La práctica del coro tiene una presencia indiscutible en las enseñanzas de música, desde las Elementales hasta las Superiores. Se trata de una asignatura troncal, necesaria para el desarrollo de las capacidades musicales fundamentales, como el oído, el sentido rítmico, la comprensión armónica o la memoria. Pero también tiene otras componentes globales, como el control de la respiración y la autoconciencia corporal, la adaptación al grupo y la coordinación con los gestos del director.
Si tenemos en cuenta que el aprendizaje de las especialidades instrumentales es esencialmente individual, la práctica del coro se convierte en algo necesario junto al resto de variables colectivas, como la música de cámara, la orquesta o la banda, entre otros tipos de conjunto. Pero, en su caso, al basarse en la voz humana, el coro abre nuevas opciones, como cauce privilegiado de la expresión musical.
Por Antonio Narejos
En España, en las Enseñanzas Elementales de Música, el coro está presente en los cuatro cursos. En las Profesionales, en un mínimo de dos cursos académicos de los seis que forman el grado. Aquí las comunidades autónomas tienen margen para distribuirlos como consideren conveniente. Mientras que, en las Enseñanzas Superiores, la asignatura se disuelve según las especialidades, reduciendo su presencia a las no orquestales como alternativa grupal a la orquesta o la banda.
Por otra parte, en las Enseñanzas Superiores se imparte la especialidad de Dirección, que integra las de Dirección de Coro y Dirección de Orquesta. En este sentido, al tratarse de una única especialidad, se plantean problemas que han sido abordados de distinto modo por las CC. AA. Así, encontramos conservatorios donde se estudia todo simultáneamente y otros donde se establecen itinerarios para la dirección orquestal, la de banda y la coral.
En nuestro artículo de este mes se aborda el coro desde una perspectiva global, como asignatura troncal en las Enseñanzas Profesionales y Superiores y la dirección coral dentro de la especialidad de Dirección. Los cuatro profesores seleccionados para nuestro artículo de fondo comparten una amplia vivencia coral como directores de coro y docentes en diferentes niveles educativos.
Nuria Fernández, coro en los estudios superiores
La asignatura de Coro ha ido evolucionando en función de los diferentes planes de estudio que se han implantado en nuestro sistema educativo. En la actualidad, en la mayoría de los centros superiores, esta asignatura solo está incluida en aquellas especialidades que no son de interpretación orquestal. En mi opinión, creo que es un error, ya que la formación coral favorece el desarrollo del oído interno en diferentes aspectos tales como la afinación, la percepción armónica y otras habilidades como la expresión vocal o el desarrollo y comprensión del discurso musical.
Este aspecto siempre está condicionado por la experiencia coral que hayan tenido los alumnos durante su formación previa. Aquellos alumnos que han tenido la suerte de contar con un buen docente de Coro en el conservatorio profesional llegan con muy buen nivel al Grado Superior. Por ejemplo, en el caso del Conservatorio Superior de Música de Castilla-La Mancha, centro en el que desempeño en la actualidad mi labor docente, los alumnos que han estudiado en el Conservatorio Profesional de Música Tomás de Torrejón y Velasco de Albacete llegan con muy buen nivel ya que este Conservatorio cuenta con un excelente profesor de Coro, Juan Francisco Sanz. Otros alumnos procedentes de otros centros, en algunos casos, cuentan con una formación mucho más precaria. Esto provoca que el nivel del alumnado sea muy heterogéneo y esta circunstancia no favorece siempre el buen desenvolvimiento de las clases en el Grado Superior.
Creo que la asignatura de Coro puede ser muy útil, con un programa de estudios adecuado, para dinamizar la vida musical del centro. Muchas son las posibilidades que ofrece esta materia, no solo como asignatura en sí misma, sino favoreciendo la transversalidad y colaboración con otras especialidades tales como Composición, con la posible interpretación de obras compuestas por alumnos; Dirección, para que los alumnos puedan realizar prácticas; o la interacción con otras agrupaciones como la orquesta, la banda o la big band, por ejemplo, para montar repertorios concertantes.
En el ámbito educativo, en mi opinión, está claro que todo el alumnado del centro, independientemente de la especialidad que cursen, deberían tener la posibilidad de asistir a esta asignatura por los motivos expuestos anteriormente. Además, creo que puede ayudar a desarrollar la creatividad de los alumnos al adquirir habilidades que les ayuden a desarrollar su capacidad interpretativa más allá de su instrumento, en este caso, a través de la voz. Por otro lado, la asignatura de Coro ayuda a ampliar la capacidad perceptiva de los alumnos en diferentes contextos musicales ya que, no se escucha lo mismo tocando en la orquesta que cantando en el coro, a la hora de interpretar la misma obra, por ejemplo. En este sentido, creo que se limita la formación del alumnado al privarles de esta experiencia que, tal y como ocurre en los planes de estudios de otros conservatorios tanto en Europa como en América, todos los alumnos de Enseñanzas Artísticas Superiores cursan la asignatura de Coro.
Tener un espectro lo más variado posible de experiencias interpretativas ayuda a ampliar la perspectiva del entorno en el propio medio musical. Por este motivo pienso que, si todos los estudiantes de música pudieran tener una experiencia satisfactoria con la música coral, mejoraría la percepción en cuanto a este género musical. Esta circunstancia, sin duda, generaría una mejor valoración, comprensión y conocimiento de la música coral que, por otra parte, no hemos de olvidar que ha sido un género prevalente a lo largo de toda la historia de la música. Es más, el germen de toda la música occidental, tal y como la entendemos hoy en día, se encuentra en la música coral.
Juan Ramón Vinagre, coro en los estudios profesionales
La enseñanza de Coro en España ha evolucionado paralelamente a la evolución experimentada por el movimiento coral en España, con la incorporación de nuevo profesorado, con una gran preparación, y que ha implementado nuevas metodologías y nuevos repertorios que no se ha centrado únicamente en impartir las enseñanzas propias de la asignatura, sino que se ha ocupado también de desarrollar las distintas capacidades musicales en los alumnos.
Cuando se trata de la adquisición de conocimientos musicales, a nadie extraña que al cantar en un coro estos aumenten. Se han abordado numerosos estudios que demuestran que el hecho de cantar en un coro desarrolla el conocimiento musical.
La enseñanza de Coro en las Enseñanzas Profesionales de Música debería tener la función de preparar al alumno para que acceda y curse con éxito los estudios superiores. Las connotaciones psíquicas en la producción física del sonido vocal constituyen un importante aspecto para la pedagogía musical. Por ello, una sólida educación musical no debe confiar exclusivamente al instrumento la producción sonora de la música sin favorecer conexiones con la conciencia a través de la voz, interiorizando y utilizando la música antes de interpretarla. Hacer cantar artísticamente a alumnos y alumnas en coro es un primer paso en la formación de un músico. Así, uno de los objetivos principales debería ser el que el alumno desarrolle y utilice el oído interno como base de la afinación, de la audición armónica y de la interpretación musical. También que relacione los conocimientos de música con los adquiridos a través del canto coral, para incorporarlos posteriormente en su práctica musical cotidiana. Además, la asignatura también puede servir para que el alumno domine una herramienta que todo músico debe tener bien desarrollada: la lectura a primera vista.
La inmadurez vocal de los alumnos en este nivel educativo puede ser un problema a la hora de programar determinados repertorios que puedan ser vocalmente exigentes. El profesor debe tener especial celo en seleccionar las partituras, sin que se produzcan lagunas en el conocimiento de compositores o estilos musicales.
Por otro lado, para los alumnos, el coro tiene que ser una oportunidad para conocer y practicar parte del patrimonio musical español, como por ejemplo las Cantigas de Santa María, las obras religiosas de Tomas Luis de Victoria, Francisco Guerrero o Cristóbal de Morales, los villancicos Juan del Encina, etc. Cuando el profesor programe el repertorio, no puede olvidar tampoco dar a conocer las canciones populares españolas a través de buenas armonizaciones o arreglos. Casi que es la única oportunidad que va a tener el alumno a lo largo de su formación de conocer estos repertorios.
Es importante que en cada conservatorio se forme un coro con buen nivel que participe en proyectos musicales de envergadura. Este coro puede ser un referente para el alumnado, y sin duda repercutirá en mejorar la asignatura. Por su edad, los alumnos se ilusionan y se implican fácilmente si ven que el profesor ha desarrollado un buen proyecto que está respaldado y apoyado incondicionalmente por el equipo directivo del centro.
Basilio Astúlez, dirección de coro
Enseño Dirección de Coro en Musikene desde 2018, por lo que sigo considerándome aún un recién llegado a esta disciplina. Asumo este reto lleno de ilusión y con gran responsabilidad, tratando de ampliar en lo posible el espacio y lugar que la dirección coral profesional necesita en nuestro entorno y aprendiendo constantemente de otras disciplinas y compañeras/os. Siempre ligada al amateurismo, con una imagen poco cuidada y respetada incluso dentro del mundo de la música, el camino por andar es aún muy largo y seguramente complejo. La tendencia a la unificación de la dirección orquestal y la coral en una sola especialidad deja también muchos matices propios de nuestro mundo en el camino y puede tender a arrinconar el departamento coral bajo la alargada y poderosa sombra de la dirección orquestal, dotada habitualmente de muchos más medios y recursos en la mayoría de los centros superiores.
En el ámbito educativo considero fundamental que los centros de enseñanza doten a la especialidad de los recursos necesarios para su desarrollo. Lamentablemente, aún hoy sigue siendo frecuente que los alumnos deban dirigir ante grabaciones o en el mejor de los casos con pianista correpetidor, que interpreta una reducción de la obra coral. Considero determinante para la enseñanza de la dirección coral la práctica coral en un buen contexto profesional. Los alumnos necesitan dirigir semanalmente un coro, moldear la música, reflexionar constantemente sobre su gestualidad física y la influencia de esta en el resultado sonoro. La empatía, la capacidad de liderazgo, la conexión personal y otros tantos aspectos conviven de manera maravillosa con los criterios musicales técnicos e interpretativos, y solo el ensayo real es capaz de combinarlos y ofrecer a los alumnos una amplia variedad de casuísticas y situaciones que les permitan desarrollar recursos para resolverlas de manera satisfactoria.
Siempre he dicho que este es un país creativo, apasionado y con un potencial artístico aún por desarrollar en muchos aspectos. El nuestro es un país en el que surgen constantemente proyectos interesantes, grupos corales que alcanzan elevados estándares de calidad, estructuras locales o privadas estables que se desarrollan durante años. El florecimiento de estos interesantes ejemplos, sin embargo, carece de base o soporte institucional. Sigo aún hoy pensando que llegará el día en que quien gobierne entenderá que un país que canta es un mejor país en muchos aspectos y sectores, será alguien que entienda que crecer cantando es uno de los mayores tesoros que podemos ofrecer a nuestros niños y jóvenes. Muchos países bálticos y escandinavos, en quienes fijamos nuestra mirada como ejemplos de sociedades a imitar, tienen el canto coral como una de las actividades más valoradas, practicadas y potenciadas por sus sociedades. Mi contexto en el País Vasco ofrece, de hecho, una predisposición social bastante positiva hacia el canto coral, lo que hace que esté vivo entre nosotros, que lo cuidemos y amemos como algo que nos define y representa.
El mundo de la dirección coral profesional en nuestro país es relativamente nuevo y en muchos aspectos esto trae consigo algunas peculiaridades. Es cierto que carecemos de una red estable de coros profesionales y que el mundo coral que nos rodea sigue siendo mayoritariamente amateur. Por otra parte, hace ya un tiempo que existe una activa tendencia hacia la renovación, actualización y modernización del lenguaje coral en centros educativos de enseñanza general y musical. Constantemente surgen coros infantiles y juveniles que tratan de abrir a sus componentes las puertas de este apasionante mundo, aires nuevos, renovados y frescos. Con ellos llegan también oportunidades laborales para crear, para abrir y para soñar. Somos ya muchos los que llevamos un tiempo plantando semillas sin descanso, regándolas y abonándolas con cariño y constancia para que seguramente pronto florezcan y hagan de nuestro país un país que canta, como algunos soñamos.
Juan Luis Martínez, dirección de coro
La enseñanza de la dirección de coro ha estado debatiéndose (y sigue haciéndolo) entre la existencia como especialidad independiente y la posición de enseñanza complementaria de la dirección troncal. Yo soy partidario de una organización de especialidades independientes, pero con una base común, para evitar la falta de pericia por parte de muchos directores de coro cuando se enfrentan al reto de una producción vocal/instrumental; o la todavía más inadmisible falta de sensibilidad vocal y de adecuación al coro de la que hacen gala muchos directores de orquesta, algunos incluso muy reputados.
He de decir también que no se puede enseñar dirección (la que sea) sin instrumento y que, lamentablemente, en nuestro país, por lo general, en la asignatura de Coro en Grado Superior es donde adquieren conocimientos de canto coral los instrumentistas, por ejemplo, de instrumentos polifónicos. Esto, que es muy necesario para ellos, no permite tener un instrumento adecuado como vehículo artístico ni para aprender a dirigir. En los centros donde el canto como especialidad está contemplado, tampoco se suele conseguir un instrumento coral adecuado porque (en general) la especialidad de canto suele demostrar nula sensibilidad, salvo honrosas excepciones, que luchan contra un plan de estudios que está diseñado, admitámoslo, básicamente para la formación de solistas. Y también en las especialidades instrumentales, aunque el impacto de esta realidad en las agrupaciones instrumentales es menor, por razones que sería muy extenso explicar. Mientras no haya una sensibilidad concreta y dirigida a paliar esta situación en sucesivos planes de estudios, la dirección de coros no tiene espacio para un desarrollo adecuado.
En el ámbito social y cultural, nos guste o no, salvo en Euskadi o Cataluña, nuestro país no ha tenido tradición coral. Un ejemplo un poco duro, pero muy ilustrativo: oyendo a las hinchadas que asisten masivamente a los estadios de fútbol cantar jaleando a los equipos de Gales, Alemania, etc., ¿alguien se ha parado a comparar cómo cantan en relación con la nuestra? Somos un país en el cual un porcentaje muy alto de personas no es capaz de cantar ‘Cumpleaños feliz’ de forma mínimamente satisfactoria. Siento ser duro, pero esto lo dice todo. O la música coral se implementa seriamente desde la infancia, o toda discusión o debate en este terreno es estéril.
Las oportunidades profesionales para los futuros directores de coro no son fácilmente catalogables: hay un ámbito muy amplio de desarrollo, desde el director de un coro amateur, que sin embargo recibe unos buenos emolumentos por su trabajo, hasta el que consigue llegar a dirigir el Coro Nacional. Yo creo que lo importante, y difícil, es conseguir que el oficio que se les ha enseñado les sirva para adaptarse a cualquier experiencia profesional de cualquier rango primero, y después para crecer.
Un pueblo que canta es un pueblo que expresa lo que siente. Nuestro pueblo canta solo, no en grupo. Es curioso: se da un paralelismo con la ‘enseñanza para solistas’ en los conservatorios. Uno encuentra chiquillos que cantan copla o flamenco o pop, o lo que sea, y lo hacen bien. ¿Por qué las orquestas y coros del norte de Europa son de mayor calidad que los del sur, cuando en el sur se da un espectacular e inagotable número de talentos? Sin duda lo coral es una de las manifestaciones más admirables de lo colectivo, pero está, en general, en el terreno de nuestras carencias. ¿Todo esto se puede cambiar? ¿Todo esto se quiere cambiar? Realmente no lo creo.
Manuel Guisado dice
Admiración por los amigos y maestros que intervienen en este interesante artículo. Cuestiones que comparto en su mayoría, pero que habla del tejado de la casa y no de los cimientos. El motor de cambio y la esperanza ante el desánimo de la última frase del artículo, está en las escuelas de la enseñanza general. Cantar desde lo niveles de infantil y cantar bien con objetivos educativos y a la vez artísticos.. Pon un coro en la escuela.:https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=429879754460565&id=100023156310642