La Franz Schubert Filharmonia acoge a la directora francesa para abordar una de las obras más célebres del compositor en el centenario de su muerte
Del 15 al 17 de noviembre, la directora Laurence Equilbey dirige el Réquiem de Fauré frente a la Franz Schubert Filharmonia (FSF). Les acompañarán las voces de Núria Rial, José Antonio López y el Coro de Cámara del Palau de la Música Catalana.
El concierto celebra el 100.º aniversario de la muerte de Fauré con un programa que también incluye la Sinfonía núm. 1 de Louise Farrenc y la Marche funèbre de Cherubini.
Los conciertos tendrán lugar en el Teatre Tarragona (15 de noviembre), el Auditoi Enric Granados de Lleida (día 16) y el Palau de la Música Catalana de Barcelona (día 17).
Sobre el programa
Los conciertos darán comienzo con la Marche funèbre de Cherubini. La obra data de 1820, y fue compuesta para el entierro de Charles Ferdinand de Bourbon, duque de Berry, que fue víctima de un ataque a la salida de la Ópera de París.
A continuación, la Sinfonía núm. 1, opus 32 de Farrenc nos descubrirá a una de las primeras grandes sinfonistas de la historia. Se trata de una obra romántica y llena de color, escrita por una pionera en la creación de partituras orquestales en una época en la que las compositoras apenas podían estrenar obras de cámara.
Finalmente, con el Réquiem, opus 48 de Fauré, la FSF y Laurence Equilbey se sumergirán en una de las misas de difuntos más particulares de la historia. Alejado de aquellas obras que recuerdan la ira de Dios, contiene una música delicada que culmina con un etéreo ‘In Paradisum’.
Este Réquiem fue la primera obra sinfónica que la orquesta interpretó, y la FSF la ha escogido para celebrar su 10.º aniversario.
Laurence Equilbey
Laurence Equilbey dirige el Réquiem de Fauré en el que será su debut frente a la FSF. La directora ha fundado la Insula Orchestra, residente en La Seine Musicale. Sus proyectos proponen la mezcla de artistas de distintos universos, con puestas en escena particulares.
Esta asociada con el Grand Théâtre de Aix-en-Provence y mantiene una relación privilegiada con la Philharmonie de Paris. Sus compromisos recientes le han llevado a dirigir producciones escénicas de La monja sangrienta de Gounod o Freischütz de Weber.
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