El 9 de diciembre, la Sala Berlanga acogerá la propuesta poético-musical con la que se cerrará la cuarta edición de EPOS Lab, con música de Jesús Rueda y Román González Escalera
La Sala Berlanga acogerá la propuesta poético-musical que cerrará la cuarta edición de EPOS Lab. En esta edición se podrán escuchar dos obras en las que la poesía, la música y la escena se unirán en un espectáculo muy cuidado. La propuesta, creada en este laboratorio interdisciplinar, se presentará este viernes, 9 de diciembre.
La música estará de la mano de Jesús Rueda y Román González Escalera a partir de textos poéticos de Ada Salas y Marta López Vilar. Estas estarán flanqueadas por un Preludio, un Interludio y un Final de Sergio Blardony, sobre un poema de Pilar Martín Gila. Finalmente, la puesta en escena estará a cargo de Raúl Marcos.
Las obras están escritas para una plantilla de voz, flautas y electrónica. Los intérpretes serán la soprano Margarita Rodríguez y el flautista Julián Elvira. La iluminación se deberá a Óscar G. Villegas y la documentación y vídeo, a Juan Vicente Chuliá. Así se presentará el resultado de la cuarta edición de EPOS Lab, que explora la diversidad de formas de indagar en el vínculo entre música y poesía en un contexto escénico.
Las obras
En primer lugar, Limbo de Jesús Rueda es una obra sobre textos del poemario del mismo nombre de Ada Salas. Se trata de una propuesta poética y escénico-musical que parte de una pieza escrita para dar cabida a la improvisación de Julián Elvira y Margarita Rodríguez, con una plantilla de soprano y flautas y Prónomo.
Mirada sobre un tiempo diluido es una obra del joven compositor Román González Escalera, basada en el poemario El gran bosque de Marta López Vilar. En esta propuesta, la música pretende recrear la historia que hay detrás del poemario, basado en una larga estancia en la ciudad húngara de Debrecen. La obra está escrita para voz, flautas y Prónomo y electrónica.
Por último, al inicio (Preludio), entre ambas obras (Interludio) y al final (Final), encontraremos una propuesta de Sergio Blardony. Creados sobre un poema de Pilar Martín Gila, a modo de marcadores en el espectáculo, ayudan a dar unidad y a crear un contexto coherente. Es una música escrita para soprano, flauta y electrónica.
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