La música se ha integrado siempre de forma natural con las demás artes. Ha enriquecido la danza, el teatro, el cine, las artes plásticas o la literatura, pero, al mismo tiempo, la música se ha nutrido de ellas, generando nuevos lenguajes y formas de expresión.
En las enseñanzas artísticas en general se trabaja con la música, especialmente en las artes escénicas, más allá de lo que pueda ser un mero acompañamiento. Y, aunque desde los conservatorios es mucho menos frecuente la integración con otros ámbitos disciplinares, nuestros invitados de este mes en Melómano nos mostrarán algunos ejemplos de buenas prácticas en este sentido
Por Antonio Narejos
Los conservatorios de música tienen la misión de conservar el legado histórico recibido, pero también de explorar nuevas formas de conocimiento y otras vías de desarrollo artístico y profesional, especialmente en las enseñanzas superiores. Parece que existe cierto temor a perder la integridad de la tradición educativa ante espacios de mestizaje artístico y cultural, pero la sociedad está demandando nuevas manifestaciones creativas y perfiles profesionales más versátiles y dinámicos. Situar la música en un contexto multidisciplinar ofrece la oportunidad de extraer conocimientos, experiencias y enfoques de distintas disciplinas artísticas y científicas, para ser más creativos y originales. Pero a su vez permite explorar nuevas formas de arte, nuevos espacios y nuevas profesiones artísticas, impulsadas en la actualidad por las tecnologías digitales, la interactividad o la inteligencia artificial.
En el plano académico encontramos el rastro de estas líneas de trabajo en la oferta de másteres, en su mayoría universitarios, como los de Educación Musical: Una Perspectiva Multidisciplinar de la Universidad de Granada, Música como Arte Interdisciplinario de la Universitat de Barcelona o Investigación Musical Interdisciplinar del Centro Superior Katarina Gurska. Y en otros de creación, como el de Composición Musical para Cine, Televisión y Videojuegos de la Universitat Politècnica de València/Berklee Valencia.
El diálogo y colaboración entre los centros superiores de enseñanzas artísticas en España está lejos de normalizarse. Faltan redes de colaboración entre centros de diferentes enseñanzas, y mucho más, espacios comunes en el ámbito académico e investigador, como podrían ser los campus o las universidades de las artes, que tan buenos resultados están dando en otros países.
En esta ocasión contamos con la colaboración de tres profesionales procedentes de centros superiores de danza, arte dramático y música. Ana Catalina Román, Mercedes Carrillo y Gregorio Jiménez nos hablarán de sus experiencias interdisciplinares desde sus propias especialidades. También contamos con la opinión de Sonia Mejías, una joven compositora que en su modus operandi interactúa con otras formas de expresión artística.
Ana Catalina Román Horcajo es catedrática de Composición Coreográfica; desde 2006 docente en el Conservatorio Superior de Danza ‘María de Ávila’. El desarrollo de su carrera artística previa tiene lugar principalmente como bailarina intérprete solista en Ballett Frankfurt, compañía dirigida por el coreógrafo William Forsythe, siendo elenco original en multitud de producciones de dicho coreógrafo entre los años 1980 y 2000; en muchas de ellas tiene una participación coreográfica o como improvisadora. Le asiste adicionalmente en múltiples ocasiones en la reposición y puesta en escena de varias de sus obras (Enemy in the Figure, Limbs Theorem, The Vile Parody of Address, Four Point Counter y Quintett). Realiza también diversas obras coreográficas propias entre las que se encuentran trabajos para jóvenes intérpretes en el curso de su formación y en algunos casos en colaboración con ellos para fomentar el binomio coreógrafo-intérprete.
Dentro de la posible interdisciplinariedad entre las artes escénicas encontramos un gran vínculo entre la danza y la música; sin ser una absoluta obligación que se acompañen, sí que se favorecen enormemente.
Es interesante pensar que cada una de las artes tiene su existencia propia e individual y que son posibles la una sin la otra, pero, sin embargo, a lo largo de la historia, en las diferentes expresiones artísticas en las artes escénicas vemos permanentemente que se acompañan y complementan en ballets, óperas, películas o en tantos videoclips donde se dan verdaderas explosiones de música, danza, diseño escenográfico, de vestuario o fotográfico entre otros.
Impartiendo docencia en Composición Coreográfica e Improvisación, la música es el primer elemento que vinculo al movimiento y su creación, el sonido en sí tiene un gran efecto en el ser y en el organismo, pues no solo es algo que percibimos a través del oído, sino que son ondas sonoras, vibraciones que nos afectan física y anímicamente. Busco que haya una interacción y que el intérprete, improvisador y/o coreógrafo establezca una comunicación y una convivencia con la música o el ambiente sonoro y no una dependencia de aquello que la música pudiese o pareciese estar dictando.
Es cierto que, aparte de su carácter y su grado de belleza, se encuentra en la música un importante aspecto temporal, que aporta enormemente tanto a la unificación como a los acuerdos cuando se da que hubiese más de un bailarín en acción y se esté buscando una simultaneidad o cualquier otro juego atractivo, complejo o virtuoso de tiempos no simultaneados.
Imparto a estudiantes de diferentes líneas estilísticas: danza clásica, contemporánea, española y flamenco, por ello, y sin ser este el único motivo, me gusta utilizar en mis clases música de muy diversos estilos, buscando abrir fronteras y atrevernos a agitar costumbres que pudiesen estar demasiado arraigadas.
El coreógrafo, en contadas ocasiones querrá trabajar en silencio y se encontrará con la primera toma de decisión respecto a la música, que es elegirla. En la actualidad afortunadamente se dispone de muchos medios tecnológicos que nos acercan al aula una gran selección de obras musicales existentes (necesitaríamos que nuestra institución facilite el acceso a estas plataformas, pues por el momento entran en uso desde lo privado); pero lo que estamos buscando fomentar, y sería conveniente hacerlo con más consciencia, es que se creen vínculos entre compositores musicales y coreógrafos que hagan que las creaciones en su globalidad sean originales, actuales y frescas para ambas partes. Esta relación facilitaría además el tema relacionado con permisos de utilización de la música, pues llegado el momento de proyectarse en un futuro profesional esto será importante. Los coreógrafos frecuentemente eligen de entre obras musicales existentes para crear sus trabajos, sería muy interesante que se diese también que coreografías, por ejemplo, filmadas sin música o audio, pudiesen ser visualizadas y para las cuales diferentes compositores pudiesen aportar su propuesta musical.
Desde mi asignatura busco establecer vínculos con diferentes músicos: hubo algunas colaboraciones con alumnos de composición musical del Centro Integrado de Enseñanza Musical ‘Federico Moreno Torroba’ para la experimentación y progreso de los participantes y de donde surgió algún proyecto posterior. He invitado a diferentes docentes a impartir algunas sesiones donde se combinan los contenidos coreográficos con el ámbito musical y viceversa. Son artistas interesados en una andadura simultánea coreógrafo/músico. Han sido por el momento: Juanjo Urbanski, Alberto Granados y en este curso vendrán el músico Pablo Palacios con la bailarina y coreógrafa Muriel Romero, ambos directores de Instituto Stocos, en su trabajo música y danza se crean real y virtualmente la una a la otra. Por otro lado, en conjunto con el docente del Conservatorio Superior de Música de Aragón Iván Carames, que imparte Composición para medios audiovisuales, estamos creando un grupo con estudiantes de los respectivos centros para fomentar estas conexiones tan especiales.
En estos momentos tenemos en marcha una colaboración Real Conservatorio Superior de Música de Madrid-Conservatorio Superior de Danza ‘María de Ávila’ en la que estudiantes de Composición Musical, de Coreografía y de Interpretación, apoyados por sus respectivos docentes (Alicia Díaz de la Fuente, José Ignacio Sanjuán Astigarraga y yo misma), estamos trabajando con las aportaciones institucionales de ambos centros en un espectáculo común que culminará el 22 de marzo de este año en CentroCentro, incluyendo cinco obras de nueva creación de los estudiantes.
Estos proyectos se realizan con grandísimo esfuerzo y colaboración de todos, pues la dificultad reside en que los planes de estudios ya están muy establecidos y saturados, todas las horas están ocupadas con asignaturas y contenidos sin duda importantes, pero no se ha visualizado que haya holgura y flexibilidad suficiente para abarcar tiempo y espacio común entre centros superiores que posibiliten las creaciones en colaboración. Una asignatura específica de ‘colaboración interdisciplinar’ sería importante para futuras creaciones originales en las artes escénicas y para la integración profesional de nuestros estudiantes.
Mercedes del Carmen Carrillo Guzmán es doctora en Letras por la Universidad de Murcia. Terminó sus estudios superiores de solfeo en el Conservatorio Superior de Música ‘Massotti’ de Murcia y de Magisterio en Educación Musical en la Universidad de Murcia. Desde 1999 es profesora de Música y Dramaturgia Musical en la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia. Su libro Introducción a la dramaturgia musical es uno de los primeros publicados en España sobre esta temática. Desde 2013 es también profesora asociada en el Departamento de Música de la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia y desde 2014 es jefa de estudios de la ESAD de Murcia. Ha participado en varios proyectos de innovación educativa y en 2023 coordina el proyecto interdisciplinar ¡Atrévete! AtravESAD subvencionado por el Centro de Profesores y Recursos de la Región de Murcia.
Para hablar de la música en arte dramático me remitiré a la tesis que defendí en la Universidad de Murcia en 2008 titulada La música incidental en el Teatro Español de Madrid (1942-1952 y 1962-1964), fruto de mi experiencia profesional desde 1999 hasta ese momento en la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia (ESAD) y de mi búsqueda continua de ejemplos concretos de la interrelación entre la música y el teatro para llevar a la práctica en mis clases. La dramaturgia musical, como forma de unir la música al texto teatral en la puesta en escena, configuró el marco de esta tesis y en la actualidad es mi principal línea de investigación.
En la ESAD de Murcia, la música está presente tanto en la especialidad de Dirección de Escena y Dramaturgia como en la especialidad de Interpretación. Toma una perspectiva más estética en la formación del director de escena y dramaturgo, ya que su necesidad de utilización está más condicionada a conocer gran variedad de estilos musicales que ilustren sus puestas en escena y documenten las indicaciones musicales de sus textos. Además, desde el Departamento de Dirección de la ESAD de Murcia se imparte la asignatura de Escena en el Conservatorio Superior de Música ‘Massotti’ en la especialidad de Canto, colaboración que refuerza la naturaleza interdisciplinar de música y arte dramático.
Sin embargo, la presencia de la música en la especialidad de Interpretación es más aplicada. En la actualidad, hay tres itinerarios en esta especialidad: Textual, Musical y Creación. Textual está presente desde los orígenes de la ESAD de Murcia, Creación se implantó hace unos diez años, y Musical en 1992 en Murcia, antes que en ninguna otra escuela pública de España. En estos treinta años se ha perfilado la figura del actor de musical con profesorado de Arte Dramático, Música y Danza. Desde la música destacamos tres contribuciones fundamentales a la interpretación.
Primeramente, la enseñanza de la música en arte dramático, configurada siempre en conexión con el texto desde el curso primero y donde el alumnado de los tres itinerarios recibe una formación musical común orientada a las bases de la lectura musical. A partir de segundo, cada itinerario se centra en el desarrollo de un repertorio concreto. En el itinerario de Musical, la música potencia la lectura de repertorio, trabajando fragmentos prosódicos, disociación rítmica a través de elementos corporales de repertorio y una introducción a la adaptación de letras, con la composición de prosodias a partir de letras del teatro español. La interdisciplinariedad de la música en las enseñanzas de arte dramático es un hecho con la asignatura de Dramaturgia Musical en tercer y cuarto curso. El desarrollo de una de las competencias de esta asignatura, ‘Interpretar y crear arreglos y versiones, tanto musicales como textuales, a partir de un sistema de trabajo establecido, que busque la excelencia en el resultado final’, constituye una de las herramientas de trabajo más útiles que la mayoría de los egresados recuerdan en su andadura profesional, tanto como actores en producciones de musicales en Madrid como en la creación de sus propias compañías. Se trata de adaptar letras en inglés del musical americano al castellano. La coincidencia de acentos musicales y textuales, la estructura de las rimas y delimitación de frases, la fidelidad con el significado del texto y la caracterización del personaje, así como el desarrollo creativo, culminará en las letras que se llevan a la puesta en escena, donde el paso de la voz hablada a la cantada debe ser un continuo, que ayude al espectador a seguir el hilo argumental de la obra.
En segundo lugar, destacamos en la formación musical del alumnado el área de Canto, cuya formación, tanto coral como individual, contribuye al perfil del actor de musical desde la materia Música y Canto.
Por último, destacamos la importancia de los acompañamientos musicales para completar la formación del actor de musical. En este sentido, desde la música es fundamental el conocimiento armónico para la afinación, de la métrica para los comienzos, la espera en las partes instrumentales, así como mantener el pulso que le coordine con el acompañamiento, entre otros aspectos. En la ESAD de Murcia se comenzó haciendo uso de acompañamientos grabados para las puestas en escena hasta contar con los primeros pianistas de arte dramático y con ellos llegaron las colaboraciones con el Conservatorio Superior de Música ‘Massotti’. Futuros instrumentistas y directores de orquesta participan en ensayos y puestas en escena a través de sus Prácticas externas, lo que aporta al alumnado de ambos centros la posibilidad de ensayar y actuar en una producción musical, haciendo más fácil el camino de su incorporación al mundo profesional. En la actualidad también tenemos una plaza de percusión. Desde Oliver! hasta Next to normal, muchos son los talleres basados en obras de repertorio presenciados en nuestro aulario, teatro, teatros murcianos y festivales.
Entre las problemáticas de la música en estos estudios destacamos las dificultades del trabajo con un repertorio vivo respecto a derechos de autor o las necesidades de flexibilidad horaria y espacial. Desde el ámbito de la educación superior, hay que abordar las enseñanzas artísticas desde espacios comunes de encuentro, dando mayor autonomía de gestión a los centros para articular una educación superior del siglo XXI desde la interdisciplinariedad.
Gregorio Jiménez Payá es catedrático del Conservatorio Superior de Música ‘Joaquín Rodrigo’ de Valencia, donde imparte Composición Electroacústica, y fundador del Laboratorio (LEA) de dicho centro educativo desde su creación en 1995 y promotor del Grado de Sonología que se oferta desde el curso 2015-16. Fue presidente de la AMEE (Asociación de Música Electroacústica de España) y director del Festival Internacional Punto de Encuentro de 2006 a 2014. Participó activamente en la CIME/UNESCO (Confederación Internacional de Música Electroacústica) donde desempeñó los cargos de consejero de 2009 a 2011 y de secretario de 2011 a 2014. Ha estrenado en festivales de los cinco continentes y ha recibido encargos de instituciones como el Ministerio de Cultura. Ha sido compositor invitado en el EMS de Estocolmo y en el GMEB de Bourges.
La globalización hace que todas las disciplinas artísticas convivan en una simbiosis que enriquece el producto final, por lo tanto, es esencial estar abierto como creativo a la capacidad de interconectarlas. A mi modo de ver, la tecnología hoy en día no hace otra cosa que facilitar ese proceso de interconexión entre las diferentes disciplinas, incluso se puede hacer una relectura de obras clásicas desde un punto de vista innovador en el que la tecnología está al servicio de estas nuevas propuestas.
El Grado en Sonología que pusimos en marcha en nuestro centro desde el año 2015 está dirigido a músicos interesados en la tecnología aplicada a la música. Quiero hacer hincapié en decir músicos, porque la idea no es formar técnicos de sonido o especialistas en ingeniería de sonido. El campo que se abre al alumno que termina sus estudios es muy amplio porque hay muchos frentes que se abren a lo largo del grado, como realizar un máster, especializarse en vídeo, intérprete electrónico, electrónica en vivo, producción, mezcla y mastering, grabación en estudio, composición electroacústica, live coding, investigación sonora y pedagógica, creación y gestión de proyectos artísticos multidisciplinares, docencia, etc.
El Laboratorio de Electroacústica (LEA) inició su andadura en el año 1995 con una finalidad dirigida especialmente a la creación, investigación, docencia y difusión. En cuanto a la creación, en el estudio LEA durante sus casi treinta años de existencia se han llevado adelante un sinfín de proyectos tanto de música electroacústica como de música mixta, incluyendo live electronics y colaboraciones con otros centros como la Facultad de Bellas Artes o la Escuela Superior de Danza. En cuanto a la investigación, desde la implantación del Grado de Sonología existe una asignatura denominada Proyectos, que en el plan de estudios se sitúa en tercero y cuarto, en la que los alumnos preparan instalaciones, software específico para aplicaciones concretas, hiperinstrumentos mediante la adición de diferentes sensores con los que lo háptico pasa a tener una nueva dimensión, incluso creación y desarrollo de instrumentos propios. En el estudio se puede trabajar con un sistema multicanal, disponemos de once altavoces más un subwoofer y hemos grabado en él proyectos de algunos investigadores, entre otros, sobre la nota del lobo en el violonchelo o sobre la calidad del sonido en la trompa comparando diferentes parámetros. Los alumnos además tienen que terminar sus estudios con un trabajo Fin de Grado que la mayoría de las veces es de carácter investigativo.
En cuanto a la difusión, se han realizado una infinidad de conciertos, tuvimos un ciclo que denominamos ‘Primavera electroacústica en Valencia’ en el que estrenábamos todas las obras compuestas por el alumnado junto a otras obras de compositores tanto a nivel nacional como internacional. También fuimos sede del Festival Punto de Encuentro de la AMEE desde los años 2007 al 2014. Este año 2023 presentamos en febrero las V Jornadas de Sonología, con conciertos de música electroacústica, música de Cámara con medios electrónicos, clases magistrales y presentaciones. Nuestros alumnos también participan activamente en actividades del centro como las dos óperas que producimos al año. Hace poco presentamos El niño y los sortilegios de Ravel, en la que nuestros alumnos colaboraron en sonido y la iluminación. Quisiera también mencionar la realización de la ópera electrónica Arquímedes de James Dashow que se representó en el Hemisferic, cine IMAX con proyección de videos esféricos, en una pantalla de 900 m2, sistema de audio multicanal y colaboración del Departamento de Canto y de la Escuela Superior de Arte Dramático. Intentar hacer un resumen de todo lo que hemos hecho en estos 28 años es bastante complicado, pero espero que estas pinceladas den una idea de lo que es el LEA.
Otra de las finalidades del LEA es la docencia. Después de muchos años dando servicio exclusivamente a los alumnos de Composición, en 2015, conseguimos que se implantara el Grado en Sonología. Ya han terminado varias promociones y espero que en breve, para cerrar el ciclo, podamos anunciar oficialmente la implantación de un Máster en Sonología. La especialidad va tomando carta de naturaleza en los conservatorios superiores y en un principio solamente había oferta en Barcelona, pero actualmente también están Valencia y Madrid. Los compositores deben tener una formación en tecnología si quieren componer obras con mayor o menor implicación con la electrónica o solicitar ayuda a un sonólogo. También tenemos una figura nueva, el intérprete electrónico, que cada vez se demanda más en los ensembles contemporáneos y este debe ser un sonólogo. Más información en www.sonologiacsmv.com.
OPINIÓN
La música, la vida, solo en relación
Por Sonia Megías
Compositora, directora del CoroDelantal y de la editorial EdicionesDelantal. Codirectora del ensemble Dúa de Pel. Autora de la fanzine LaVidaenMúsica.
¿Puede existir la música desligada de su entorno social y multidisciplinar? ¿Puede un ente viviente desarrollarse sin relación alguna con otros seres distintos de él que lo complementan y enriquecen? Si cada música está creada con una intención, se le ha otorgado un ánima. Como ente animado con propósito, cualquier obra artística/musical, para ser necesita de la relación con otros entes, al igual que los árboles enredan sus raíces o dan sombra a las aves.
Hace unos días estrené mi obra didáctica Udnámekam. Una historia mágica de la música en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA), como cantante y narradora junto al cuarteto de saxos Lumina Ensemble. La obra, con libreto de Eva Guillamón, relata los usos de la música desde el comienzo de la vida humana: cantos de trabajo, de celebración; nanas; danzas que invocan a los agentes meteorológicos; rituales de nacimiento, de amor, de desamor, de muerte; arengas en manifestaciones o en partidos de fútbol… La función social de la música es primordial. Desligarla de su contexto y de las otras disciplinas artísticas resulta altamente artificioso.
Mis creaciones, por su carácter interdisciplinar, con frecuencia eligen expresarse en espacios alternativos a los auditorios o conservatorios. Por ejemplo, inventé en 2011 los Mono+Graphics (exposiciones de mis notaciones expandidas junto a talleres y eventos performativos), y he trabajado como compositora en centros como el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, el Centro Dramático Nacional, el Centro de Arte Dos de Mayo, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía o varios centros culturales de la Cooperación Española. También las estancias en diversas residencias de artistas (una opción fantástica para los y las músicas inquietas) suponen para mí grandes vórtices de experimentación y de crecimiento artístico y personal, al co-laborar de forma continuada con especialistas de las otras artes.
La música, bajo mi punto de vista, inevitablemente cumple una función comunitaria que propicia la relación. Expresarnos a través de ella (no leyendo ni memorizando sino comunicando), transforma al intérprete y a quien escucha, compartiendo así, como comentaba antes, un mensaje con ánima y propósito, algo que una quiere decirle al mundo. Tuve la suerte de contar con un padre dibujante y un linaje materno que canta siempre (a la guitarra y cachivaches varios) tras los banquetes familiares. Este caldo de cultivo me protegió de las garras del academicismo y me dio recursos para inventar, entre otros proyectos, Dúa de Pel y el CoroDelantal.
Dúa de Pel es un ensemble cocreado con Eva Guillamón. Nuestros espectáculos unen música, poesía y puesta en escena. Habitualmente somos nosotras mismas las intérpretes (a veces junto a otros músicos), y en ocasiones trabajamos por encargo de diversas instituciones: la obra teatral Noticias del silencio. El mono, para bailarín y dos coros (Opera Vista Festival, Houston, 2011); la eco-cantata Somos naturaleza(200 Años del Teatro Real, Madrid, 2017); Perpetuum Mobile(Museo Thyssen, 2019-20), o la historia mágica de la música con la que comencé este escrito. La composición musical sobre los textos de Eva me conduce a métricas muy complejas y al mismo
tiempo de una organicidad pasmosa… Compases como 21/8, 14/8, 11/8, cabalgan entre nuestras manos y voces con total libertad y alegría, generando una colaboración nutricia entre texto y música.
El CoroDelantal, por su parte, es un grupo de experimentación vocal que creé en Nueva York durante mi Beca Fulbright (2010-12) como necesidad de dar vida a mis notaciones expandidas, a las que llamo ‘partituras raras’. Su antecesor es el coro VocesBravasLab (Madrid, 2008). Hoy, el CoroDelantal tiene su sede en el MACA de Alicante, aunque continúa activo en Madrid y en Nueva York. Compuesto casi al completo por cantantes amateur, realiza performances colectivas e interpreta videopartituras, partituras táctiles, comestibles, gráficas, partituras falda, partituras para caminar por encima… Este tipo de notaciones las elaboro desde la escucha más absoluta de la obra: materiales, formatos, acciones; y el coro la abarca desde una escucha colectiva, de grupo. Hoy el Conservatorio Superior de Música ‘Óscar Esplá’ de Alicante considera el CoroDelantal como asignatura de libre configuración y premia con créditos al alumnado asistente.
Una educación musical que desliga a la música de sus efectos sociales/ comunitarios y de las otras artes genera una élite de autómatas sordos. Solamente desde la escucha profunda y abierta se consiguen diluir las fronteras entre las disciplinas, y propiciamos como creadoras, intérpretes y oyentes que cada obra o experiencia se sienta libre para expandirse (expandirnos) hacia la inmensidad.
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