Símbolo cultural español por su singularidad, popularidad y transversalidad
El Gabinete de Ministros, bajo la propuesta presentada por ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha validado la declaración de la zarzuela como Expresión Emblemática del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Este acto respalda la preservación y estandarización de este género, facilitando su accesibilidad tanto para los interesados en su apreciación como para el público en general.
La fundamentación para declarar la zarzuela como Expresión Emblemática de Patrimonio Cultural Inmaterial se basa en la singularidad, popularidad y transversalidad de este género musical y teatral.
Sobre la zarzuela
La zarzuela, un género musical y teatral de origen español que surgió en el siglo XVII como una forma de entretenimiento cortesano, ha evolucionado intensamente hasta la actualidad. Transmitida de generación en generación, se ha convertido en un símbolo cultural español debido a su capacidad para incorporar diversos contenidos y estilos musicales.
Las características musicales distintivas de la zarzuela, derivadas de la fusión con la música popular, han trascendido el ámbito escénico para impregnar el imaginario colectivo. Este repertorio ha sido adoptado de diversas formas, desde la interpretación de sus números más aclamados por bandas musicales en conciertos al aire libre hasta la actuación de grupos de aficionados especializados en este género.
Más allá de su valor musical, la vinculación de la zarzuela con temas cotidianos y populares, así como su constante recreación por la comunidad, ha logrado que sea percibida como una expresión integral del espacio cultural común y vivencial. De hecho, muchos de sus personajes, melodías y textos se han convertido en expresiones, dichos o refranes populares.
Además, su difusión en el mundo hispano, con una producción específica significativa, la convierte en un testimonio de la diversidad de pueblos que forman parte del acervo identitario de la hispanidad.
Riesgos para el género
No obstante, la zarzuela enfrenta diversos riesgos y amenazas, como la escasez de obras contemporáneas, la dificultad en renovar a los intérpretes, el envejecimiento del público y la problemática de atraer a nuevas generaciones, así como la escasa representación en los ciclos musicales.
En este sentido, su designación como Expresión Emblemática del Patrimonio Cultural Inmaterial de España contribuye a su reconocimiento social, al interés del público en general y a su salvaguarda frente a los desafíos que enfrenta.
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