La Muestra de Música Antigua Villa de Nogales se adentra en su tercera edición en un territorio que no resulta ajeno a los vecinos de este municipio ni a los extremeños: el flamenco. Para ello cuenta con dos destacadas figuras en sus diferentes especialidades: Rocío Márquez en el cante flamenco y Fahmi Alqhai en la viola de gamba y la música antigua.
Rocío Márquez y Fhami Alqhai ofrecerán el 29 de junio en la Iglesia de San Cristóbal Mártir de Nogales, a las 20:30 horas, el programa de flamenco y música antigua Diálogos de viejos y nuevos sones, que ganó el Giraldillo a la Innovación Musical en la Bienal de Flamenco de Sevilla en 2016. Estarán acompañados por otros dos importantes músicos, el violagambista Rami Alqhai y el percusionista Daniel Garay.
Rocío Márquez y Fahmi Alqhai ofrecerán el programa Diálogos de viejos y nuevos sones
Este año se modifica el formato de las dos ediciones anteriores de la Muestra de Música Antigua Villa de Nogales y en lugar de ofrecer un concierto didáctico dirigido exclusivamente a escolares como se venía haciendo en la Casa de la Cultura se ha programado una nueva actividad abierta a todos los públicos, que se ha denominado Encuentro con el Público.
Esta actividad, titulada Aproximación al flamenco y la música antigua, unidos por el pasado, se celebrará a las 19:15 horas en el mismo lugar del concierto, la Iglesia de San Cristóbal Mártir, donde los artistas invitados hablarán a los asistentes de este trabajo musical, que ha unido a dos creadores inquietos e innovadores.
Diálogos de viejos y nuevos sones es un original y ambicioso programa en el que el flamenco y la música antigua dialogan e interaccionan buscando sus puntos de unión. Se ha presentado en los más importantes escenarios del país y también se interpretó el pasado 30 de mayo en la presentación de la Bienal de Flamenco de Sevilla en Madrid.
En este programa se escucharán cantes llegados por la tradición oral y otros leídos en viejos manuscritos, como los cantes flamencos idos y venidos desde Andalucía al folklore americano, pero también chaconas y marionas que cruzaron el Atlántico para quedar escritas en los primeros libros de guitarra española en el siglo XVII. Se incluyen cantos de Claudio Monteverdi («Si dolce è’l tormento»), pasando por seguiriyas, peteneras, canarios, sones sefardíes («A la una yo nací») o el popular catalán «Cant dels ocells» en clave flamenca.
El Ayuntamiento de Nogales (Badajoz) puso en marcha hace dos años la Muestra de Música Antigua Villa de Nogales con un doble objetivo cultural: por un lado ofrecer la oportunidad a vecinos y visitantes de disfrutar de un tipo de música que se encuentra habitualmente alejada de los municipios más pequeños y, por otro, poner en valor el patrimonio histórico y artístico de este municipio de 700 habitantes, que cuenta con un conjunto monumental del siglo XV, integrado por una iglesia y un castillo perfectamente conservados.
De esta manera, la muestra está conseguir unir la música antigua al patrimonio histórico-artístico de Nogales. Tras iniciarse en 2016 con un homenaje a la música de la época de la fundación de Nogales (siglo XV), interpretado por el Ensemble Il Nobile Diletto, y continuar el pasado año con Mujeres Esenciales, a cargo de solistas de la Orquesta Barroca de Sevilla, en esta nueva edición pasarán por la muestra estas dos destacadas figuras del flamenco y la música antigua.
Este pequeño municipio de 700 habitantes de la provincia de Badajoz se encuentra enclavado en un paraje natural —en las proximidades de la Sierra de Monsalud— y en la confluencia de las comarcas de Olivenza y Tierra de Barros. El caserío se extiende sobre la ladera sureste del llamado Cabezo de Nogales, coronado por la iglesia parroquial y su castillo, ambos del siglo XV, que configuran el perfil de la villa. Su entorno natural y los numerosos kilómetros de cañada y cordeles hacen de esta localidad un lugar ideal para practicar senderismo, así como pesca deportiva, por la proximidad del pantano. Su patrimonio histórico-artístico y natural hace de esta villa un lugar propicio para retirarse y «desconectar» del mundanal ruido y sumergirse en la historia, así como en su gastronomía, a base de productos de matanza, guisos autóctonos y dulces típicos.
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