El coliseo malagueño acogerá la ópera de Mozart los próximos 1 y 3 de diciembre con un montaje de Ivan Stefanutti
Los días 1 y 3 de diciembre, la 35.ª Temporada Lírica del Teatro Cervantes, acoge una producción de neto acento andaluz de la ópera Le nozze di Figaro con la que se inició la afortunada colaboración de Mozart con el libretista Lorenzo da Ponte.
El barítono malagueño Carlos Álvarez compartirá bambalinas con el austriaco Markus Werba, las sevillanas Leonor Bonilla y Rocío Ignacio y la italiana Anna-Doris Capitelli.
Con un montaje de la Fondazione Teatro Nuovo Giovanni di Udine (Italia) dirigido desde el foso por el maestro gaditano Carlos Aragón y armado en la escena por el italiano Ivan Stefanutti, la Orquesta Filarmónica de Málaga y el Coro de Ópera de Málaga, se unirán bajo la batuta de María del Mar Muñoz Varo.
Sobre la puesta en escena
Ivan Stefanutti juega con la idea del laberinto en su versión de Le nozze di Figaro, una de las indagaciones más completas sobre la condición humana jamás representada sobre el escenario, una obra aparentemente ligera y banal pero con muchos recovecos.
Habitaciones convertidas en prisiones, amantes escondidos entre el mobiliario, enredos y confusiones trufan la puesta en escena de una ópera con la que Mozart superó las convenciones del género bufo. Según el propio Stefanutti, asistiremos a un cruce de pasiones en ‘una vorágine que se deshace solo en otro laberinto, verde, clásico, nocturno, con susurros entre la fronda.’
Ricardo Seguel (Don Bartolo), Leticia Rodríguez (Marcellina), Gerardo López (Don Basilio / Don Curzio), Paula Ramírez (Barbarina) y Pablo López (Antonio) completan el reparto de esta ópera bufa que describió así Johannes Brahms, como recuerda José Antonio Cantón en las notas al programa: ‘Cada fragmento de Le nozze di Figaro me sorprende: el hecho es que no consigo entender cómo se puede hacer algo tan perfecto. Ni siquiera Beethoven hubiera podido conseguirlo jamás’.
Sobre la obra
El libreto de Le nozze di Figaro está inspirado en la comedia La folle journée ou le mariage de Figaro, escrita por Pierre-Augustin Caron de Beaumarchais en 1784, una obra que contravenía las costumbres sociales del París prerrevolucionario al sugerir que los siervos tenían la inteligencia y la astucia suficientes para burlar a sus amos.
Lorenzo da Ponte comenzó con esta pieza, de la que mitigó el contenido político, aunque sin restar nada de su humor ni de su esencia, su colaboración con el compositor salzburgués, que luego continuaría con Don Giovanni y Così fan tutte para cerrar una asombrosa trilogía.
Le nozze di Figaro es considerada como una de las más refinadas creaciones de la historia de la ópera, una inmortal obra en la que confluyen la diversión y la reflexión agridulce sobre el ser humano.
Así, Mozart conforma un caleidoscópico juego de caracterización de los personajes a la vez que refleja, a través de la música, sus múltiples estados de ánimo: pasión, erotismo, abandono, nostalgia o arrepentimiento.
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