Reseña | Mágica y Misteriosa – Claudia Montero

La mejor versión

La mejor versión de la música “clásica” argentina tiene rostro de mujer… Claudia Montero, imagen de esa maravillosa tierra de tangos y gauchos (tan nuestra), se erige, por derecho, no solo en la compositora más interesante del país del rey Vitale, sino también en la esperanza de la música actual patria. Afincada en el reino de Valencia, Claudia Montero, junto a mi admirado Jorge Grundman, se reparten buena parte del pastel que da forma a la música consonante de hoy día. Sus conciertos para cuerdas (cuerdas con cuerdas) son una buena muestra de su enorme capacidad comunicativa; obras que, con gusto y delicadeza, se arremolinan con orden sobre los aires autóctonos de su tierra natal; y es que su música, cómo podría haber dicho el gran Discépolo: “suena profundamente argentina”. Esos aires tan bonaerenses están presentes en su último trabajo discográfico, Mágica y Misteriosa, obra que recoge dos conciertos para instrumento solista y orquesta de cuerdas. Entre la guitarra (María Isabel Siewers) y el arpa (Floraleda Sacchi) se desarrolla la historia de este trabajo; instrumentos de cuerda que Claudia tensa hasta quebrar las emocionesque se deslizan a través de sus sentidas melodías.

Luces y sombras, que así se llama su arrebatador excursus sobre la guitarra, agita con pasión los cimientos de la conducta que hace que el hombre baile al son de un único deseo, que no es otro que buscar la belleza que anida entre los agudos y los grabes de una música que suena a tensión y a calma; a llanto y a esperanza; a desconsuelo y a algazara… Mágica y Misteriosa, su tango para arpa,ahonda en esa particular expresividad que define su original escritura; melancólicos trazos (una buena imagen) que dibujan todas las posibilidades que le proporcionan instrumentos tan valientes y dinámicos como la guitarra y el arpa. Mágica y Misteriosa redescubre una vez más a una de las compositoras más interesantes del panorama musical internacional que ha hecho de la pasión un arte y de la emoción una singular forma de vida.

Por: Antonio Pardo Larrosa