Fomentando grandes oyentes

El pasado mes de febrero el equipo de Melómano tuvo la oportunidad de asistir, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, al Ciclo Grandes Oyentes, una iniciativa creada para la audiencia de 0 a 4 años, que pone la música en el centro de la experiencia cultural.

Creado por la organización Grandes Oyentes, que cuenta con el músico Yera de Alba como gerente y la música e investigadora María Magdalena Sánchez como directora de programas, este proyecto único celebra en 2024 su segunda edición.

El Ciclo arrancó el pasado 17 de febrero con una nueva propuesta aún más ambiciosa: ofrecer por primera vez música a cargo de una orquesta de cuerdas. Para la ocasión contaron con la Orquesta Sinfónica Villa de Colmenar Viejo, dirigida por Kiko Moreno. La plantilla estaba formada por quince músicos y la selección musical se pensó en todo momento para el disfrute de quienes estaban presentes en el Salón de Columnas.

La razón de ser del Ciclo es contribuir a la creación de experiencias sonoras y musicales en la infancia, ya que dejan una huella imborrable en nuestro mapa cerebral, en nuestra identidad, en nuestros gustos y en el capital cultural que construimos en familia.

El evento se desarrolló en dos pases. En el primero la edad de la audiencia infantil era mayoritariamente de 0 a 2 años, por lo que la OSVCV tuvo que hacer un esfuerzo grande de concentración para ofrecer su mejor versión, ya que se deja que los niños se sienten libremente en el suelo, bailen, aplaudan, se rían, comenten… Fue estupendo ver sus caras de felicidad al escuchar tal potencia sonora (la acústica de la sala es muy favorecedora), y los músicos se dieron al proyecto sin reservas.

El segundo grupo, que contó con niños de 2 a 4 años en su mayoría, fue lo verdaderamente llamativo. Su concentración fue increíble, estaban hipnotizados por la música, y la mayoría no dejaron de bailar ni un segundo, escuchando muy atentamente todo lo que pasaba en el escenario y por la sala (los músicos también tocan distribuidos por el espacio).

Aunque la experiencia hasta aquí ya había sido increíble, se completó con el Espacio Palpar, una actividad celebrada en colaboración con la casa Hazen que permite que los más pequeños disfruten de cerca con los instrumentos e incluso puedan tocarlos.

También nos llamó la atención la implicación de las familias, muchas descubrían por primera vez estas músicas, pero otras buscan compartir con sus recién estrenados miembros todo aquello que la música les mueve. Una experiencia absolutamente recomendable y que no deberíais dejar de vivir en primera persona si tenéis la oportunidad. Felicitaciones a la organización y al trabajo detallista de la Orquesta.