El compositor Horacio Vaggione (Córdoba, Argentina, 1943) ha ganado el XVII Premio SGAE de la Música Iberoamericana Tomás Luis de Victoria.
De este modo, el autor argentino obtiene este galardón, que convoca la Fundación SGAE desde 1996, considerado el más alto reconocimiento público a un compositor vivo de origen iberoamericano por haber contribuido sustancialmente al enriquecimiento del acervo musical de los pueblos a través de su obra creativa.
“Me faltan las palabras para describir lo que siento, me siento muy honrado porque este es un premio muy importante, de larga tradición hispánica pero también universal. Siempre he estado ligado a la figura de Tomás Luis de Victoria como autor, pero ahora puedo decir que formo parte de la tradición de su polifonía”, declara Vaggione, quien ha confesado sentirse “en familia” al recibir este reconocimiento.
En su trayectoria más de 50 textos publicados y 80 obras instrumentales, electrónicas y mixtas que le han servido para ser considerado pionero en el desarrollo de la música con las nuevas tecnologías. “Un compositor de referencia en el presente”, pero destacado “no solo por sus composiciones finales sino por el trabajo con las sonoridades como materia naciente”, tal y como ha destacado el compositor Luis de Pablo, presidente del jurado que ha encumbrado la carrera de Vaggione.
El jurado, reunido el pasado lunes en la sede de la Fundación SGAE en Madrid, decidió concederle el premio “por la riqueza de su catálogo, que incluye composiciones electroacústicas, instrumentales y mixtas, por la transcendencia de su obra, que abre caminos en la creación de sonidos, por su aportación a la renovación del pensamiento musical dentro y fuera del ámbito iberoamericano, y por su capacidad de inspirar a las nuevas generaciones de músicos”.
De carácter inquieto y multidisciplinar, la música de Vaggione bebe de influencias estilísticas de todo el mundo y es reconocido su trabajo como creador de nuevos sonidos a través de sintetizadores y técnicas digitales. Aunque comenzó sus estudios en la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina), su espíritu inquieto e innovador le hizo viajar hasta Europa donde residió principalmente en España hasta su asentamiento final en París en 1978, donde reside actualmente como Profesor Emérito de la Universidad de Paris VIII.
“No recuerdo en qué momento indefinido me consideré compositor. Lo he sido desde niño. He emprendido un camino lleno de estudios, de encuentros con profesionales de todo el mundo, he trabajado con compañeros de todas las nacionalidades”, explica el autor en cuya carrera se encuentran colaboraciones con artistas como José Manuel López López, Juan Carlos Paz o Daniel Charles.
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