En los últimos años, la FSMCV ha impulsado iniciativas para fomentar la eliminación de barreras personales, como crear una categoría especial en los Premios Euterpe. Cuatro testimonios contribuyeron a la visibilización de la inclusión social en la última campaña audiovisual del colectivo por Santa Cecilia.
Cuando Álex Gascón intenta expresar qué es para él la música, acaba dándole la vuelta al argumento, para encontrarse al fin en un callejón sin salida: ‘Sin música, yo no, no…’. Deja la frase en suspenso, incapaz de exponer cómo sería una vida que no discurriera por las calles que dibuja el pentagrama. Toca la guitarra, el bajo y el piano, y también es percusionista en la Unión Musical Cultural de Estivella.
Álex es invidente y se convirtió en uno de los protagonistas de la última campaña que lanzó la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana para felicitar a todos los músicos el día de Santa Cecilia. ‘Queríamos lanzar un mensaje sobre el poder transformador de la música’, resume Daniela González, presidenta de una institución para la cual la inclusión es uno de los principios fundamentales.
‘Es una de las características que hacen únicos nuestro movimiento’, ahonda González, ‘las sociedades musicales no son únicamente bandas de música, son espacios de socialización imprescindibles en cada municipio y en las que cabe todo el mundo’.
‘Si no estuviera tocando en la banda, no tocaría en ningún otro lado’, explicaba Iván Chaquet en esa misma campaña de visibilización. Chaquet es miembro de la Societat Musical la Llosa de Ranes, donde hace años que se ocupa de la percusión. Su testimonio compartía espacio con el de María José Cutillas y Carla Ceballos, ambas pertenecientes a la Batucada Inclusiva del Ateneu Cultural Ciutat de Manises, la cual inauguró la última Asamblea General de la FSMCV, el encuentro de las más de quinientas sociedades que componen el colectivo.
La ventana de los Premios Euterpe
Esta Batucada Inclusiva inició un camino nuevo un año antes. En 2021 recibió el Premio Euterpe —máxima distinción que se otorga en el ámbito de las sociedades musicales valencianas— en la categoría de inclusión social. Ese año, los galardones comenzaron a reconocer a aquellas agrupaciones que realizan proyectos específicos para eliminar barreras sociales.
‘Queríamos poner de manifiesto la importancia que tiene la música y la gran tarea de nuestras sociedades en ese terreno’, expresa la dirigente de FSMCV, quien considera que la entidad tiene el ‘deber de fomentar los proyectos que ahondan en estos valores’. En la última edición el premio fue a parar a la Unió Musical Santa Cecília de Canals por el proyecto puesto en marcha desde su escuela de música, el cual facilita una educación inclusiva a alumnos con discapacidad visual grave, algo para lo que cuenta con la colaboración de ONCE.
‘Para mí ser parte de una unión musical es compañerismo, amistad, cohesión’, describe el mismo Álex Gascón en otro proyecto para la Federación. Por todos estos factores, la FSMCV lanzó la campaña de Santa Cecilia bajo el lema ‘Llegamos donde llega la música’, síntesis de un movimiento vertebrador e integrador desde su esencia.
En el vídeo, los cuatro protagonistas relataban qué significa para ellos pertenecer a una sociedad musical. Fue grabado en escenarios significativos para las agrupaciones: el local donde ensaya su la batucada del Ateneo de Manises, uno de los lugares que más experiencias recoge en la vida de músicas como María José y Carla; y también en la Alquería Julià-Casa de la Música, sede la FSMCV en la ciudad de València, donde se encontraron Álex e Iván.
En la hoja de ruta de la Federación figura continuar lanzando iniciativas como la de los Premios Euterpe con el fin de apoyar la tarea de aquellas agrupaciones que exploren proyectos integradores. También divulgar estos valores del modo que se consiguió con la campaña de Santa Cecilia.
‘Desde incluso antes de nacer me ponían música. Yo creo que ya estaba preconcebido. Nací por mis padres y por la música, que ha sostenido mi estado de ánimo, mis ideales’. La reflexión es, de nuevo, de Álex Gascón, una vida y un relato con una banda sonora que une a cerca de cincuenta mil intérpretes de un territorio único en el mundo.
Deja una respuesta