Una docena de tracks componen Illusions, propuesta personal del vascuence Iñar Sastre que publica el sello Orpheus Classical, bajo la dirección artística del también vascuence Félix Ardanaz, sello que en su ideario apuesta por la renovación discográfica en el sector de la música clásica, con una línea de actuación basada en ocho pilares descritos en el Libro de Oro de la Música como sigue: el apoyo a intérpretes y compositores de talento excepcional en el ámbito nacional e internacional; la innovación, favoreciendo la creatividad y las propuestas originales y su papel en la vanguardia; la grabación con ingenieros de sonido altamente cualificados además de un equipo de microfonía de alta precisión; la edición y masterización profesional del material grabado; la fabricación, diseño y distribución de discos de forma electrónica y física; y, por último, la promoción, con un amplio abanico de servicios promocionales además de la presentación de los artistas a numerosos festivales.
Sastre se presenta en su propia web como pianista, improvisador y compositor, y en el interior del libreto (en castellano, euskera e inglés) nos hace una declaración de intimidad para explicar al oyente de dónde nacen sus músicas, literalmente: «tendemos a interpretar el mundo a través de la visión que adquirimos a partir de nuestras experiencias y conocimientos. Por ello, nuestra percepción hacia los estímulos externos responde a las apreciaciones de cada uno de nosotros».
La propuesta de producción parece sincera, sin evitar roces de notas ni defectos de afinación en el instrumento (sib7 y si6 en varios de los tracks), y el universo sonoro que ofrece, si no nuevo… sí personal, no deja de suponer un elemento de interés para quien quiera dejarse seducir por el interior de Sastre.
Estéticas varias, con un poquito de jazz por aquí, de minimalismo por allá, algo de aleatoriedad y también de lirismo. Algunas páginas más inspiradas y ocurrentes que otras y un pianismo en general correcto, si bien la excelencia en la interpretación de sí mismo, por lo que podemos escuchar, quizá llegue en el futuro de Sastre.
Por: Antonio Soria
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