Globo Ensemble se formó en 2016 en el marco de la Escuela Superior de Música Reina Sofía. Ahora, Gala Kossakowski (flauta), Inma Veses Gil (oboe), Jessica María Rueda Vásquez (trompa), Andrea Pérez (fagot) y Natacha Correa Larrea (clarinete) hacen gala de un sonido propio que les permite reivindicar la importancia de esta plantilla instrumental. Su próxima parada, el Teatro de la Maestranza de Sevilla este mes de marzo.
Por Susana Castro
¿Cómo surge Globo Ensemble?
Jessica: Nos conocimos estudiando en 2016 en la Escuela Superior de Música Reina Sofía. Siempre se nos asigna un grupo de cámara grande para trabajar, pero a mí me surgió la inquietud de hacer algo en formato más pequeño. Me di cuenta de que, en ese momento, todos los quintetos de viento que había en la Escuela estaban formados por chicos, así que al año siguiente hablé con Juan Mendoza, director artístico de la Escuela, y le propuse establecer un quinteto; nos dimos cuenta de que en cada una de las cátedras había únicamente una chica por instrumento. No fue una cuestión reivindicativa, pero pensamos en que podríamos darnos una voz propia. Entre nosotras no nos conocíamos, pero se lo fui proponiendo a cada una y todas dijeron que sí. Así empezó nuestra aventura.
Históricamente se han asociado unos instrumentos u otros a cada uno de los géneros, como ha podido pasar con algunas de vuestras especialidades. ¿Habéis apreciado un cambio de paradigma en estos años?
Andrea: En fagot, sí, diría que en todos los instrumentos la cuestión del género está más igualada. Pero creo que también lo que nos pasó en 2016 fue una casualidad.
Jessica: En trompa ha habido un cambio impresionante.
¿Cuándo os disteis cuenta de que vuestro quinteto podía trascender los límites académicos?
Andrea: Dos años después de empezar con el quinteto terminé mis estudios en la Escuela. Decidimos seguir trabajando en el marco del Instituto Internacional de Música de Cámara de Madrid para poder apostar por el ensemble. Ahí tuvo lugar el punto de inflexión: pasamos de ser una agrupación de estudiantes a algo más profesional.
¿Cuál fue la motivación?
Inma: Comparándonos con otras agrupaciones vimos que nos lo tomábamos más en serio, que había una gran implicación. Es raro encontrarte con compañeras que tengan la misma motivación que tú a la hora de conformar un quinteto. Además, veíamos que nos podía ayudar a la hora de formar parte de una orquesta, así que empezamos a pensar que podría funcionar si lo llevábamos al terreno profesional.
Jessica: Nuestra forma de trabajar era muy seria, pero también disfrutábamos mucho.
¿Cómo ha evolucionado vuestra forma de trabajar en estos años?
Andrea: Ahora somos muchísimo más concisas y resolutivas.
Gala: La clave para que un quinteto de viento funcione no es la misma que para que lo haga un cuarteto de cuerda, ya que en ese caso sigue siendo el mismo instrumento en distintos tamaños. Desde el principio, gracias al trabajo tan serio y minucioso que hicimos, conseguimos tener un sonido de grupo. En un quinteto es mucho más difícil de conseguir. Tienes que aprender las características del resto de instrumentos y, a partir de esa base, que hay que construir con mucho trabajo, podemos ser más concisas, no solo porque tenemos las ideas más claras, que seguramente también, sino porque tenemos una forma de trabajo muy construida. Por eso cuando ensayamos ahora todo va más rápido, esa base nos acompaña.
Natacha: Para mí el quinteto, además de las clases de instrumento, ha sido mi gran maestro en la Escuela, ya que en él podía poner en práctica todo lo que aprendía con el instrumento, y dar muchos conciertos, lo que nos hizo crecer artísticamente.
Habéis recibido algunos premios muy importantes en concursos. ¿Cuándo decidisteis empezar a participar en estas competiciones?
Inma: Empezamos a participar en los concursos de ‘todos contra todos’ de música de cámara en España y nos dimos algunos tortazos, pero nos ayudaron a darnos cuenta de que lo importante era la preparación previa.
Andrea: En estos concursos nos dimos cuenta de que conseguir un sonido de grupo es más fácil en un cuarteto de saxofones o de cuerdas que en un quinteto de vientos. Vimos que, a pesar de tener un nivel alto, en esos concursos de ‘todos contra todos’ no se valoraban igual las dificultados que el quinteto tiene como agrupación, así que decidimos ir a competiciones específicas.
Gala: Para nosotras un impulso muy grande fue que nos otorgasen, desde el primer año, el Premio al Grupo de Cámara más Sobresaliente de la Escuela. Nos concedieron esta distinción cinco años consecutivos; somos el único grupo de cámara que lo ha conseguido. El apoyo de la Escuela fue fundamental, nos permitieron presentarnos en muchísimos conciertos y eso marcó la diferencia.
¿Cómo hacéis la selección del repertorio?
Gala: Al principio se trata de ir construyendo el repertorio del grupo; empiezas por las obras ‘fáciles’ para la formación, como Ibert, Hindemith, etc. Ahora nuestras propuestas intentan tener un significado, una historia o un contexto detrás. Tratamos de hilvanar las diferentes obras, no necesariamente teniendo en común la época o el estilo, sino que tengan algo que las unifique de manera que pueda ser también interesante para el público. Siempre buscamos una historia que contar, un mensaje.
¿Qué historias os interesa contar al público?
Gala: Por ejemplo, este mes de marzo tenemos un concierto en el Teatro de la Maestranza de Sevilla y parte de una idea de Andrea de unir lo sacro y lo profano en un mismo programa. Vamos a tocar La oración del torero de Joaquín Turina, arreglada para quinteto, las Cinco danzas profanas y sacras de Henri Tomasi y el Quinteto de viento de Carl Nielsen, que está basado en un coral. Son obras totalmente distintas que permiten mostrar al público la agrupación y los diferentes colores que podemos lograr como quinteto. Todo es muy diverso, pero tiene sentido.
¿Cuál es vuestra relación con la nueva creación?
Natacha: Gala e Inma crearon un proyecto de emprendimiento en el marco de la Escuela para poder comisionar obras nuevas y una de ellas fue para el quinteto. Estamos muy interesadas en la música contemporánea y hemos tocado obras de Carlos Hernández, Ana Vázquez Silva o Carlos Vences, entre otros. Hay compositores muy jóvenes que nos escriben ofreciéndonos sus obras para quinteto.
Gala: Como empezamos a ser más conocidas, directamente recurren a nosotras para probar sus obras. Tratamos no solamente de hacer encargos, sino de tocar obra de nuestro tiempo que nos gustan, como de Kalevi Aho, cuyo Quinteto de viento núm. 1 se ha convertido para nosotras en una obra fundamental.
Andrea: O Memoria de Esa-Pekka Salonen, que cuenta con todos los instrumentos de las distintas familias, lo que nos permite extender las sonoridades.
Natacha: Para nosotras es muy importante que se amplíe el repertorio para quinteto, y que haya una buena agrupación puede ser una gran motivación para los compositores.
Con respecto a la nueva creación, tenéis una buena anécdota con Paquito D’Rivera…
Jessica: Hicimos una grabación de Aires tropicales, por recomendación de nuestros profesores, y porque somos dos colombianas en el grupo y estamos interesadas en este tipo de repertorio. A través de una amiga mía conseguimos enviarle el vídeo y él nos respondió bastante rápido diciendo que le había gustado mucho la versión que habíamos hecho de su obra, así que nos envió un arreglo de un mambo para cuarteto de clarinetes. Tocamos muchísimo la obra, nos encanta.
Andrea: Y al público también, sobre todo porque siempre contamos esta historia.
También tenéis mucho interés en acercaros a nuevos públicos y hacer conciertos didácticos.
Gala: Sí, desde la Escuela se enfocan mucho en este tipo de proyectos y nos propusieron hacer algunos conciertos. Por ejemplo, en relación a la mujer y el liderazgo, ya que el quinteto es una agrupación que puede explicar muy bien cómo gestionar las jerarquías, es la formación democrática por excelencia, cada una tiene su propia voz. Con niños también hemos hecho muchas cosas, con adaptaciones de El cascanueces, Pedro y el lobo y otras.
Andrea: Con el quinteto de viento tienes un instrumento de cada familia y te da pie a explicar muchísimas cosas en una misma sesión, es muy versátil.
Jessica: Hablamos mucho sobre el trabajo en equipo y cómo unirse para formar una sola voz a partir de personalidades tan diferentes. En una clase magistral que ofrecimos en el Conservatorio Superior de Música de Castilla-La Mancha un alumno nos dijo que le parecía increíble cómo se aprecia que los sonidos se unen en uno como si fuesen una sola cosa.
Natacha: Con este tipo de conciertos me he dado cuenta de que hay muchísima gente que ni siquiera sabe qué instrumentos tocamos, así que me parece importante la formación del público y, como músico, darte cuenta de en qué sociedad estás tocando. Muchas veces vas a un concierto pensando que te van a juzgar un pasaje dificilísimo y la gente del público ni siquiera sabe cómo se llama tu instrumento ni cómo suena.
De todos los conciertos y proyectos que habéis realizado, ¿cuáles han sido más importantes para vosotras como ensemble?
Natacha: El concierto del Auditorio Nacional de Música, sin duda.
Inma: Sí, más que por dónde fue, por la fecha, ya que fue el primer concierto que hicimos después de la pandemia. Fue muy emocionante volver a conectar con el público, en un escenario en el que nunca imaginamos que íbamos a tocar y con un programa tan moderno (Salonen, Aho y Nielsen). También destacaría nuestro paso por la Carl Nielsen Chamber Music Competition 2019, donde fuimos semifinalistas.
Gala: Fue muy especial el concierto que hicimos en la Fundación Juan March.
Mantenéis una gran actividad en redes sociales, mostráis en ellas vuestro día a día y supongo que esto os hará conectar muy directamente con el público.
Natacha: Sí, a todas nos ha pasado la misma anécdota: estar en cualquier parte del mundo y que alguien te reconozca como miembro del Globo Ensemble, es increíble.
Inma: Tenemos un papel muy activo en Facebook y en Instagram y también mantenemos muy al día nuestra web y nuestro canal de YouTube. Esto nos ha ayudado muchísimo a darnos a conocer y difundir nuestra actividad. Mostramos lo que hacemos cuando ensayamos, cuando nos reunimos, que se vea la realidad, lo que hay detrás de todo este trabajo.
Gala: También ayuda a que se conozca qué es un quinteto de viento, por ejemplo, por parte del alumnado de los conservatorios profesionales. Al vernos a nosotras muchos han creído que es posible mantener este tipo de formación de manera estable y se han animado a montar la suya.
¿Cuáles son vuestros objetivos para el futuro?
Andrea: Seguir adelante con el proyecto, pero ir poco a poco, ya que ahora mismo cada una está viviendo en un país diferente. Estamos enviando muchas propuestas, confiando mucho en el proyecto y en su recorrido.
Gala: El hecho de que nos llamemos ‘ensemble’ nos va a dar pie a incluir otro tipo de instrumentos, algo que a mí personalmente me encantaría. Poder sumar cuerdas, piano o percusión a nuestro repertorio, abrirnos a otras obras, sería genial. Y también seguir encargando obras. Creo que somos afortunadas por el trabajo que hemos construido y la amistad que tenemos entre nosotras. Es un placer poder trabajar con gente así y es una suerte hacer música de cámara. Nuestros instrumentos están condicionados a la orquesta o dar clase, así que volver a un entorno en el que tus ideas son tomadas en cuenta y puedes hacer música como quieres es un lujo. En una agrupación muy grande no llegas a tener voz, pero el quinteto nos permite hacer un trabajo más musical, interesante y libre. Es nuestro proyecto, y para mí es muy importante tener la valentía de mantener un grupo, echarlo a andar, sin esperar a que alguien te facilite las cosas desde fuera.
Natacha: Teníamos algunas ideas que todavía no se han materializado porque estamos estudiando o trabajando en sitios diferentes, pero que nos gustaría retomar más adelante. Por ejemplo, grabar un disco, comisionar obras o buscar una gira en Colombia (mi país).
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