El próximo 21 de abril Nereydas, bajo la dirección de Javier Ulises Illán, llevará a la Catedral de Toledo un programa de recuperación que incluye cuatro estrenos en tiempos modernos: ‘Tesoros musicales de la Catedral de Toledo: Antonio Gutiérrez y la huella de Haydn en Toledo’. Este año será especial para la agrupación, ya que también saldrán al mercado dos álbumes: La Nitteti de Niccolò Conforto y ‘El libro secreto de la reina María Bárbara de Braganza’.
Por Susana Castro
¿Cuál es el hilo conductor del proyecto que se escuchará en Toledo el próximo 21 de abril?
En 2026 se celebrará el octavo centenario de la Catedral de Toledo y la música será una parte importante de esa conmemoración. El hilo conductor del programa del concierto es, por una parte, la obra propia de Francisco Antonio Gutiérrez, el último maestro de capilla de una época de esplendor que duró casi tres siglos; y, por otro lado, la música de Haydn, que el propio Gutiérrez adaptó para ser interpretada por la plantilla orgánica instrumental con que contaba la catedral toledana. Escucharemos música bellísima, compuesta entre 1795 y 1805, que supone un cambio de estilo y sonoridad muy significativo en la capilla musical de la Catedral.
Tres de las obras recuperadas son de Francisco Antonio Gutiérrez, un compositor leonés que ejerció durante 25 años de maestro de capilla en Toledo. ¿Qué destaca usted de su etapa en la Catedral de Toledo?
Gutiérrez (León, 1762-Toledo, 1828) es un músico avanzado para su época, ávido de conocimientos y abierto a las nuevas tendencias, que siempre mostró un enorme interés por la música sinfónica del ámbito vienés. Tanto es así que, durante sus primeros años de su magisterio, la Catedral de Toledo fue reuniendo una colección de partituras de compositores como Salieri, Mozart, Wraninsky, Dittersdorf, Pleyel y, sobre todo, Haydn. Hoy, de entre las muchas obras que se compraron, en Toledo se conservan dieciocho sinfonías de Haydn, que fueron adquiriéndose durante la última década del siglo XVIII y la primera del XIX, es decir, en vida del propio Joseph Haydn.
Antonio Gutiérrez trabajó como maestro de capilla en la Catedral de Segovia y en el Real Monasterio de la Encarnación de Madrid, por lo que, cuando llega a Toledo, con un bagaje de alto nivel, moderniza, desarrolla y establece un estilo local desde el estudio y el conocimiento de lo europeo. Y ahí es donde la figura de Haydn aporta también un enriquecimiento global, con la aparición de instrumentos que no eran comunes en la capilla catedralicia, como las violas o el fortepiano. Vamos a descubrir una música fascinante, en la que nos va a sorprender su capacidad de emocionar.
¿Qué obras de Gutiérrez han recuperado para esta ocasión?
En el concierto vamos a descubrir una nueva y relevante personalidad musical española, de la que no nos consta que antes se haya interpretado o grabado algo en tiempos modernos. Hemos seleccionado tres obras muy significativas para tiple y orquesta. Como bien comenta en las notas programa el musicólogo Carlos Martínez Gil, sabemos que Gutiérrez completó un total de 201 composiciones, de las que se han conservado casi todas y las hay de todos los géneros religiosos, incluyendo lamentaciones y misereres para la Semana Santa, misas, motetes o villancicos.
Así pues, interpretaremos la Obertura de un Villancico para los maitines de Navidad (1805), una Lamentación del Viernes Santo para tiple solo (1803) con la intervención de la soprano María Espada, y un virtuosísimo Motete al Santísimo Sacramento (1801). Esta última pieza es muy significativa, pues decir Toledo es también celebrar el Corpus, la fiesta más intensa y querida por los toledanos.
A continuación, se escuchará la Sinfonía núm. 104 ‘Salomon’ de Haydn, en la versión que realizó este mismo compositor para la Catedral de Toledo, ¿qué características son más reseñables de esta versión?
Cerramos el programa con una de las más completas y virtuosas sinfonías de Haydn en su versión toledana: la Sinfonía núm. 104 en Re mayor ‘Salomon’, última de las doce londinenses que compuso Haydn, que se conserva en el archivo de la Catedral de Toledo en un manuscrito que contiene la partitura general y viene titulada como Sinfonía con violines, oboes, flauto, viola, fagotes, trompas ed basso del Sr. Haydn, Opera 95. El mismo título ya nos hace ver que se trata de una adaptación a la plantilla orquestal de la Catedral, en la que se tuvo que prescindir de clarinetes, trompetas y timbales, como sí figuran en la partitura original de Haydn. Lo que vamos a interpretar es una versión de la sinfonía de Haydn ‘a la toledana’, es decir, adecuada por Gutiérrez para el conjunto instrumental de que disponía y que hoy calificaríamos como orquesta barroca. Es una oportunidad única para escuchar música sacra del siglo XIX en Toledo.
¿De dónde cree que partió el interés de Gutiérrez por la música de Haydn? ¿Era habitual que se hicieran versiones de estas obras para otros espacios de culto?
Sí, fue habitual sobre todo a partir del último tercio del siglo XVIII. La recepción en España de la música de Haydn era fluida y muy activa, sus cuartetos de cuerda llegaban apenas meses después de su publicación en París y tenemos constancia de que su música sinfónica viajaba hasta catedrales coloniales como México, Chile o Argentina. Ahí tenemos también el ejemplo del encargo de las Siete últimas palabras de Cristo en la Cruz y la vinculación tan estrecha de Haydn con España, a pesar de que nunca la visitó. Antonio Gutiérrez se movió en círculos importantes de la corte en Madrid y era un músico con visión de futuro y aires renovadores.
Por los manuscritos conservados y las referencias documentales conocemos la progresiva voluntad de cambios por parte del maestro de capilla, tendentes a la renovación del resultado sonoro de la orquesta. Además de la inclusión de las violas para la interpretación de la sinfonías de Haydn, por ejemplo, uno de ellos fue la adquisición en 1803 de un fortepiano inglés, que a partir de esa fecha se integraría en la actividad musical de la Capilla, así como para el repertorio de la Semana Santa en sustitución de la antigua lira celi, y, deducimos que también, para la interpretación de estas obras sinfónicas.
La asesoría musicológica y la edición de partituras han estado a cargo de Carlos Martínez Gil, ¿puede describirnos cómo ha sido este trabajo mano a mano?
Carlos ha dedicado más de veinte años a catalogar el fondo moderno de música de la Catedral de Toledo, la comprendida entre 1600 y 1930. Este musicólogo es una pieza fundamental en la comprensión e interpretación de los autores y obras conservadas en Toledo, y este mes de abril presenta por fin el catálogo, junto con Miguel Ángel Ríos.
El trabajo con Carlos ha sido muy intenso, pero lleno de momentos de emoción y disfrute. Ha sido apasionante seleccionar y trabajar las partituras y comentar cada detalle. Estamos ambos entusiasmados, pues no olvidemos que cada nota que va a sonar en el concierto es el despertar a un nuevo repertorio, a un tesoro musical por descubrir. Esto es difícil de contar, hay que sentirlo. Lo viviremos, muy intensamente, el día 21 de abril en la Catedral de Toledo. La música volverá a sonar allí donde lo hizo hace siglos.
Nereydas tiene otros dos proyectos muy importantes para este 2023, dos grabaciones discográficas. El primero de ellos es la publicación de la ópera La Nitteti de Niccolò Conforto y el segundo es ‘El libro secreto de la reina María Bárbara de Braganza’. ¿Qué joyas musicales encierran estos álbumes?
Publicar en el prestigioso sello discográfico Deutsche Harmonia Mundi ha supuesto para Nereydas un reconocimiento internacional a nuestro trabajo y también al patrimonio musical español. En el caso de La Nitteti, se trata de una ópera fastuosa, llena de arias virtuosas y de música muy refinada, de altísima calidad e interpretada por nombres tan relevantes como María Espada, Núria Rial, Ana Quintans o Zachary Wilder.
En el caso de ‘El libro secreto’, estamos ante un disco que va a sorprender. La soprano Núria Rial brilla con un repertorio operístico de mediados del siglo XVIII. También colaboran en la grabación las cantantes Jone Martínez y Lucía Caihuela, en un proyecto cuya investigación y grabación ha sido posible gracias a la Beca Leonardo de la Fundación BBVA. Ambos proyectos además están relacionados con la figura de Farinelli.
A nivel personal, como director y musicólogo, para mí supone también un orgullo haber coeditado las partituras de estos proyectos con profesionales de la musicología tan apreciados como José María Domínguez o Sara Erro, y ver que, tras más de una década de dedicación a la recuperación de música antigua, nuestros repertorios son reconocidos en el extranjero por su alto valor patrimonial y por la calidad de nuestras interpretaciones.
¿Qué otros proyectos ilusionantes tiene Nereydas en los próximos meses?
Nos hace especial ilusión el debut de Nereydas en dos festivales veteranos de España: en julio en el Festival Internacional de Música y Danza de Granada con música de Corselli, Soler y Ugena, y en septiembre en el Festival de Música Antigua de Aranjuez.
También tenemos mucha ilusión con la invitación del Museo del Prado, donde pondremos música a la celebración de la exposición de Guido Reni, con dos conciertos, uno de ellos para niños. Y la Fundación Juan March nos programa para comenzar la temporada que viene con algo que va a sorprender.
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