antes de ser deportada. Los libretistas dotan de gran agilidad a la acción teatral.
Massenet concluyó la partitura en el verano de 1883 y el estreno tuvo lugar en la Opéra-Comique de París el 19 de enero de 1884, teniendo una rápida difusión por todo el mundo. En España se estrenó el 29 de diciembre de 1895 en el Gran Teatre del Liceu.
Argumento
El Acto I se desarrolla en la ciudad de Amiens, donde ha llegado Manon para ser recibida por su primo, el militar Lescaut, quien será el encargado de acompañarla a un convento. En un ambiente bullicioso, Manon queda deslumbrada por las ricas vestimentas y las joyas de tres mujeres que acompañan al Señor de Brétigny y a Guillot de Morfontaine, quien incluso le hace a Manon proposiciones deshonestas. Se produce el encuentro de Manon con el joven estudiante Des Grieux y ambos se sienten fuertemente atraídos, hasta el punto de huir juntos a París.
El Acto II se desarrolla en un pequeño apartamento parisino donde mantienen su intenso idilio. Des Grieux escribe a su padre una carta pidiéndole su consentimiento para casarse con Manon. La convivencia de la pareja es interrumpida por la presencia de Lescaut junto a un disfrazado Señor de Brétigny. El primo de Manon manifiesta que ha venido para salvar el honor familiar, aunque en realidad lo que pretende es lanzar a su prima a los brazos de Brétigny, quien propone a Manon una vida de lujo y placeres si decide marcharse con él. Manon se debate entre su amor por Des Grieux y la tentadora oferta de Brétigny. Finalmente abandona al ingenuo Des Grieux.
El Acto III(Primer cuadro) se centra en el personaje de Manon y su esplendorosa vida social parisina junto a Brétigny. En el transcurso de una jornada dominical por el paseo Le Cours-la-Reine, Manon se muestra narcisista y petulante al ver la admiración que sienten por ella. Sin embargo, escucha una conversación que mantienen Brétigny y el Conde de Grieux, quien le comenta que su hijo se encuentra en el Seminario de Saint-Sulpice, donde va a abrazar la vida religiosa. Manon decide ir a Saint-Sulpice para recuperar a Des Grieux.
El Acto III(Segundo cuadro) se desarrolla en el Seminario de Saint-Sulpice. En un ambiente de paz y recogimiento, el Conde de Grieux conversa con su hijo intentando convencerle de que abandone la vida religiosa y se case con una buena mujer para formar una familia, ofreciéndole la herencia de su madre. Des Grieux se debate entre su vida religiosa actual y el recuerdo de su relación con Manon, quien aparece en esos momentos y, con su gran poder de seducción, logra que Des Grieux vuelva con ella. Reinician su vida en común con el dinero de la mencionada herencia.
El Acto IV se desarrolla en un gran salón de juego del Hotel Transilvania en París, donde acuden Manon y Des Grieux, que ya han gastado casi toda la herencia, para mantener el nivel de vida que precisa Manon, quien junto a su primo Lescaut instan a Des Grieux a jugar una partida de cartas con Guillot de Morfontaine. Aunque en principio se niega a jugar, finalmente consiente y le gana grandes sumas de dinero a Morfontaine, quien le denuncia a la policía acusándole de hacer trampas, y también a Manon como cómplice y mujer de vida licenciosa. Ambos son detenidos, pero Des Grieux es liberado por las influencias de su padre, quien también consigue que Manon sea procesada y desterrada.
El Acto V se desarrolla en el puerto de Le Havre, donde Lescaut y Des Grieux intentan sobornar a los soldados que custodian a Manon, aunque no lo consiguen. Finalmente, De Grieux logra conversar con una Manon agotada y enferma que muere en sus brazos, evocando los bellos momentos que han tenido en su tortuosa relación.
Música y vocalidad
La ópera comienza con un preludio orquestal donde pueden escucharse tres temas recurrentes: una brillante gavotta que nos introduce en el mundo dieciochesco, donde se desarrolla la acción, al que sigue, brevemente, un tema de carácter marcial, con el predominante sonido de las flautas, que enlaza con uno de los grandes temas musicales de esta ópera, siempre relacionado con el personaje De Grieux, primero con la cuerda acompañando a la voz del clarinete, y después la orquesta en pleno con unas fuertes sonoridades de intenso lirismo. De nuevo, vuelve a escucharse la música de carácter marcial que enlaza con la repetición, ya en tono camerístico, del tema de De Grieux ejecutado por el violonchelo.
En el arranque del Acto II, y en su transcurso, puede escucharse reiteradamente la combinación de un tema de carácter serio ejecutado por la cuerda grave relacionado con Des Grieux y otro ligero y lúdico, ejecutado por la cuerda aguda relacionado con Manon.
En el comienzo del Acto III (Cuadro primero) vuelve a escucharse el tema de la gavotta que introduce una multitudinaria escena, con gran protagonismo de Manon, que deriva al diálogo de carácter intimista que mantienen Manon y el Conde De Grieux, acompañados por una música suave al ritmo de otra danza dieciochesca, el minuetto. Concluyendo este primer cuadro del Acto III, Massenet homenajea al Barroco francés con la ejecución de un pequeño ballet.
El cuadro segundo, desarrollado en el Seminario de Saint-Sulpice (musicalmente el más logrado de ópera), es introducido por solemnes acordes de un órgano al que siguen, en forma de fuga, las sucesivas intervenciones de las diferentes secciones de cuerda, que enlazan con la intervención de un coro femenino y nuevamente del órgano.
El Acto IV es introducido por poderosos acordes orquestales, seguidos de una música que reproduce el inquieto y tensionado universo de una sala de juego. Magnífica la música orquestal que acompaña el gran concertante con el que finaliza este Acto IV. El tema de carácter marcial que se escucha en el preludio es retomado reiteradamente en el Acto V, pero esta vez de forma tenebrosa y lúgubre con el sonido de los fagotes.
Esta ópera requiere de cantantes con gran domino idiomático y estilístico, muy necesario en repertorio francés. Tremendas las exigencias vocales que demanda el personaje de Manon, un papel de gran lucimiento para una soprano lírica, con gran facilidad para el canto ligado, las medias voces, la emisión en piano, y las regulaciones de sonido, para ofrecer delicados pianísimos y efectos de sfumature. Asimismo, debe tener un gran dominio de la coloratura y del registro agudo con ascensiones al Do 5 y Re 5 y un alto grado de expresividad para mostrar su compleja psicología.
Interpreta hasta cinco páginas solistas: ‘Je suis encore tout étourdie’, plena de gracia al verse aturdida por el envolvente ambiente que la rodea, y el soliloquio ‘Voyons, Manon, plus de chimères’, donde se debate entre sus deseos y la realidad, ambas del Acto I; en el Acto II, el famoso recitativo-aria ‘Allons! Il faut… Adieu, notre petite table’, donde debe expresar muy variadas emociones, con un predominio del canto en piano; en el Acto III (cuadro primero), en su gran escena, donde se muestra arrogante y narcisista ‘Je marche sur tous les chemins’, con una última sección de compleja coloratura, donde, imitando una carcajada, debe emitir perfectos trinos y elevar la voz al Re5; y, al tono petulante de esa aria, sigue una más meditativa gavotta, donde Manon reflexiona sobre el fugaz paso de la juventud ‘Obéissons, quand leur voix appelle’.
Resulta emotiva su plegaria en la gran escena de Saint-Sulpice ‘Pardonnez-moi, Dieu de toute puissance!’, e interpreta un alegre arioso en el Acto IV ‘A nous les amour et les roses!’. Manon interviene en cuatro grandes dúos con Des Grieux: ‘Mademoiselle… Eh quoi… Par aventure peut-etrê… Nous vivrons à París’ del Acto I, donde se encuentran y enamoran al instante. El intenso y dramático del Acto III (Escena segunda), donde Manon seduce a Des Grieux. Y, sobre todo, el patético y bellísimo dúo final ‘Ah! Des Grieux!… O Manon!’, verdadero resumen de la relación de ambos.
El personaje de Des Grieux requiere un tenor lírico de gran expresividad, con gran dominio del canto ligado, capaz de ofrecer variados acentos y regular el sonido de forte a delicados pianísimos. Tiene dos importantes intervenciones solistas: ‘En fermant les yeux’ del Acto II, donde se muestra ingenuo, romántico y totalmente ajeno a la cruel realidad. Y en el famoso recitativo-aria del Acto III ‘Je suis seul!… Ah! fuyez, douce image’, donde debe ofrecer una exquisita y muy matizada línea de canto.
El personaje de Lescaut precisa de un barítono lírico de buenos medios vocales y expresivos, cuya personalidad se refleja perfectamente en su aria del Acto III, ‘A quoi bon l’economie’, donde muestra su regusto por el juego y las mujeres.
El personaje del Conde Des Grieux requiere un bajo de elegante y noble línea de canto en su aria ‘Épouse quelque brave fille’ y en el dúo-conversación con Manon ‘Pardon! Mais j’étais lâ de vous’, ambas intervenciones en el Acto III.
Cabe destacar el excelente cuarteto del Acto II con Manon, Des Grieux, Lescaut y Brétigny (papel para barítono), donde se gesta el monumental engaño a Des Grieux. Excelente el quinteto del Acto I, con las alegres y desenfadas intervenciones de Morfontaine (tenor lírico ligero), Brétigny y sus tres amigas: Poussette, Javotte y Rosette, interpretadas por sopranos. Ópera con muy importantes intervenciones de los coros en las grandes escenas de los Actos III y IV.
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