La soprano australiana de origen británico inicia 2024 con el difícil rol de Konstanze de El rapto en el Serrallo de Mozart, en ABAO Bilbao Opera, que seguidamente llevará a La Scala de Milán, además de debutar Norma en Estados Unidos y de ofrecer un concierto y diversas funciones de Lucia di Lammermoor en Australia.
Por Susana Castro
En los próximos días abordarás el rol de Konstanze en la ópera mozartiana El rapto en el serrallo, en tu regreso a ABAO Bilbao Opera, donde ya has cantado en diversas ocasiones. ¿Cómo es trabajar en la ópera de Bilbao?
Cantar en Bilbao para mí hace tiempo que se ha convertido en un momento especial y muy esperado de cada temporada, tanto por motivos personales como profesionales. A lo largo de los años he creado muchos vínculos de amistad con todo el equipo técnico y humano que hay detrás de la asociación. He vivido experiencias muy bonitas junto a mi familia en esta ciudad. Mi trabajo me obliga a viajar once meses al año y sentirme como en casa en Bilbao (siempre me alojo en el mismo apartamento) es un gran alivio ante la sensación de estar constantemente de viaje. Profesionalmente es difícil encontrar un ambiente más agradable para trabajar en el que nosotros, como artistas, nos sintamos apoyados y animados a dar lo mejor. En ABAO me encuentro rodeada siempre de colegas fabulosos, de altísima calidad, y la producción de El rapto en el serrallo no es una excepción. Por todos estos motivos para mí Bilbao es el lugar ideal para debutar el increíblemente difícil rol de Konstanze.
Ese mismo rol lo interpretarás de nuevo en el Teatro alla Scala de Milán entre los meses de febrero y marzo, ¿cómo describirías vocalmente a tu Konstanze? ¿Y a nivel escénico?
Konstanze representa un gran desafío ya que entra en el rango de soprano dramática de coloratura, que requiere una gran flexibilidad, pero también peso en la voz, especialmente en los registros grave y medio. Me ha ayudado enormemente cantar las cuatro protagonistas femeninas de Les contes d’Hoffmann (Olympia, Antonia, Giulietta y Stella) antes de asumir este papel, ya que los roles de Antonia y Giulietta me han permitido familiarizarme con un sonido más lírico en el registro más grave. Por este motivo he esperado bastante antes de decidirme a debutarlo. La coloratura es extrema, y en este aspecto me ayudan mis años cantando Rossini serio, lo que me ha dado muchas pistas de cómo abordar los pasajes más complicados, así como los papeles de bel canto romántico me han dado herramientas para afrontar escenas largas y prolongadas; la larga duración del aria ‘Martern aller Arten‘ puede asustar, pero se trata más bien de entrenar el cuerpo para sostener el canto durante tanto tiempo.
En ABAO abordaréis una nueva producción, con dirección de escena de Mariano Baudin, ¿habéis trabajado juntos anteriormente? ¿Puedes adelantarnos algunas claves de la producción desde tu punto de vista?
Esta es la primera vez que trabajo con Mariano Baudin, que es muy culto; esta producción ha sido como un descubrimiento y una exploración apasionante de la historia de esta ópera fascinante y de la práctica interpretativa del Singspiel. Me siento muy comprometida como artista trabajando y hablando con Mariano y espero colaborar con él a menudo en el futuro. Visualmente nuestra producción es preciosa, llena de detalles y bastante esotérica.
La dirección musical recae en Lucía Marín, quien, al igual que Baudin, debuta en ABAO. ¿Has podido adelantar ya trabajo con la maestra? ¿Qué te parece su propuesta musical?
Por lo que he podido comprobar hasta este momento, Lucía Marín es una persona con las ideas claras y he sentido muy buena sintonía a la hora de trabajar juntas y de ir construyendo poco a poco toda la compleja parte musical.
Asimismo, en abril debutarás el rol de Norma la ópera homónima de Bellini, en la Palm Beach Opera. ¿Cuánto tiempo llevas preparándote para este debut? ¿Cuál ha sido tu sistema de trabajo para poder seguir con tu actividad mientras estudias un papel de tanta relevancia?
He esperado mucho tiempo antes de decidirme a debutar Norma, porque necesitaba dejar que madurara tanto mi voz como yo misma como artista para poder usar la voz de una manera más dramática sin quedar arrasada por el drama. Además, Norma tiene una historia reciente tan palpable y divulgada que es difícil presentar algo nuevo y original, y esto a veces puede resultar un poco asfixiante. Sentí que era importante abordar otros roles de peso vocal similares, pero sin tantas expectativas, como Beatrice di Tenda, que debuté en el Teatro San Carlo de Nápoles el año pasado. Me sentí tan cómoda interpretando a Beatrice que supe que había llegado el momento de Norma; además, trabajar en mi registro grave al afrontar Konstanze me ha dejado aún más preparada para lanzarme con Norma. Canté la mayor parte del papel en concierto hace muchos años y me gustó mucho, pero en ese momento sentí que no era lo suficientemente madura como actriz para interpretarlo en el escenario. Una cosa es poder cantar algo y otra cosa es poder interpretarlo sin perder el control vocal y dramático del personaje. Esto requiere años de experiencia en el escenario.
Después regresarás a Australia, el país donde te criaste, para dar vida a Lucia, de Lucia di Lammermoor de Donizetti, un rol que has interpretado ya más de cien veces. ¿De qué logras seguir disfrutando y explorando un personaje que has cantado tantas veces?
Cantar a Lucia siempre es una gran alegría; es un papel que me ha llevado por todo el mundo, desde Milán a Nueva York o Lima, y siempre siento que vuelvo a casa cuando lo canto. No creo que la aborde del mismo modo ni tan solo en las funciones de una misma producción, ya que es un rol que está en constante evolución: va cambiando como mi voz y mis experiencias de vida, sin mencionar las influencias que provienen de diferentes directores de escena, maestros y colegas. Lucia es fundamental en mi carrera y espero cantarla durante muchos años más.
Centrándonos en tu actividad discográfica, el pasado 2023 se lanzó al mercado tu álbum ‘DELIRIO’, que ponía el foco en la salud mental presentando algunos de los personajes emblemáticos de óperas de Bellini y Donizetti con el objetivo de profundizar en el retrato que en este repertorio se realizaba de las enfermedades mentales. ¿De dónde surgió la idea de realizar un disco con este hilo conductor?
He pasado gran parte de mi vida fascinada por la salud mental; en la universidad me especialicé en psicología antes de abandonar los estudios para convertirme en cantante. He tenido varios encuentros de niña y de adulta con seres queridos que han sufrido problemas de este tipo, motivo por el que creo que siempre me ha atraído llevar roles como estos al escenario, metiéndome en la piel y el alma de esos personajes y tratar de comprenderlos desde dentro. También creo que es muy importante sacar a la luz las enfermedades mentales, ya que forman una parte de nuestra sociedad y ocultarlas solo aísla a aquellos que sufren aún más.
En cuanto a la grabación de mi último disco, ‘DELIRIO’, parece que me he especializado en este repertorio de escenas de locura de bel canto en parte porque mi voz y mi técnica me han llevado a ellas y en parte por mi fascinación por estos personajes. Quería hacer una grabación de un repertorio en la que tuviera mucha experiencia y sentí que había desarrollado ideas muy sólidas al respecto a través de los años sobre tantos escenarios, así que pensé que sería muy interesante grabar un disco dedicado a este tema en el que he pasado explorando durante tanto tiempo.
Elegí centrarme en Bellini y Donizetti porque ambos lucharon con distintos grados de salud mental y encuentro mucha honestidad en los personajes que crearon. Siempre he sentido que la coloratura fue escrita para expresar emociones extremas y no solo para lucimiento de las prime donne.
En el disco te acompaña la Orquesta y Coro del Maggio Musicale Fiorentino, con dirección de Riccardo Frizza, un maestro con el que has trabajado en reiteradas ocasiones. Para una voz lírica no es sencillo enfrentarse a una grabación discográfica, ¿cómo recuerdas esta experiencia?
Ha sido una de las experiencias más bonitas que he tenido en mi carrera. Vivo en Florencia y el Maggio Musicale es el teatro de mi ciudad, trabajo muy a menudo con ellos y me siento muy cómoda cantando con tantos amigos de la orquesta y el coro. Riccardo Frizza es uno de mis directores favoritos y también un amigo muy cercano, así que podría decir que las cartas estaban muy a mi favor.
Durante el proceso de grabación tuve unas vivencias maravillosas y realmente no quería que terminara nunca. Por supuesto, el trabajo fue extremadamente intenso y no fue fácil no poder liberarte de las emociones de cada personaje al no poder afrontarlo en su totalidad como lo harías en el escenario; me resultaba muy difícil quedarme quieta en un lugar frente al micrófono mientras cantaba escenas tan apasionadas sin arruinar la parte técnica (risas). Pero la sensación de que todos estábamos ahí con el único propósito de servir a la música, de encontrar la mejor expresión posible de la partitura fue para mí muy estimulante y una experiencia inolvidable.
Tanto es así que me he enamorado del proceso de grabación y mi sello lanzará muchos más álbumes en el futuro. Por lo que puedo ya dar la fantástica noticia de que a finales de este año lanzaremos otro álbum, este dedicado a Rossini y grabado con los Solisti Filarmonici Italiani.
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