
La pianista madrileña se impone en la 44.ª edición del certamen organizado por Juventudes Musicales de Albacete, y obtiene una beca de 3.000 euros y una gira de conciertos
El pasado 28 de marzo, el Auditorio Municipal de Albacete fue el escenario de la clausura de la 44.ª edición del Concurso Nacional de Jóvenes Pianistas ‘Ciudad de Albacete’, un certamen de gran prestigio en el ámbito musical español. En esta ocasión, la pianista Laura Ballestrino Mateos, oriunda de Móstoles, se coronó como la ganadora del Primer Premio, que incluye una beca de 3.000 euros, una gira de conciertos organizada por Juventudes Musicales de España y la oportunidad de actuar junto a la Banda Sinfónica Municipal de Albacete.
El Jurado, presidido por Agustín Peiró Amo e integrado por Pilar Bilbao, David Canals, Luis Fernando Pérez y Francisco P. Perelló, tuvo la difícil tarea de seleccionar a los galardonados entre los 19 participantes inscritos, de los cuales solo 8 llegaron a la final.
El Segundo Premio, patrocinado por la Fundación Globalcaja Albacete y dotado con 1.500 euros, fue para Nicolás Flores Bermejo, de Alcorcón, quien también recibió el Premio Especial ‘Agustín Peiró Hurtado’, por el que obtuvo una beca de 250 euros.
Por su parte, Josep Rojo Corma, de Badajoz, obtuvo el Premio de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando-Colegio de Arquitectos de Albacete, con una dotación de 500 euros y un concierto, además del Premio ‘Pilar Amo Vázquez’, que incluye 250 euros.
Manuel Alfonso-Bartol Sánchez, de Salamanca, fue distinguido con el Premio Especial Liceo Glinka, que otorga 250 euros.
Concurso Nacional de Jóvenes Pianistas ‘Ciudad de Albacete’
El concurso, organizado anualmente por Juventudes Musicales de Albacete desde 1981, estaba abierto a pianistas de nacionalidad española o residentes en el país que no hubieran cumplido 30 años antes del 1 de enero de 2025 ni hubieran obtenido el Primer Premio en ediciones anteriores.
El certamen constó de dos fases: una prueba eliminatoria, en la que los participantes interpretaron un preludio y fuga de El clave bien temperado de Bach, un estudio de virtuosismo de Chopin, Liszt, Rajmáninov, Scriabin o Debussy, y una obra de libre elección; y una prueba final, en la que presentaron un recital que abarcaba distintos periodos musicales, desde el Barroco hasta la actualidad.
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