Los instrumentos musicales. Música en el tiempo.
Alessandro Pierozzi.
Alianza Música. Biblioteca básica.
Madrid, 2018.
452 páginas. DVD.
Alessandro Pierozzi, filólogo, pianista y profesor de música, ha escrito un completo libro sobre los instrumentos musicales, fundamentalmente los relacionados con la orquesta sinfónica, base de la organología instrumental de la gran música de Occidente.
Es un trabajo extenso y documentado que se articula en cuatro grandes apartados. El primero de ellos recuerda los instrumentos «antiguos»: prehistóricos, de la Edad Media y del Renacimiento. A continuación, estudia los clásicos instrumentos de cuerda (violín, viola, violonchelo, contrabajo, piano, guitarra y arpa), los de viento madera (flauta travesera, oboe, clarinete, fagot y saxofón), los de viento metal (trompeta, trompa, trombón y tuba), el órgano (instrumento de viento con teclado) y la percusión, en cuyo amplio y colorista abanico se estudian los timbales y un amplio y variado conjunto de instrumentos idiófonos (claves, castañuelas, platillos, xilófono, marimba. vibráfono, celesta…) y membranófonos (caja, bombo, pandereta…).
La parte dedicada a cada instrumento explica su funcionamiento, sus características organológicas y peculiaridades, y añade importante información sobre los constructores, los compositores y las obras más atractivos de su repertorio. No olvida al autor algunos detalles «íntimos» de cada instrumento y tampoco una referencia a los cuidados que necesita.
Se añade una interesante bibliografía para cada uno de los instrumentos, un índice onomástico y un importante numero de notas explicativas no colocadas a pie de página, lo que por una parte puede resultar incómodo, pero por otra hace más concentrada la lectura. El libro no es para ser leído «de corrido», sino más como un elemento de consulta, de referencia.
Estamos pues, ante un resumen de los artilugios creados por el hombre para hacer música. En el volumen echamos de menos un índice de los instrumentos y un glosario de términos musicales para orientar a los lectores no familiarizados con nuestra terminología.
Por José Prieto Marugán
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