Reseña | Medtener. Complete Songs Volume 4

Musicar un poema es una de las pruebas de fuego para un compositor. Estas canciones de Nikolái Medtner, un ruso perteneciente a la Edad de Plata y con raíces familiares germánicas, son un ejemplo de cómo el numen poético se hace realidad por medio de la música. En estos ciclos sobre Goethe y Heine el compositor alza el vuelo de la inspiración, un aliciente para los amantes del lied. Medtner escribió cerca de cien canciones entre 1904 y 1909. He aquí la cuarta entrega, donde hay semejanzas con Brahms, Janácek y Karlowicz.

Las doce canciones opus 15 de Goethe es la colección más rica y lograda de este disco: desde el calor ínfimo de la Serenata del caminante pasando por la musicalidad netamente concertística de Ante el tribunal, la inaudita hermosura de Unaprofunda calma gobierna las aguas hasta Cerca de la amada, cuya partitura es para enloquecer de amor. Tiene una sabia sutileza que lleva el regusto de canciones famosas que han dado la vuelta al mundo. Su audición deja siempre en el oído la estela de una belleza sobrecogedora.

Por su lado, los tres poemas opus 12 de Heine entrañan un tono reflexivo sobre la muerte; su discurso es frondoso, instigado por las inquietantes preguntas de algunos versos. La perspicacia del compositor pone en pie una paleta sonora óptima.

Ekaterina Levental y Frank Peters forman un dúo de prestaciones magníficas para el repertorio. Ella es una mezzosoprano cuyo estilo cuida la mesura de un repertorio lírico al margen de todo divismo o espectacularidad porque estas canciones exigen a menudo una singular introspección; su impecable alemán, que en las canciones de mucho texto consigue una portentosa presteza, y su inteligente línea de canto dotada de un óptimo rubato destapan hacia el final, como irresistible licor, unos agudos relucientes. Frank Peters se adentra en la genialidad de estas partituras mediante el timbre y el carácter; estos le sirven para alcanzar la razón íntima de cada canción, que Medtner encumbra con una versatilidad que nos hace pensar a veces en una sonata, un nocturno o una rapsodia.

Por Marco Antonio Molín Ruiz