El periodo histórico del barroco musical inglés, contando aparte al italiano, germen del estilo genuino de la época y dejando a un lado el barroco francés de corte de Lully (autor de suites de orquesta y ballet, y de algunas óperas) y el conservadurismo del barroco alemán previo a Bach (con Praetorius, Schein, Scheidt y Schütz, concentrados en el coral luterano y desbordados por las influencias italianas), será el estilo que aportará una de las figuras más importantes: Henry Purcell. Compositor de las típicas obras religiosas anglicanas “anthems”, elevadas a su quintaesencia junto a su compatriota y maestro John Blow, fue organista en la londinense abadía de Westminster desde 1679. Abordó variados géneros, de los que la posteridad ha dado buena cuenta de su calidad, pero su obra maestra es la ópera Dido y Eneas, sobre un libreto del dramaturgo británico Nahum Tate, que representa la historia de un capítulo de la Eneida de Virgilio, renovando sabiamente la escena teatral inglesa. Quizás sea la obra que más fama le ha aportado fuera de sus fronteras británicas natales, pero hay mucho Purcell del que disfrutar y que recordar con motivo, si hay que poner alguna excusa extraordinaria para admirar las dotes creativas de dicho compositor a los trescientos cincuenta años transcurridos desde su fallecimiento que celebramos en el año 2009.
Por Roberto Montes
Una boyante Inglaterra
Buscando bases para entender los orígenes y circunstancias en las que emergió la figura de Purcell, hay que subrayar que la transición del Renacimiento al Barroco se efectuó en Inglaterra de manera gradual a causa de la tradición vocal e instrumental del siglo XVI que proporcionó una época de oro en el campo de la música al país.
En cuanto al aspecto político que vivió el autor, los reinados de los tres monarcas a cuyo servicio estuvo Purcell (Carlos II, Jacobo II y Guillermo III) llenan un crucial periodo de la vida inglesa en el que se avanzaría decisivamente hacia la modernización del país. Inglaterra se modernizó políticamente y propulsó un auge del comercio como base fundamental de la actividad económica del país, repercutiendo en una homogeneización de los ingresos y recursos a compartir, sin obviar diferencias sociales, pero dando como resultado una benevolente burguesía.
Dentro de esta atmósfera, la capital, Londres, desempeñaba un papel de primer orden: cuando Purcell muere, en 1695, contaba con más de medio millón de habitantes y era la mayor ciudad de Europa, en la que el potencial económico y el cultural se daban la mano como referentes para el resto del deprimido continente.
Purcell llegó a ocupar una larga lista de cargos cortesanos: ayudante del conservador de instrumentos reales, afinador del órgano de la abadía de Westminster, compositor del “Consort de violas”, organista de la Abadía de Westminster, organista de la Capilla Real, mantenedor y afinador de los instrumentos del rey y clavecinista privado del rey. Sin embargo, esto no significaba que debiera doblegarse enteramente y en exclusiva al servicio del monarca, pues la remuneración era escasa y a los músicos reales se les permitía ejercer otras funciones privadas, por lo que puede entenderse bien su intensa dedicación a la música escénica a partir de 1680.
Los orígenes de Purcell
Perteneciente ahora como un distrito más de la ciudad de Londres, Purcell nació en St Ann’s Lane, en la calle Old Pye de Westminster. Su padre, también llamado Henry Purcell, pertenecía a la Capilla Real y cantó en la coronación del rey Carlos II de Inglaterra, y su hermano mayor, Thomas Purcell, del que sabemos falleció en 1682, era también músico. Pero el padre de Purcell tuvo tres hijos: Edward, Henry y Daniel. Éste último, muerto en 1717, el más joven de todos, fue también un compositor prolífico que escribió música para buena parte del final de The Indian Queen tras la muerte de su hermano Henry.
Tras la muerte del patriarca en 1664, Purcell pasó a estar bajo la tutela de su tío Thomas, quien le mostró gran afecto y amabilidad. Thomas era un caballero de la Capilla de Su Majestad, y consiguió que Henry fuese admitido allí como corista. Henry estudió en primer término con el capitán Henry Cooke, maestro infantil, y después con Pelham Humfrey, su sucesor. Henry fue corista de la Capilla Real hasta que mudó la voz en 1673, tiempo en el que se convirtió en asistente de John Hingeston, el conservador de instrumentos musicales del rey.
Se cree que Purcell compuso a los nueve años de edad, pero su obra más temprana podría ser una oda para el cumpleaños del rey, escrita en 1670. Tras la muerte de Humfrey, Purcell continuó sus estudios con John Blow. Fue a la escuela de Westminster, y en 1676 fue nombrado organista en la Abadía de Westminster, y en ese mismo año compuso la música para las piezas teatrales Aureng-Zebe de John Dryden y Epsom Wells y The Libertine de Thomas Shadwell. El coro “In these delightful groves” de esta última todavía se interpreta. A estas obras le siguieron en 1677 la música para la tragedia Abdelazar de Aphra Behn, y en 1678 una obertura y ‘masque’ para la nueva versión de Shadwell sobre Timón de Atenas de William Shakespeare.
Entre las primeras obras de Purcell se encuentran las fantasías para viola (1680), que representan el final florido de la música isabelina. Muestran asimismo el dominio del joven compositor en la utilización de las técnicas contrapuntísticas de la polifonía antigua, así como la profundidad emocional y el control expresivo de la disonancia, típicas del estilo renacentista, características también patentes en los anthems de este periodo.
En 1679 escribió algunas canciones para la obra Choice Ayres, Songs and Dialogues de John Playford e incluso un ‘anthem’ de nombre desconocido para la Capilla Real. De una carta escrita por Thomas Purcell se deduce que este anthem fue creado para la voz excepcionalmente buena del reverendo John Gostling, de Canterbury, uno más de los miembros de la capilla. A partir de entonces, Purcell escribió varios anthems en diferentes momentos para esta extraordinaria voz, un bajo profundo del que se sabe que poseía un registro de casi dos octavas enteras. Pero las fechas de estas composiciones sacras son prácticamente desconocidas. Quizás el más notable ejemplo de anthem es “They that go down to the sea in ships”. En agradecimiento a una providencial salvación del rey de un naufragio, Gostling, quien había formado parte del partido realista, unió varios versos de los salmos en la forma de un anthem y pidió a Purcell que los musicara. La obra es difícil, con un pasaje descendente de apertura que atraviesa la amplia tesitura de Gostling, desde una agudo re hasta dos octavas más abajo.
La hora del relevo
Blow, quien había ostentado el puesto de organista de la Abadía de Westminster desde 1669, decidió dejar su puesto en 1680 para dejárselo a su alumno, quien por entonces tenía tan sólo veintidós años de edad. Purcell se consagró entonces casi por entero a la composición de música sacra, frenando su relación con el teatro durante seis años. Sin embargo, durante el comienzo del año, probablemente antes de tomar posesión de su nuevo oficio, Purcell había producido dos obras para el escenario, la música para Theodosius de Nathaniel Lee y para Virtuous Wife de Thomas D’Urfey.
La composición de su ópera de cámara Dido y Eneas, uno de los títulos más relevantes de la historia de la música dramática en Inglaterra, se atribuye a este período. Con libreto de Nahum Tate, se representó en 1689 en cooperación con Josiah Priest, un maestro de danza y coreógrafo del Teatro Dorset Garden. Se da la circunstancia de que la esposa de Priest regentaba una escuela para jóvenes muchachas en Chelsea, donde la ópera se estrenó. Es considerada como la primera ópera inglesa, aunque en numerosas ocasiones se ha atribuido tal virtud a Venus y Adonis de Blow. En ambas obras, la acción progresa a modo de recitativo al estilo italiano. No obtuvo mucho predicamento en su época, pero la obra fue muy popular en círculos privados, hasta que en 1840 se publicó y dejó de permanecer sólo de manera manuscrita.
Poco después de su casamiento y tras la muerte de Edward Lowe, en 1682, Purcell fue nombrado como organista de la Capilla Real, un empleo que podía simultanear con su puesto en la Abadía de Westminster. Su hijo mayor nació ese mismo año. Su primera composición impresa vio la luz en 1683: las Doce Sonatas. Desde entonces estuvo enteramente ocupado con la producción de música sacra, odas para el rey y la familia real, y otras obras del mismo calado.
Purcell y el teatro
En cuanto a su música instrumental, es concisa si no escasa, pero no dejan de encontrarse en su producción música para tecla, suites, piezas para órgano y para viola. Tal vez las obras más famosas de Purcell sean las de teatro, al que comenzó a dedicar mayor atención a medida que la música religiosa iba decayendo. Pero en 1687 Purcell firmó su acta de matrimonio con el teatro con la música para la tragedia Tyrannick Love de Dryden. Además de alguna pieza tan popular como la música de la tonada que posteriormente habría de llamarse Lillibullero, Purcell aportó la música para The Fool’s Preferment de D’Urfey en ese mismo año de 1687, para la adaptación de Betterton titulada Dioclesian sobre un original de Fletchar y Massinger y Amphitryon de Dryden en 1690. En 1691 escribió la que muchas veces se considera una auténtica obra dramática de Purcell, King Arthur, con libreto de Dryden y no publicada hasta 1843. Un año más tarde completaría The Fairy Queen, la adaptación de El sueño de una noche de verano de William Shakespeare, partitura no redescubierta hasta 1901, a la que siguió en 1695 The Indian Queen, además de canciones para una adaptación de La Tempestad de Shakespeare. En estas “semi óperas”, término utilizado para los dramas de Purcell, los personajes principales no eran cantados sino hablados, mientras que otros personajes de menor entidad se encargaban de cantar las canciones y bailar los números musicales, puesto que el texto recitado portaba el desarrollo de la acción.
Pero hay que insistir que esta música para el teatro no era la actividad principal de Purcell a pesar de la importancia que se le da hoy en día. La música para las ocasiones reales es la que mayor renombre le dio en su época. El Te Deum and Jubilate fue escrito para el día de Santa Cecilia de 1693, el primer Te Deum inglés de la historia con acompañamiento orquestal. Esta obra se interpretaba año tras año en la londinense Catedral de San Pablo hasta 1712, cuando se empezó a alternar con el Utrecht Te Deum and Jubilate de Georg Frideric Haendel, reemplazadas ambas obras en 1743 por el Dettingen Te Deum también de Haendel, autor que vino a reparar la temprana pérdida de tan noble genio como el de Purcell en la exuberante Inglaterra musical barroca.
Músico inglés inmortal
Purcell falleció en su casa de Dean’s Yard, en Westminster, en 1695, en la cima de su carrera. La causa de su muerte no está clara: una teoría sostiene que un catarro tras llegar tarde del teatro y encontrar que su esposa había cerrado la puerta con llave; la otra apela a la tuberculosis como causa de su deceso. Purcell está enterrado junto al órgano de la Abadía de Westminster. En su epitafio se le: “Aquí yace Henry Purcell Esq., quien dejó esta vida y se marchó a ese adorado palacio donde su armonía puede superarse”.
Su mujer Frances y tres de sus vástagos fueron sus herederos. Frances murió en 1706, habiendo publicado un buen número de sus obras, incluyendo la famosa colección Orpheus Britannicus, en dos volúmenes, de 1698 y 1702, respectivamente, y que tan fabuloso sobrenombre a dado al compositor inglés.
La muerte de Purcell a los treinta y cinco años de edad impactó profundamente a sus contemporáneos, quienes le rindieron todo tipo de homenajes y honores. Entre ellos John Blow, su maestro, quien escribió una oda junto a Dryden dedicada a Purcell. Tan fuerte fue el impacto y la valía de su fama que erróneamente se le atribuyó durante muchos años la marcha procesional nupcial The Trumpet Voluntary, que en realidad fue escrita alrededor del año 1700 por el compositor Jeremiah Clarke con el título de Marcha del Príncipe de Dinamarca.
Por otra parte, el redescubrimiento de la música de Purcell ha sido decisiva en el resurgir de la música inglesa del siglo XX, de forma que la influencia que a su muerte se desvaneció con rapidez, se ha impuesto más de doscientos años después. Purcell ha influido enormemente en compositores de la era del renacimiento musical inglés de comienzos del siglo XX, sobre todo a Benjamin Britten, quien creó una versión de Dido y Eneas y cuya obra The Young Person’s Guide to the Orchestra se basa en un tema de Abdelazar de Purcell. Además, estilísticamente, el aria “I know a bank” de la ópera de Britten El sueño de una noche de verano está inspirada claramente en el aria “Sweeter than Roses” que Purcell compuso originalmente para la música incidental de Pausanias, the Betrayer of His Country de Richard Norton.