La isla desolada
Tomás Marco, música
Luciano González Sarmiento, libreto
José Ramón Encinar, director
Marina Rodríguez Cusí, mezzosoprano
Eduardo Santamaría, tenor
Manuel Galiana, narrador
Gustavo Díaz-Jerez & Javier Negrín, pianos
Antonio Domingo & Pedro Terán, percusión
Camerata Coral de la Universidad de Cantabria
Raúl Suárez García, director del coro
IBS Classical IBS 152017
Estrenada en el Palacio de Festivales de Cantabria el 16 de agosto de 2017, esta “cantata profana”con texto épico, amplio, complejo y denso, describe “el ocaso del hombre, abocado a vivir en la soledad de una isla, donde se plantea el dilema de morir o vivir, conflicto que resuelve reconstruyendo la vivencia amorosa desde el mar de las nereidas”. Se estructura en cinco cantos: I.La sombra de los recuerdos, II.Aquelarre, III.El tiempo y la memoria,IV.La soledad violaday V.El mar de las nereidas.
Para esta Isla desolada,escribió Tomás Marco 96 pequeños fragmentos (unos 84 minutos de música) muy variadosen sonoridades, timbres y colores. La música presenta una narración silábica, recitada en las intervenciones del narrador, vocalmente cómoda para los cantantes, sin dinámicas extremas y con el empleo de un amplio abanico devariados efectos vocales. No faltan momentos que recuerdan a compositores y músicas del pasado, pero no me atrevería a calificarlos de influencias. Los parcos medios instrumentales utilizados nunca oscurecen el texto; no obstante, la complejidad de la poesía aconsejaoír la grabación siguiendo el texto escrito (descargable en la página web de IBS Classical, aunque debería acompañar al disco).
Sus intérpretes,la mezzosoprano Marina Rodríguez Cosí (la Sombra), el tenor Eduardo Santamaría (Crepúsculo), el actor Manuel Galiana (narrador), la Camerata Coral de la Universidad de Cantabria, los pianistas Gustavo Díaz-Jerez y Javier Negrín y los percusionistas Antonio Domingo y Pedro Terán, bajo la dirección de José Ramón Encinar, cumplen su cometido con solvencia en sus no comprometidos roles; solo en el caso del narrador hubiera preferido un punto menos de engolamiento. Esto, unido a que la grabación (tomada del día del estreno) suena bien, sin los ruidos propios de este tipo de grabaciones, convierte a La isla desolada en una obra de interés.
Por: José Prieto Marugán
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