Schmelzer: “Sacro-Profanus Concentus Musicus 1662”
Concentus Musicus Wien. Director: Nikolaus Harnoncourt
TELDEC 8.42100 244 691-2
En gran medida cabe marcar este disco como símbolo de un modo de entender la música antigua desde la óptica, personal y sugerente, de un director como Nikolaus Harnoncourt. Ofrece un ejemplo frente a un compositor en concreto, Johann Heinrich Schmelzer, como parte de un proyecto discográfico para festejar los 25 primeros años de un sello, que fue un recorrido por la imagen de las grabaciones con instrumentos de la época de la mano de un grupo de compositores.
Los resultados obtenidos en 1970 en cuanto a la calidad de sonido fueron de primer orden, lo que no es frecuente cuando han transcurrido treinta años y los procedimientos técnicos han experimentado un extraordinario desarrollo. Pero, además, importa la visión de Harnoncourt a la hora de abordar las partituras. No es posible olvidar que este director, también violoncellista, lo fue de la Orquesta Sinfónica de Viena de 1952 a 1969, es decir, que abandonó el famoso y prestigioso conjunto un año antes de llevarse a efecto el aniversario recogido en la colección de 20 discos compactos del que forma parte el que se comenta. Pues bien, Harnoncourt, que había fundado el “Concentus Musicus” en 1953, preocupado por la proximidad o distancia del sonido obtenido al tiempo de cada compositor, ya había manifestado que “no existe una orquesta ideal que permita la adecuada interpretación de la música de todas las épocas”. Sin embargo, mantenía los principios básicos que le habían servido para buscar en “Concentus Musicus” una vía de acercamiento, que se plasmó en las grabaciones en 1962 de los “Conciertos de Brandeburgo”, y en sus colaboraciones con otros interpretes que en la década de 1950 se movían en la misma dirección.
El criterio que condujo a la fundación del conjunto lo resumió él mismo en aquel momento. “No consideramos ya -decía- a los instrumentos del siglo XVIII como precursores imperfectos de los “perfectos” de nuestra época; por el contrario, se ha reconocido más bien que muchas de las exigencias planteadas por la ejecución musical referentes a la articulación, sonoridad o técnica instrumental pueden resolverse más fácilmente y con mayor naturalidad mediante instrumentos originales que con los que datan de épocas posteriores y han sido construidos con finalidades distintas.”
El registro de las “Sonatas” de Schmelzer es una prueba excelente de ello, en un trabajo llevado a cabo con instrumentos originales, cuando al margen de los rescatados “con vida” del pasado próximo, las reconstrucciones con los mismos principios, ya habían logrado un altísimo grado de perfección. Entre los componentes del Concentus Musicus de Viena se encuentran, junto a Nikolaus Harnoncourt como director intérprete de violas da gamba tenor y bajo, y entre otros nombres, su esposa, la violinista Alice Harnoncourt; Herbert Tachezi, órgano y clave, o Hans Pöttler, trompeta barroca, por citar sólo algunos nombres.
Una buena parte de los criterios de Nikolaus Harnoncourt sobre la interpretación de la música del pasado, de los que deja constancia práctica en las magníficas versiones de estos registros, están reflejadas en sus libros “El Discurso musical” y “El Diálogo musical”, de 1984 y 1985.