
El clarinetista Francisco Cantó y la pianista Ángela Moraza han dedicado su disco Vibraciones del alma a compositores españoles cuya música pueden enmarcarse en un estilo neoclásico. Se trata de un proyecto muy personal, que incluye célebres piezas del repertorio de Salvador Brotons o Miguel Yuste, pero también composiciones dedicadas al propio dúo. Hablamos con ellos sobre el origen del proyecto y su relación con las obras seleccionadas.
Por Manuel Pacheco
Habéis confesado sentir fascinación por el repertorio neoclásico y neorromántico, pero ¿qué os llevó a centraros en autores españoles para este proyecto?
Francisco y Ángela: Sí, siempre nos ha atraído el repertorio neoclásico y el español en general. Desde nuestros comienzos como dúo, en 2010, siempre hemos interpretado muchas obras de Francisc Poulenc, Jean Françaix, Bohuslav Martinu, Paul Hindemith o Leonard Bernstein, por ejemplo, pero también hemos incluido muy a menudo piezas españolas de compositores como Miguel Yuste, Ramón Carnicer, Antonio Romero y Julián Menéndez.
El primer gran impulso para grabar este álbum vino de nuestro amigo Manuel Bernal Nieto, que nos propuso componer una obra para el dúo. En ese momento vimos una gran oportunidad para hacer un disco de música íntegramente española, que combinara obras más conocidas y ya grabadas como Vibraciones del alma de Miguel Yuste o la Sonata de Salvador Brotons con otras menos conocidas como las tres restantes que lo forman.
Podemos decir que las cinco obras del álbum son composiciones que nos llegan al alma, que nos emociona tocar y escuchar y que comparten ese elemento común que es la búsqueda de la belleza a través de la melodía. Son un maravilloso ejemplo de cultura musical universal, con tintes de nuestra cultura tradicional andaluza y española en general.
El disco se abre con la pieza que le da título, Vibracionesdel alma de Miguel Yuste Moreno. ¿Por qué habéis decidido comenzar el recorrido con esta obra, y de qué manera se vincula este título con el resto del repertorio?
Francisco y Ángela: Por un lado, Vibraciones del alma de Miguel Yuste es una de las primeras obras que tocamos juntos como dúo. En junio de 2010 tuvimos la ocasión de interpretarla por primera vez en una ermita de Arcos de la Frontera (Cádiz) con una acústica muy especial. Personas del público pertenecientes a la Asociación de Amigos de la Música Bahía de Cádiz vinieron a expresarnos lo emocionados que estaban tras escuchar esta obrapor la belleza de los temas melódicos, la intensa expresividad de la música en general y el virtuosismo de la parte del clarinete. Una mujer nos contó que el tema central, de carácter expresivo y melancólico, le había traído recuerdos de su marido, un pianista ya fallecido, y que ‘podía sentirlo a su lado cogido de la mano durante la interpretación’.
Por otro lado, Vibraciones del alma es una obra que solemos trabajar mucho con nuestros alumnos en el Conservatorio Superior de Música ‘Manuel Castillo’ de Sevilla. Además de ser idónea para el desarrollo técnico de los alumnos de clarinete, es una composición que emociona y que consigue también que muchos alumnos se ‘enganchen’ más a la exigente carrera de interpretación de clarinete.
Hace unas semanas, un antiguo alumno, que ahora trabaja en Madrid en un instituto de Secundaria como profesor de música, nos comentaba que desde el lanzamiento del álbum no para de escuchar nuestra interpretación de Vibraciones del alma porque le recuerda los mejores momentos de su paso por el conservatorio y le ayuda a sobrellevar su actual sentimiento de soledad.
Vuestra conexión personal con estas piezas se evidencia con la obra de Manuel Castillo, compositor que da nombre al conservatorio en el que trabajáis. ¿Qué importancia tiene su Orippo en el catálogo para clarinete y piano?
Francisco y Ángela: Orippo fue compuesta en 1991 por Manuel Castillo para el ya extinto Concurso Internacional de Clarinete de Dos Hermanas (Sevilla). Es una obra fundamental del repertorio español para clarinete y nos resulta increíble que la versión que el propio compositor realizó para clarinete y piano no se hubiera grabado hasta ahora. Esta obra explota maravillosamente todas las posibilidades tímbricas del clarinete y el piano, evocando emociones que oscilan entre intensos arrebatos de cólera y la extrema desolación.
Francisco: La primera vez que escuché esta obra fue en 1998, cuando mi amigo y compañero Antonio Salguero ganó la correspondiente edición del concurso. Él es un grandísimo conocedor de la pieza, nos escuchó interpretarla antes de la grabación y le estamos agradecidos por los sabios consejos que nos dio. Además, también agradecemos a la familia del ya fallecido Manuel Castillo la respuesta positiva ante la posibilidad de que esta versión de Orippo se grabara por primera vez.
Ángela: Cuando era pequeña solía ver a Manuel Castillo por el conservatorio y nunca imaginé que llegaría a grabar una obra de aquella persona tan entrañable que se cruzaba conmigo por los pasillos.
Otra pieza central del repertorio es la Sonata para clarinete y piano de Salvador Brotons. ¿En qué sentido puede afirmarse que la partitura, escrita en 1988, se enmarca en el estilo neoclásico o neorromántico que buscáis para este disco?
Francisco y Ángela: Esta obra es continuadora de una forma de escribir que parece inagotable en lo que respecta a nuestro repertorio. La melodía y el ritmo son elementos fundamentales de la partitura, que además está organizada en formas musicales tradicionales como la forma sonata o el rondó. En ese sentido, esta sonataes heredera del estilo neoclásico de la primera mitad del siglo XX. Consideramos que está tan bien escrita, tanto en las partes como en el conjunto, que no podíamos dejar pasar la ocasión de poner nuestro granito de arena para contribuir a su difusión. Queremos añadir también que tuvimos el privilegio de conversar con Salvador Brotons antes de la grabación, y nos dio valiosas indicaciones que hemos querido reflejar en nuestra interpretación.
También es llamativa la inclusión de dos obras de reciente creación. ¿Cómo se gestó Granada-NY in blue, la pieza que os dedica Manuel Bernal? ¿Trabajasteis con el compositor durante el proceso de escritura?
Francisco y Ángela: Manuel Bernal es amigo nuestro desde hace muchísimos años. Cuando nos propuso escribir una obra, la esperamos con ansia sin interferir lo más mínimo en su escritura, ya que tenemos fe ciega en su pluma. En varias ocasiones tuvimos el privilegio de poder trabajar la partitura con él para conocer mejor sus ideas originales.
Francisco: En mi caso, somos amigos desde que, con 10 u 11 años, íbamos a tocar el clarinete a la Banda Municipal de San Fernando (Cádiz). Poco después del confinamiento de 2020, Manuel Bernal nos comentó su idea de componer una obra para clarinete y piano dedicada a la familia Cantó Moraza. Él es un gran admirador de la poesía de Lorca, y para esta pieza se inspiró en Poeta en Nueva York.
¿De qué manera descubristeis la otra obra actual que habéis grabado, la Sonatina de Luis Barroso?
Francisco y Ángela: La obra de Luis Barroso es otra de las razones por las que decidimos grabar el álbum. El día de San Valentín de 2022 recibimos un correo del compositor en el que compartía la partitura de su Sonatina para difundirla entre profesores y alumnos del Conservatorio Superior de Sevilla. Ese mismo año, un alumno de clarinete, David Alba, la interpretó maravillosamente junto a nuestro compañero, el pianista Juan Escalera. Nos gustó muchísimo y pensamos que sería genial incluirla en el disco que estábamos proyectando. Nos pusimos en contacto con Luis y descubrimos a una maravillosa persona. Su Sonatina para clarinete y piano es una pieza ligera y fresca, con un aire mediterráneo en sintonía con otros temas del álbum como el primer movimiento de la Sonata de Brotons o el tercero de Granada-NY in blue de Manuel Bernal.
¿Qué significado tiene la carátula de Vibraciones del alma?
Francisco y Ángela: Durante el verano de 2024, cuando se desarrolló la grabación, le pedimos a nuestra hija Aitana, de 12 años, que hiciera un dibujo inspirado en el título del álbum. La ilustración resultante se puede ver en el interior de la caja del disco, y también está impresionado en el cedé en sí. Aitana nos contaba que las flores representan lo emocional, las ‘vibraciones del alma’, frente al esmoquin con pajarita que simboliza lo formal de la música clásica. Nos gustó tantísimo la idea que colaboramos con el gran fotógrafo Luis Castilla para recrear el dibujo de nuestra hija en la foto que aparece en la carátula.
¿Qué representa la grabación de este álbum para vuestra trayectoria profesional?
Francisco y Ángela:Es un paso más en nuestro desarrollo tanto como instrumentistas como seres humanos, y un trabajo en el que creemos profundamente por el valor de las composiciones grabadas, que pensamos deben gozar de una mayor visibilidad. Igualmente ha sido muy gratificante conocer a personas como Jesús Trujillo, que ha estado al frente del proceso de producción, edición y masterización, y con quien ha sido un auténtico placer trabajar por su sensibilidad y cercanía; o Pedro Pablo Cámara, que desde el primer momento nos abrió las puertas del sello Calle 440 y mostró un gran entusiasmo por el máster que le hicimos llegar. El álbum representa también la satisfacción de crear una obra de arte que, por primera vez, permanezca fijada, al igual que un pintor puede volver a contemplar un cuadro por el que siente una gran satisfacción. Creemos, además, que este álbum es una buena tarjeta de presentación para poder aspirar a más posibilidades laborales como concertistas.
¿Tenéis previsto algún concierto de presentación en el que poder escuchar estas Vibraciones del alma en directo?
Francisco y Ángela: Estamos convencidos de que a los programadores les van a gustar las obras de este álbum cuando las escuchen, y confiamos en que poco a poco vayan teniendo un lugar más destacado en el repertorio de conciertos. Algunos ya nos han transmitido su interés, y nuestra manager, Yolanda Sánchez (de Artist Management Pianocase), está trabajando en ello.
Deja una respuesta