El pasado 2020 fue un año de replanteamientos sociales, políticos y económicos. El compromiso de permanecer en nuestras casas nos condujo a la reorganización de nuestras vidas, un cambio en el que, claramente, las plataformas digitales cumplieron un enorme papel.
Así, durante los procesos de cuarentena, fueron muchas las instituciones y los particulares que, dados los acontecimientos, pusieron a disposición de los usuarios todo tipo de documentos y archivos audiovisuales, demostrando una vez más que, al final, la tecnología digital es una de las herramientas principales de la actualidad. Pero, aquí no les venimos a relatar la importancia de la tecnología en sí, sino uno de los proyectos más notables de los últimos años que, sin duda, constituye un enorme aporte para la música en estos tiempos.
Por Fabiana Sans Arcílagos
Vihuela Database es el nombre con el que John Griffiths ha denominado su base de datos centrada en, como su nombre indica, la vihuela. Este trabajo parte, sobre todo, de la representación de este instrumento en España y abarca el período comprendido entre 1475 y 1625, en el que se logra tener un ‘ambiente integral que engloba la vihuela, su música y sus tañedores’, limitándose cronológicamente ‘desde el comienzo del uso de la vihuela como instrumento pulsado, hasta la transformación en el siglo XVII en un instrumento de cinco órdenes de cuerda que solía llamarse guitarra’.
Recordemos que la vihuela es un instrumento de seis o siete cuerdas que, a pesar de que se utilizaba en distintos países como Italia y Portugal, su mayor florecimiento lo tuvo en España y en los países que se mantenían bajo su influencia en los siglos XV y XVI. Según comenta Griffiths en su artículo ‘Musicología, informática y la vihuela en el siglo XXI’, este instrumento sufre una serie de modificaciones desde la Edad Media hasta el siglo XV, llegando a diferenciarse dos modelos: la vihuela de arco y la vihuela de mano, centrando su investigación en esta última, que se tocaba ‘en contextos cortesanos y urbanos’ y que ‘fue interpretada por músicos profesionales y aficionados, utilizada en espectáculos colectivos, especialmente en la corte’, aunque también de forma privada. Hoy en día se conservan dos vihuelas: una en el Museo Jacquemart-André del Instituto de Francia en París y otra en la Iglesia de la Compañía de Jesús en Quito (Ecuador), tal como lo describe Diana Poulton en su entrada dedicada a este instrumento en el New Grove.
Por su parte, John Griffiths, doctor en Música por la Universidad de Melbourne y en Artes por la Universidad de Monash, además de cofundador del conjunto La Romanesca, es uno de los mayores especialistas en el estudio sobre la vihuela, el laúd y las guitarras antiguas. Sus investigaciones, centradas desde la práctica, giran no solo en torno al instrumento, sino su técnica, historia social y tradiciones. Además, el músico es recurrente colaborador en artículos para The New Grove Dictionary of Music, Die Musik in Geschichte und Gegenwart y el Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana editado por el Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU).
Volviendo a la descripción del proyecto, Griffiths muestra en su portal la investigación que le ha llevado casi treinta años y que está relacionada con las humanidades digitales. La página se divide en siete secciones: ‘vihuelas’, ‘music’, ‘fantasia’, ‘people’, ‘documents’, ‘bibliography’ y ‘recordings’, unidades que pueden consultarse individualmente, aunque todas están interrelacionadas entre sí, erigiendo, lo que el músico australiano denomina como una ‘enciclopedia no narrativa del instrumento y su música o, simplemente, un microcosmos de la vihuela’.
Para Griffiths, la base de datos se despliega en tres grandes apartados. El primero es el relativo a ‘vihuelas’, en el que encontraremos 175 entradas de este instrumento y otros que, por problemas de terminología y características que aún están en estudio, se relacionan en características, forma y época con el instrumento principal de esta página. La descripción se realiza a partir de la iconografía y de algunos instrumentos que han sobrevivido. Al acceder a cada imagen encontraremos el nombre del instrumento, su localización, descripción sobre las características organológicas visibles del diseño del instrumento, período o fecha de fabricación, procedencia, fabricante o artista y bibliografía relacionada, así como algunos comentarios.
Otro de los grandes campos de esta base de datos es la música (‘music’). Tal y como se describe en la página, comprende cerca de 750 obras que se encuentran principalmente en siete libros de vihuela impresos, siendo los tres primeros el Libro de música de vihuela de mano, intitulado El maestro de Luis Milán, Los seys libros del Delphin de música de cifras para tañer Vihuela de Luis de Narváez y los Tres Libros de Música en Cifras para Vihuela de Alonso Mudarra, existiendo otras piezas conservadas en manuscritos de finales del siglo XVI y principios del XVII. Directamente en la búsqueda podremos encontrar: compositor, fuente con el folio correspondiente y una pequeña imagen del íncipit tomada de la fuente original, además de otras características que se describen con más amplitud como la notación, el texto, modo o tono y en ciertos casos hasta el género. Además, se añaden comentarios y un apartado de documentos y grabaciones relacionados con esa pieza.
Finalmente, el tercer gran bloque corresponde a ‘las personas que pueden asociarse con la vihuela, especialmente los intérpretes, compositores, constructores y muchos otros’, denominando esta sección como ‘people’. Tal como vemos en los otros accesos, Griffths detalla la información de cada personaje con su fecha de nacimiento y muerte, género, grupo profesional y estatus al que posiblemente pertenecía, años de actividad y región en la que se localiza, además suma una breve biografía que nos ayuda a reconstruir la historia del instrumento con una perspectiva social.
No obstante, tal y como hemos comentado, la base de datos se complementa con otros cuatro apartados, entre los que podemos describir el denominado ‘fantasia’, que según nos describe el músico, esta ‘era para el vihuelista el punto culminante de su arte, y el género donde cada autor mostraba su máxima capacidad como creador’. Así, en esta entrada se recogen 1180 temas melódicos que han sido empleados en aproximadamente 119 fantasías, tanto de los temas de apertura como de los internos más significativos. Los otros tres bloques se refieren: uno a los documentos, en el que se puede encontrar ‘todo tipo de fuentes escritas contemporáneas con hechos […], manuscritos conservados en bibliotecas de archivos, y los libros impresos durante la época’; luego a la bibliografía, en la que se ‘establece conexión entre los estudios musicológicos modernos’ y el material que se pueda relacionar con este instrumento; y, finalmente, una base de datos discográfica, necesaria e ilustrativa tanto para el estudio de la interpretación a lo largo del tiempo como para el disfrute y acercamiento de todo el público.
Esta página, que Griffiths mantiene en constante desarrollo, es primordial para los tiempos que corren. Cada vez son más los investigadores, particulares o en conjunto, al igual que instituciones, que apuestan por el desarrollo de las humanidades digitales. En la musicología podemos encontrar otros proyectos como Global Chant Database, Musicologie Médiévale, The Big List o el RISM, cada uno en su formato, época y estilo, pero que constituyen una importantísima base para las investigaciones futuras. Hablaremos de algunas de ellas, por lo pronto, les invitamos a navegar a través del fascinante universo de la vihuela.
Todas las referencias han sido extraídas del artículo citado en el texto escrito por John Griffiths, de la página web Vihuela Database y del New Grove Online.
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