Daniel del Pino, piano
VERSO VRS 2083
Saludamos como novedad de grandísimo interés una de las páginas de música española imprescindible en la fonoteca del buen melómano. Se trata de Goyescas de Enrique Granados (1867-1916), obra para piano que posteriormente dio vida a una ópera. En la grabación esencial que aquí presentamos se le añaden dos obras accesorias, como la también goyesca El pelele y los poco conocidos Bocetos.
En 1909, Enrique Granados comenzó a trabajar en lo que sería su obra para piano más conocida, Goyescas. Granados sintió una gran admiración por el pintor Francisco de Goya y Lucientes, como atestiguan sus propias palabras: “Me enamoré de la psicología de Goya, de su paleta. De él y de la duquesa de Alba; de su maja señora, de sus modelos, de sus pendencias, amores y requiebros. Aquel blanco rosa de las mejillas contrastando con blondas y terciopelo negro con alamares; aquellos cuerpos de cinturas cimbreantes, manos de nácar y de jazmín posadas sobre azabaches, me han trastornado”. Goya inspiró a Granados una visión musical emotiva y apasionada de algunos de sus cuadros, especialmente aquellos que describen los amores de las majas y los majos en su versión más romántica y novelesca.
En 1915, el compositor se expresó así: “Hace unos diecisiete años esbocé sin éxito un proyecto. Había defectos evidentes, pero estaba convencido de ciertos momentos que conservé cuidadosamente. En 1909 volví sobre ellos de nuevo, dándoles la forma de una suite para piano. La idea que yo tuve presente como generadora de esta música, era España, en el sentido abstracto e ideación de determinados elementos del carácter y la vida de mi país. Coincidiendo con ello, tenía muy en cuenta los tipos y las escenas tratados por Goya.” En 1911, Granados terminó la primera parte de Goyescas (Los majos enamorados), que consta de cuatro piezas: “Los requiebros”, “Coloquio en la reja”, “El fandango de candil” y “Quejas o la maja y el ruiseñor”. Después el compositor comenzó a trabajar en las dos piezas de la segunda parte, que completó el año siguiente:“El amor y la muerte: balada” y “Epílogo: Serenata del espectro”.
En 1912, Granados conoció al pianista norteamericano Ernest Schelling, quien poco más tarde animó a Granados a componer una ópera a partir de las piezas para piano de Goyescas. Fernando Periquet, amigo de Granados y gran admirador de Goya, se hizo cargo del libreto. El compositor adaptó la música de la obra para piano: incluyó cinco de las seis piezas de la suite, El pelele, de 1914, que inicia la ópera. Después de la composición de las dos partes de Goyescas, Granados compuso esta pieza para piano que subtituló “goyesca” y que tiene el mismo título que un par de cuadros de Goya. Por su parte, Bocetos se incluye en este trabajo discográfico por decisión de Del Pino para evocar, a modo de contraste, el arte pictórico del boceto, de pinceladas inacabadas, sensación que despiertan estas cuatro breves piezas escritas de manera improvisada e inspirada, a modo de un sugerente esbozo musical.
La interpretación recogida en este esperado disco es de una solidez extraordinaria, pues el pianista se muestra absolutamente seguro de su técnica y su pretensión expresiva a cada compás, dando fe de que conoce a Granados a la perfección, pues Daniel del Pino lo ha interpretado en muchas y en importantes ocasiones de elogiado éxito. En los últimos años, Daniel del Pino, nacido en Beirut, Líbano, en 1972, se ha establecido como uno de los pianistas españoles de mayor relevancia internacional. Su actividad concertística le ha llevado por los cinco continentes, actuando en las salas más prestigiosas de toda Europa. Ha colaborado también como solista con numerosas Orquestas Sinfónicas y cuenta con diversos Primeros Premios en concursos nacionales e internacionales. Su interpretación de la música española y de la música de Chopin ha sido muy elogiada y por ende reconocida en numerosas ocasiones. Inició sus estudios musicales en la ciudad marroquí de Rabat, continuando después su f