Música y juegos siempre han ido juntos, en pareja. Aunque es cierto que la música siempre ha ligado con todas las demás artes; por lo que no es nada casual que en los juegos modernos, tanto los de ordenador, como los de videoconsola, como los de internet, siempre se hayan complementado tan bien.
Por eso, si queremos hacer un resumen de la historia de ambas daría para miles de artículos. Así que, como hay que ser menos ambiciosos, lo más correcto es preguntarnos qué cosas atraen a los juegos de la música y viceversa.
- Unos juegos sin música no son juegos
- La música le da un punto más a todo lo que toca
- Los juegos pueden hacer que cierta música tenga sentido
Unos juegos sin música no son juegos
Lo que está muy claro es que la música lleva años entre nosotros. Desde que el mundo es mundo. Y los juegos de los que hablamos aquí, los electrónicos, los digitales, los del mundo online, han llegado hace relativamente poco tiempo. Y todos ellos, sin excepción, han incluido a la música desde sus inicios.
Es decir, que puede haber y ha habido música sin juegos pero no ha habido aun ningún juego sin ningún tipo de música. Al menos ninguno que haya sido medianamente popular.
Además, la música es esencial para que triunfe o no. Ha habido muchos juegos buenos a lo largo de la historia que han fracasado por haber elegido mal la música y muchos juegos mediocres han pasado a la historia por la gran banda sonora.
Y juegos de todo tipo. Desde juegos de guerra, pasando por juegos deportivos y hasta juegos de casino. Basta con ver que en el listado de casinos en línea con licencia en España los juegos más destacados siempre tienen una gran banda sonora. Y todos, absolutamente todos, tienen algún tipo de melodía.
La música le da un punto más a todo lo que toca
¿Por qué ocurre esto? Pues probablemente sea algo a estudiar por parte de sociólogos. La música siempre ha estado presente en la sociedad y, de hecho, se puede considerar uno de los primeros síntomas de sociedad real, avanzada, moderna.
El hecho de combinar sonidos y silencios de una manera armónica y en un contexto determinado es considerado algo único del ser humano y algo que, además, nos caracteriza. Desde tiempos inmemoriales prácticamente todo se ha combinado con música porque, al fin y al cabo, con música todo es mejor.
Sí, es algo tan simple como eso y a la vez tan complejo. La música da más a todo lo que toca aunque evidentemente también hay que saber colocarla. No vale cualquier música en cualquier sitio.
Los juegos pueden hacer que cierta música tenga sentido
Pero al contrario también sucede. La composición musical tiene que ir de la mano con algo. Puede ser un sentimiento, una imagen, un contexto determinado, una acción, etc. Y la música creada directamente para juegos tiene que ser totalmente coherente con lo que se ve en la pantalla.
Esa música, sin esa imagen y esas acciones de los juegos tendría poco sentido. Es música creada para juegos y, por tanto, fuera de ellos, apenas tiene valor. Al menos la gran mayoría.
Sin embargo, es cierto que ciertas melodías han ido más allá. Es decir, ciertas melodías no solo han conseguido tener sentido a través de los juegos, sino que se han convertido en inseparables. Basta pensar en el que quizá es el ejemplo más claro, la banda sonora de Tetris (que es un arreglo instrumental de una canción popular rusa llamada Korobéiniki)
Tanto la banda sonora como el juego van irremediablemente unidos, y será así para siempre. Si se oye la canción se piensa en el juego y si se ve el juego se piensa en la canción. Esto es algo que la gran mayoría de juegos querrían, porque les daría un valor aun más alto pero que no es fácil de conseguir.
Otros juegos con una música característica son el Mario Bros., el Sonic o incluso algunas versiones del FIFA. Todos ellos han conseguido triunfar no solo por sus grandes dotes para el entretenimiento de millones de personas sino también por su banda sonora.
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