Hernández-Silva ha decidido poner fin a su etapa como director titular y artístico de la Orquesta Sinfónica de Navarra al vencimiento de su actual contrato en agosto de 2021
El pasado jueves, día 14 de mayo, recibimos en nuestra redacción este comunicado, remitido por la agencia artística del maestro Hernández-Silva, ACM Concerts: ‘Manuel Hernández-Silva ha decidido poner fin a su etapa como director titular y artístico de la Orquesta Sinfónica de Navarra al vencimiento de su actual contrato en agosto de 2021 por irreconciliables discrepancias artísticas y de gestión con la gerente D.ª M.ª Antonia Rodríguez. Hernández-Silva, que contaba con el respaldo mayoritario de los profesores de la OSN para su renovación, fue nombrado titular de la formación en 2017, siendo gerente Félix Palomero. Su contrato tenía una duración inicial de tres temporadas y entró en vigor en la temporada 2018-19′.
Comprobamos sin sorpresa que la mayor parte de la prensa especializada se dedicó a copiar el comunicado, sin comentarios, y sin más datos que los facilitados en el mismo. Sin embargo, en la prensa local navarra, en las redes sociales y en los círculos más o menos afines al maestro, la cosa se estaba poniendo al rojo desde que el lunes anterior Manuel Hernández-Silva comunicó su decisión a la gerencia de la Orquesta y a sus responsables políticos.
Parece ser que María Antonia Rodríguez no se esperaba el anuncio y sacó conclusiones precipitadas sobre sus motivaciones. Según sus declaraciones en los diarios navarros, no era consciente de que existieran las discrepancias alegadas por el maestro ni ‘es bueno para la orquesta’ que se produzca este comunicado. Muy por el contrario, nosotros entendemos que el proceder de Hernández-Silva es honesto y muy correcto. Avisar con un año de antelación su deseo de no renovar proporciona a los responsables de encontrarle un sustituto el plazo necesario para hacerlo.
Por otro lado, las relaciones del director titular con los profesores de la Orquesta son excelentes y tienen todo un año por delante para consolidar los magníficos resultados que están obteniendo juntos. Sin embargo, parece que existe un gran empeño por parte de alguien en relacionar la decisión de Hernández-Silva con el supuesto resultado de una encuesta realizada por la gerencia a los profesores de la Orquesta, en torno a su deseo de que se le renovara o no el contrato al término del mismo, en agosto de 2021.
Lo más asombroso del caso es la facilidad que tienen algunos colegas, que se llaman periodistas, para tergiversar la realidad y reinventarla según sus intereses, sus gustos o, simplemente, su ignorancia. Así, hemos podido leer titulares como estos: ‘Una encuesta a los músicos enfrenta al director y la gerente de la OSN‘ o ‘La mayoría de los músicos de la OSN rechaza renovar a Hernández-Silva en 2021‘. La presidenta del comité de empresa explicaba en declaraciones a Noticias de Navarra que ‘es una consulta rutinaria que se suele hacer en todas las orquestas’ y, además, no es vinculante.
Como no hace falta ser un gran matemático para explicar el asunto de la encuesta, intentaremos hacerlo de forma sencilla en estas líneas. Se planteaban dos cuestiones: ‘¿Eres favorable a la renovación del contrato del maestro Hernández-Silva por tres temporadas más?’ y ‘En caso negativo, ¿serías favorable a una ampliación por un período de menor duración?’. Se registraron 49 votos.
En la primera pregunta, la encuesta arrojó un resultado de 36 noes y de 13 síes. En la segunda (en la que lógicamente solo votaban los 36 que habían dicho ‘no’ a la pregunta anterior), hubo 16 síes y 20 noes. Mientras que Rodríguez atribuye la decisión del maestro a que ‘no le ha gustado el resultado de la votación’ en declaraciones a la prensa local, nosotros no podemos estar de acuerdo con este punto de vista de ninguna manera. Si de 49 profesores 20 votan que no quieren su renovación en ningún caso y los otros 29 (casi el 60 %) prefieren que renueve (unos por tres años y otros por menos tiempo, pero prefieren que renueve, en cualquier caso) sería muy difícil no estar satisfecho con el resultado de la votación. Ya quisieran muchos directores titulares obtener el 60 % de aprobación entre sus músicos.
La única conclusión es que un director que ha trabajado duramente y con seriedad, obteniendo una vez más, y no es la primera ni la segunda vez que lo hace, unos resultados magníficos al frente de una orquesta, se ve obligado por motivos que solo él conoce a dejar su titularidad, y lo hace honestamente, con el plazo y por los cauces adecuados. Que cada cual saque sus propias conclusiones.
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