La Orquesta Pau Casals fue un proyecto musical excepcional creado y financiado por Pau Casals en 1920. Después de vivir en Nueva York hasta 1919, se estableció en Barcelona con dos objetivos muy claros: crear una formación sinfónica de calidad y prestigio internacional, y que dicha formación estableciese un profundo compromiso social, haciendo llegar la música sinfónica a los obreros de las fábricas, campesinos y estudiantes.
Este año se celebra el centenario de este proyecto orquestal que conectó con fuerza a Barcelona en el circuito internacional de la música sinfónica y que tuvo una actividad trepidante hasta su disolución en plena Guerra Civil.
Por Jordi Pardo
Director general de la Fundación Pau Casals
Pau Casals – Pablo Casals, un nombre universal en el mundo de la música
Pau Casals Defilló (El Vendrell, 29 de diciembre de 1876 – Puerto Rico, 22 de octubre de 1973) es uno de los grandes nombres de la música universal, con una biografía y un legado artístico y humanístico que expresan un compromiso profundo con la música, la paz y la dignidad de las personas. Fue el violonchelista más importante de su tiempo, revolucionó la técnica interpretativa impulsando las posibilidades del violonchelo como instrumento solista. Fue también un gran director de orquesta, invitado a dirigir algunas de las formaciones más importantes del mundo. En 1920 creó su propia orquesta sinfónica en Barcelona. Su dimensión como compositor es menos conocida. Tiene un repertorio muy interesante, y su obra más significativa, el oratorio El Pesebre, fue su estandarte en una cruzada internacional en favor de la paz y los derechos humanos en plena Guerra Fría. Fueron más de setenta conciertos en cuarenta ciudades de todo el mundo. Dos meses antes de su muerte, dirigía El Pesebre en Jerusalén. Su periplo internacional dirigiendo el oratorio fue una muestra más de la intensidad y energía de su actividad hasta el último momento.
A su legado artístico como músico excepcional se une su compromiso con la paz, la democracia y los derechos humanos. Siempre ayudó a los necesitados y mantuvo una relación de coherencia vital con sus convicciones y valores. Se negó a interpretar en la Rusia comunista al saber de las persecuciones políticas. De la misma forma, se negó a tocar en la Alemania nazi después de la ascensión al poder de Adolf Hitler. Ayudó a centenares de miles de refugiados españoles de los campos de concentración en el sur de Francia y se exilió voluntariamente en Francia y posteriormente en Puerto Rico, manteniendo su compromiso de no volver hasta que España fuera de nuevo una democracia. El 24 de octubre de 1971, en la que fue su tercera visita oficial a la Asamblea General de Naciones Unidas, dirigió la interpretación del himno que el Secretario General U-Thant le había encargado y, al finalizar el concierto, le fue concedida la primera medalla de la paz de la ONU.
Su virtuosismo con el violonchelo, la composición y la dirección orquestal, y su compromiso con la paz y la dignidad de las personas formaron parte inseparable de su trayectoria artística de una vida que vivió con intensidad y vigor sorprendentes hasta su muerte el 22 de octubre de 1973 en Puerto Rico, a los 96 años de edad.
Un músico extraordinario
Pau Casals nació en el seno de una familia modesta en El Vendrell (Tarragona), en 1876. Su padre, organista, y especialmente su madre, Pilar Defilló, fueron decisivos en su carrera profesional. Arrimado al piano de su padre, creció con música y la incorporó como expresión natural desde su infancia. A los 5 años empezó a estudiar piano, violín y flauta con su padre. A los 6 años realizó su primera composición. De pequeño pedía tocar el órgano que su padre interpretaba en la iglesia parroquial de El Vendrell —un magnífico órgano de Ludwig Scherrer de 1777—. A los 9 años llegó el momento esperado. Más tarde se inició con el violonchelo en El Vendrell, continuando sus estudios en el Conservatorio de Barcelona con el profesor Josep Garcia. Isaac Albéniz le escuchó interpretar en el Café Tost de Barcelona e, impresionado, redactó una carta para el conde Guillermo de Morphy, consejero privado de la reina María Cristina de Austria. Gracias a su intervención, la reina le dio una audiencia para escuchar al joven violonchelista. La reina le concedió una beca que le permitió estudiar en el Conservatorio de Madrid con el profesor Jesús de Monasterio. Fueron dos años decisivos en su carrera artística y personal. Estableció una relación de aprecio y admiración con la reina, a quien consideró como una segunda madre, y de amistad con un jovencísimo Alfonso XIII.
En 1897 coincidió en Barcelona con Camille Saint-Saëns y se integró en el cuarteto de cuerda Crickboom.
En 1899 Pau Casals viajó a París invitado por la renombrada soprano norteamericana Emma Nevada, con quien interpretó conciertos en París y Londres. Tocó en el Crystal Palace y en un concierto privado para la reina Victoria de Inglaterra. El mismo año debutó con el célebre director Charles Lamoureaux en un concierto que fue su confirmación como músico excepcional.
Célebre ya en las principales salas de concierto de Europa, realizó su primer viaje a Estados Unidos en 1901, con gran éxito, en una gira que se extendió hasta 1902. En 1903 tocó en las principales ciudades de América del Sur, y en 1904 fue invitado a tocar en la Casa Blanca por el presidente Theodore Roosevelt. Muchos años después, el 11 de noviembre de 1961, fue invitado por segunda vez a la Casa Blanca por el presidente John F. Kennedy para ofrecer un concierto.
En 1906 creó el trío Cortot-Thibaud-Casals. Los conciertos en Londres y otras ciudades de Inglaterra, San Petersburgo, Moscú, Viena, Budapest formaron parte de sus giras habituales.
En 1914 se estableció en Nueva York y se casó con la soprano Susan Metcalfe. Residió en Estados Unidos hasta finales de 1919. Allí desarrolló una actividad musical muy intensa, manteniendo sus conexiones y compromisos internacionales.
De Nueva York a Barcelona. Casals y el proyecto sinfónico
El virtuosismo interpretativo de Casals con el violonchelo fue la primera de sus dimensiones artísticas en ser reconocidas. Se unía un talento innato con el estudio y la dedicación de un hombre que fue meticuloso y constante en el orden, el estudio diario y el trabajo bien organizado.
La pasión de Pau Casals por dirigir había estado siempre presente, pero su carrera como solista no le permitió desarrollarla en toda su dimensión. Como él mismo reconocía, había sido muy feliz tocando el violonchelo, pero no le producía una satisfacción completa. Para Casals, el único instrumento sin limitaciones era la orquesta.
‘Si hasta ahora he sido feliz tocando el violonchelo, ¡qué felicidad cuando tenga el mayor de todos los instrumentos, la orquesta!’, dijo en una ocasión.
A los 17 años dirigió los primeros ensayos de María del Carmen de Enric Granados.
En 1908, cuando tenía 31 años, se inició en serio como director de orquesta, en París, con la Orquesta Lamoureux. La primera obra que dirigió fue la Quinta sinfonía de Beethoven. Después, fue director invitado en todo el mundo de forma regular.
En 1919, tras dejar su residencia en Nueva York, se estableció en Barcelona. Afectado por el drama humano que supuso la I Guerra Mundial, se concentró en dos objetivos principales: la creación de un proyecto sinfónico y el compromiso social de la música.
Pese a la popularidad y alto nivel del canto coral, y a las instituciones de prestigio como el Gran Teatre del Liceu, creado en 1847, el Orfeó Català y el Palau de la Música Catalana, en Barcelona solo existían dos orquestas que desarrollaban una actividad de carácter estable: la Orquesta del Gran Teatre del Liceu y la Orquesta Sinfónica de Barcelona, patrocinada por el Ayuntamiento.
En 1919, a su llegada a Barcelona, el músico ya acumulaba una carrera como solista internacional llena de éxitos y un reconocido prestigio como director de orquesta. Había dirigido muchas formaciones sinfónicas, de entre las que podemos citar la London Symphony Orchestra, la New York Symphony Orchestra, la Orquesta Nacional Checa, la Orquesta de la BBC, o la Orquesta Sinfónica de Viena.
La creación de la Orquesta Pau Casals
Casals planteó el proyecto de creación de una formación sinfónica de calidad. Si inicialmente confiaba en recibir la colaboración de las instituciones y entidades musicales y el soporte de mecenas, descubrió rápidamente cómo su proyecto no obtenía el soporte y la complicidad artística que él imaginó. Por esa razón, decidió seleccionar él personalmente a los músicos y financiar personalmente la Orquesta, a la que puso su nombre. Contó también con el soporte económico de un pequeño grupo de mecenas. Pero, pese a las dificultades iniciales que comportaron no tener el soporte público e institucional que Casals había imaginado, en solo tres años, y gracias a la calidad y al éxito artístico, popular e internacional de la Orquesta, la situación financiera permitió el desarrollo y consolidación del proyecto. Más de 370 conciertos, la mayoría de ellos ofrecidos entre 1920 y el inicio de la Guerra Civil, indican una actividad frenética, que permiten comprender el impacto musical y social de la Orquesta.
Creó un equipo promotor con personas muy capacitadas y comprometidas con el proyecto, como Soldevila, Carles Vidal-Quadras, Jeroni de Moragas, Felip Capdevila, Josep de Montoliu, Josep Andreu Miralles y Joaquim Pena. Después, serían especialmente Joquim Pena, Felip Capdevila y Francisca Vidal.
Con la colaboración especial de su hermano, Enric Casals, primer violín, y Bonaventura Dini como primer violonchelo y más de ochenta músicos, la Orquesta Pau Casals interpretó su primer concierto el 13 de octubre de 1920 en el Palau de la Música Catalana.
A lo largo de los diecisiete años de actividad sinfónica, la Orquesta Pau Casals interpretó 370 conciertos. Cada año presentaba dos series de diez conciertos en primavera y en otoño.
El repertorio incorporaba principalmente obras de Bach, Beethoven, Vivaldi, Reger, Saint-Saëns, Arnol Bax, Ernest Bloch, Enesco, Béla Bartók, Richard Strauss, Gustav Mahler, Zoltán Kodály, Prokófiev, Webern o Schoenberg, y de compositores catalanes como Garreta, Granados, Albéniz, Millet, Cassadó, Enric Morera, Robert Gerhard, entre otros.
Durante los diecisiete años siguientes la Orquesta fue dirigida por los mejores nombres del momento y participaron grandes artistas de renombre internacional que pasaron a formar parte del repertorio de solistas habituales de la Orquesta Pau Casals.
La vinculación de la Orquesta Pau Casals con la Associació Obrera de Concerts (Asociación Obrera de Conciertos) también promovida por Casals, permitieron el desarrollo de una actividad de proximidad y compromiso social que, unida a la excelencia artística de los conciertos, los programas, los directores y solistas invitados, permiten entender la singularidad del proyecto.
Otro reflejo de la personalidad Casals y de la filosofía y valores que impulsó, fue la decisión de centrar la actividad de la Orquesta en Barcelona, rechazando las giras internacionales para centrarse en conciertos ofrecidos en poblaciones principalmente de Cataluña. Eso hubiera sido una fuente de ingresos importante pero no encajaba con el compromiso de hacer llegar la música sinfónica de calidad no solo a la burguesía urbana y público interesado, sino a los obreros de las fábricas, los campesinos, los estudiantes.
Una de las pocas ocasiones en las que Pau Casals aceptó una invitación para viajar a otro país fue en 1923. La Orquesta Pau Casals fue invitada para ofrecer unos conciertos centrales en el programa inaugural los VIII Juegos Olímpicos de París, en el año 1924. Fueron tres conciertos. Dos en los Campos Elíseos y uno en el Ayuntamiento de París.
La prensa internacional y las publicaciones especializadas se hicieron eco de la calidad y del rigor en la selección de obras y autores, aunando Clasicismo y nuevos valores, con interpretaciones brillantes magníficamente dirigidas. Estas interpretaciones tuvieron un eco extraordinario y marcaron un antes y un después en la trayectoria de la Orquesta.
Excelencia musical, prestigio internacional y popularidad local
Pese a las dificultades de la época, y los efectos de la dictadura de Primo de Rivera en la vida cultural y musical de Cataluña, el empuje de la Orquesta continuó con fuerza. Con el advenimiento de la República, la Orquesta Pau Casals incrementó su actividad. Se multiplicaron los conciertos fuera de Barcelona y, en muchas ocasiones, tenían un carácter benéfico para financiar proyectos sociales, hospitales, asilos, etc.
La popularidad de la Orquesta y el prestigio y estima popular de Casals alcanzó su máximo nivel. Además, Casals participó asesorando a las instituciones públicas para impulsar la divulgación musical. En definitiva, trabajando para incrementar la calidad artística y acercando la música a todos los niveles de la sociedad.
Nombres muy importantes de la música fueron invitados a dirigir la Orquesta o participar como solistas: Richard Strauss, Vincent d’Indy, Eugène Ysaye, Arnold Schoenberg, Igor Stravinski, Max von Schillings, Artur Honegger, Serge Kussewitzki, Franz Schalk, Ildebrando Pizzetti, Adrian Boult, Alfred Casella, Alexandre Tansman, Anton Webern, Hans Winderstein, Pierre Monteux, Eduard Morike, Alexander von Zemlinsky, Julius Prüwer, Emil Cooper, Oskar Fried, Antoine Fleischer, Clemens Krauss, Paul Paray, Adam Szpak, Heinrich Laber, George Georgesco, Georg Sebastian, Louis Hasselmans, Alfred Cortot, Manuel de Falla, Joaquín Turina, Ernesto Halffter, Enrique Fernández Arbós, Joan Balcells, Volkmar Andreae, Fritz Busch, Georg Darmstadt, Antonio Guarnieri, Otto Klemperer, Erich Korngold, Gustavo Pittaluga, Georges Sebastian, Donald Tovey, Albert Wolff, Enric Morera, Joan Lamote de Grignon, Joaquim Cassadó, Lluís Millet, Joan Manén, Jaume Pahissa, Francesc Pujol, Baltasar Samper, Robert Gerhard, Enric Casals, Gaspar Cassadó, Eduard Toldrà, Josep Barberà…
Paralelamente al proyecto de la Orquesta, Casals impulsó en julio de 1925 la creación de la Asociación Obrera de Conciertos, una entidad civil autogestionada por los obreros con el objetivo de facilitar el acceso de las clases populares a la misma música extraordinaria que la Orquesta Pau Casals ofrecía a las clases más acomodadas. Los socios pagaban una cuota simbólica, y la Orquesta Pau Casals ofrecía seis conciertos gratuitos al año.
El 8 de noviembre de 1925 tuvo lugar el primer concierto en el Teatro Olympia de Barcelona y, a partir de 1926, comenzó la temporada estable que se concentraba básicamente en primavera y en otoño. La iniciativa fue un éxito y los años siguientes la Asociación llegó a tener muchos socios con secciones en toda Cataluña, una biblioteca, un coro, una escuela de música, una orquesta de aficionados propia y una revista musical llamada Fruïcions. La Asociación organizó, durante sus once años de existencia, 126 audiciones, entre conciertos sinfónicos, música de cámara y recitales.
En una Cataluña de 2,3 millones de personas (con una esperanza de vida de 42 años, y las condiciones socioeconómicas de la década de los años 20 y 30), en poco más de diez años de conciertos se ocuparon unas 300.000 localidades. Este dato ayuda a entender la magnitud y alcance popular de la Orquesta Pau Casals.
El final de la Orquesta Pau Casals
El día 18 de julio de 1936, la Orquesta estaba ensayando en el Palau de la Música Catalana la Novena sinfonía de Beethoven para participar en la inauguración de la Olimpiada Popular de Barcelona, que se había organizado en protesta por los Juegos Olímpicos de Berlín, bajo el régimen nazi. El alzamiento militar y el inicio de la Guerra provocaron la anulación del ensayo y del concierto y, al poco tiempo, el fin de la Orquesta.
La Guerra Civil Española y el triunfo del régimen franquista ahogaron toda esperanza de renacimiento del proyecto. Casals se exilió en Prada de Conflent, en el sur de Francia. Los músicos de la Orquesta huyeron, se exiliaron, murieron o se apartaron de la carrera musical. Pero el recuerdo del enorme impacto artístico de ese proyecto y la continuidad de un reducido número de músicos que se incorporaron principalmente en la banda municipal, ya en la postguerra, mantuvieron la esperanza de recuperar el esplendor que consiguió Casals con su proyecto.
El Centenario de la Orquesta Pau Casals: recuerdo, homenaje y conexión histórica
Para celebrar el Centenario de la Orquesta Pau Casals, la Fundación Pau Casals llevará a cabo un programa con diferentes actos, conferencias, y conciertos que tendrán lugar a nivel nacional e internacional y contarán con la participación y el apoyo de orquestas sinfónicas, directores, solistas y formaciones musicales de todo el mundo, que se han adherido a la conmemoración del Centenario. Además, en octubre 2020 se inaugurará una exposición en el Museo Pau Casals de El Vendrell y en el Museo de la Música de Barcelona.
Entre los conciertos más importantes destacan:
- 19 de junio – Camerata Salzburg: ‘El alma de Mozart y Haydn’.
- 21 de junio – The Orchestra of the Age of Enlightenment: ‘La conexión Liszt-Wagner’.
- 22 de junio – Orchestre de Paris: ‘Vida de héroe’.
Todos ellos en la Sala Pau Casals del Auditori de Barcelona, a las 20 horas.
Apoyando esta conmemoración se ha creado un Comité de Honor de más de treinta personalidades del mundo de la música encabezado por Zubin Mehta, Simon Rattle, Jordi Savall, Josep Pons, Antoni Ros Marbà, Murray Perahia, Kazushi Ono, Pinchas Zucherman, Leon Fleisher, Juanjo Mena, Marin Alsop, Louis Langrée y otros grandes músicos, que invitan a las instituciones musicales, festivales y músicos de todo el mundo a recordar el gran proyecto de Pau Casals.
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