Fiorenza Cossotto irrumpió con gran fuerza en el panorama operístico al final de la década de los 50 del pasado siglo, cuando las carreras de sus ilustres predecesoras Giulietta Simionato y Fedora Barbieri aún estaban en pleno apogeo.
Por Diego Manuel García
La última gran mezzosoprano a la italiana –como la definía el crítico Francesco Canessa–, puede considerarse heredera de la gran escuela representada por Cloe Elmo, Ebe Stignani y, sobre todo, por Giulietta Simionato. La Cossotto poseía una voz luminosa, de gran tamaño, con un precioso esmalte, apasionada en el fraseo y en los recitativos, junto a un extenso registro, con un poderoso centro y sobre todo por arriba, donde la voz ascendía con suma facilidad al do5. La emisión de las notas graves no resultaba del todo ortodoxa, con el sonido reforzado pectoralmente, lo que producía alteraciones en la homogeneidad del color vocal, aunque llega a impresionar en su papel de Azucena, cuando baja al la2 en la frase “sento drizzarse ancor” al final del “Condotta ell’era in ceppi” del acto II de Il Trovatore.
Una larga e intensa carrera
Fiorenza Cossotto nació el 22 de abril de 1935 en la localidad piamontesa de Crescentino, perteneciente a la provincia de Vercelli, a unos treinta y cinco kilómetros de Turín. En ese mismo año 1935 también se produjo el nacimiento de dos grandes cantantes: Luciano Pavarotti y Mirella Freni.
Cossotto demostró desde muy niña cualidades para el canto, participando en el coro de su escuela, donde se le confiaban las partes solistas. A los 15 años comenzó sus estudios de canto en el Conservatorio de Turín, siendo Paola de la Torre su profesora durante cinco años. A los 20 años la escuchó en Vercelli el famoso profesor de canto Ettore Campogalliani, quien le aconsejó que realizase una audición para ingresar en la Escuela de interpretación vocal del Teatro alla Scala. Campogalliani la preparó para esa audición, donde cantó el aria de Il Trovatore “Condotta all’ara en cepi” junto al aria “Mon coeur s’ouvre à ta voix” –cantada en italiano– de Sanson et Dalila; como resultado ganó el concurso de admisión en dicha Escuela.
Su debut oficial se produjo en el 26 de enero de 1957 en el Teatro alla Scala, en el estreno mundial de la ópera Diálogo de Carmelitas de Francis Poulenc, donde interpretaba el pequeño papel de Sor Matilde. Ese mismo año interpretó junto a María Callas en el papel de Diana en Ifigenia in Tauride. Su debut internacional se produjo en el Festival de Wexford de 1958, como Giovanna Seymour de Anna Bolena de Donizetti. En 1959 debutó en el londinense Covent Garden, con una gran creación de Neris, junto a la Medea de María Callas, en la ópera homónima de Luigi Cherubini. Al año siguiente, en la Arena de Verona, con Amneris de Aída, que se convertirá en unos de sus papeles esenciales, y también participó en la importante grabación EMI de la mozartiana Las bodas de Fígaro, realizando una auténtica creación del paje Cherubino, junto a la condesa de Elisabeth Schwarzkopf, con dirección musical de Carlo María Giulini. El año 1962 será determinante en el definitivo lanzamiento de su carrera, ya que en enero sustituyó a una indispuesta Giulietta Simionato en el papel de Leonor de Guzmán de La Favorita de Donizetti, que se convertiría en otra de sus grandes creaciones. También en mayo de ese año participó en el papel del paje en la famosa producción de Los Hugonotes de Meyerbeer, al lado de Franco Corelli, Joan Sutherland y Giulietta Simionato. Al mes siguiente cantó Carmen en el Teatro la Fenice de Venecia, junto al don José de Franco Corelli.
También tendrá lugar su debut en la Ópera de Viena con Amneris y en el Liceu de Barcelona con la Angelina de La Cenerentola de Rossini. El Liceu se convertirá desde entonces en uno de sus teatros favoritos, donde cantará en gran cantidad de ocasiones durante el resto de su carrera, siendo muy querida por el público liceísta. También en diciembre de aquel año 1962 participó en la inauguración de la temporada scalígera con una ya importante creación de Azucena, en una serie de representaciones de Il Trovatore junto a grandes figuras como Franco Corelli (Manrico), Antonietta Stella (Leonora) y Ettore Bastianini (Conde de Luna), con dirección musical de Gianandrea Gavazzeni. La representación inicial fue grabada en directo y comercializada en CD por el sello Myto. En 1964 se producirá su debut en la Ópera de Chicago con La Favorita. Adalgisa de Norma supondrá su presentación en la Ópera de París, junto a la Norma de María Callas.
En el Teatro Colón de Buenos Aires cantará por primera vez en 1967, con la Éboli de Don Carlo. Ya en 1968 se producirá su debut en el Metropolitan de Nueva York, con Amneris de Aída, seguida de su gran creación de Laura en La Gioconda de Ponchielli. Cossotto mantendrá una intensa relación con ese Teatro, donde actuará prácticamente todos los años hasta 1989, interpretando los más importantes roles de su extenso repertorio. En 1975 se produjo su debut en el Festival de Pasqua de Salzburgo, cantando el Réquiem de Verdi, junto a Monserrat Caballé, José Carreras y José van Dam, con dirección de Herbert von Karajan. Y, al año siguiente, volverá a Salzburgo, al Festival de Verano, con la Éboli de Don Carlo, también dirigida por Karajan. Aunque su carrera se sigue desarrollando de manera importante en los años 80, la voz ya empieza a mostrar cierto deterioro por la intensa actividad y simultanear variopintos repertorios. En 1990 y 1991 cantará su últimas Ulricas de Un ballo in maschera, en la Ópera de Viena y el Teatro Carlo Felice de Genova respectivamente; y su carrera puede ya considerarse concluida. Cossotto se ha dedicado posteriormente a labores docentes.
Sus grandes creaciones verdianas
Por sus condiciones vocales y temperamento dramático, Cossotto se convirtió en una gran intérprete de Verdi y, aunque cantó casi todos sus personajes para mezzo, destacan sobre todo sus creaciones de Amneris de Aída y Azucena de Il Trovatore, los papeles que más veces cantó durante toda su carrera. Su gran creación de la altiva y celosa princesa egipcia queda plasmada en diferentes tomas videográficas y discográficas. En 1966 puede contemplarse su actuación en una toma televisiva de la RAI realizada en la Arena de Verona, con la acertada dirección musical de Franco Capuana y comercializada en DVD por el sello Hardy Classic, donde compartía reparto con la Aída de Leyla Gencer y el Radamés de Carlo Bergonzi, siendo sus dúos con este gran tenor una verdadera maravilla canora, servida por dos voces de impecable técnica y auténtico temperamento verdiano. Cossotto está magnífica en su dúo “Fu la sorte dell’armi a tuoi funesta” con Leyla Gencer, o en su gran escena del acto IV “L’aborritta rivale a me sfuggia… Già i sacerdoti adunansi…” (dúo con Radamés), para concluir con “Ohimè! Morir mi sento”, donde despliega sus brillantes recursos vocales y dramáticos, plasmando, a través de un canto intimista, la angustia que le produce no poder salvar a Radamés.
Ya en 1973 puede contemplarse otra Aída tomada en Tokyo por la televisión japonesa y comercializado en DVD por Vai, con la vibrante dirección musical de Oliviero De Fabritiis, de nuevo con las voces de Bergonzi y Cossotto, quien sigue realizando una gran interpretación, aun con el papel más madurado. Idéntico comentario puede hacerse de su grabación discográfica realizada un año después para EMI, magníficamente dirigida por Riccardo Muti, esta vez junto al vibrante Radamés de Plácido Domingo y la sugestiva Aída de Monserrat Caballé. Mención especial merece un concierto que tuvo lugar en Hamburgo en 1971, donde se escenificó el acto IV de Aída, con dirección musical de Nello Santi, y la presencia de Cossotto junto al Radamés de Franco Corelli, constituyendo todo un espectáculo –puede verse en YouTube– la confluencia de dos cantantes de fuerte aliento verdiano, con bellas y voluminosas voces.
La gitana Azucena de Il Trovatore es, sin duda, la otra gran creación verdiana de Cossotto, donde su vocalidad y gran talento dramático brillan desde su impresionante “Stride la vampa” y su racconto “Condotta ell’era in cepi” del acto II, hasta la escena final con Manrico. Ya en el temprano 1962 una Cossotto de apenas 27 años realizaba una magnífica interpretación de Azucena en la grabación de Deutsche Grammophon, dirigida por Tullio Serafin, junto a Antonietta Stella (Leonora), Ettore Bastianini (Conde de Luna) y al Manrico de ese gran maestro del canto verdiano que fue Carlo Bergonzi. Su gran creación de Azucena hace que en 1963 sea requerida por Herbert von Karajan en la serie de representaciones que tuvieron lugar en la Ópera de Viena, en conmemoración del ciento cincuenta aniversario del nacimiento de Verdi, y donde Cossotto compartió reparto con al magnífico Manrico de Franco Corelli, junto a Ilva ligabue (Leonora) y Ettore Bastianini (Conde de Luna). De nuevo puede escucharse su brillante creación de Azucena en la referencial grabación RCA dirigida por Zubin Mehta, en 1969, junto a las magníficas voces de Plácido Domingo (Manrico), Leontyne Price (Leonora) y Sherrill Milnes (Conde de Luna). Ya en 1978, y en una toma televisiva realizada en la Ópera de Viena, comercializada en DVD por TDK, se puede constatar su extraordinaria capacidad vocal y escénica, de nuevo junto a Plácido Domingo, la elegante y sensible Leonora de Raina Kabaivanska y el magnífico Conde de Luna de Piero Cappuccilli, con dirección musical y escénica de Herbert von Karajan.
Una voz extensa y voluminosa como la suya la hacía afrontar con gran éxito el difícil papel de Éboli en Don Carlo, brillando en sus dos páginas solistas “Nell giardin del bello”, resolviendo con pericia las agilidades y “O don fatale”, con un imponente registro agudo. Este papel lo cantó en muchas ocasiones en teatros europeos y americanos. Nos ha quedado una grabación de 1962, realizada por Deutsche Grammophon, dirigida por Gabriele Santini al frente de la Orquesta del Teatro alla Scala, donde la joven Cossotto realiza una gran interpretación de Eboli, junto a Flabiano Labó (Don Carlo), Antonietta Stella (Elisabetta), Ettore Bastianini (Marqués de Posa) y el imponente Felipe II de Boris Christoff.
Cossotto también afrontó con indudable éxito otros roles verdianos como Preciosilla de La forza del destino, del que nos queda su grabación RCA de 1976, con un excelente dirección musical de James Levine al frente de la Orquesta Sinfónica de Londres, junto a Leontine Price y Plácido Domingo. Señalar también su creación de Ulrica en Un ballo in maschera, que saca adelante con verdadera pericia a pesar de ser un papel para contralto; esto se hace patente en su grabación EMI, dirigida con verdadera maestría por Riccardo Muti al frente de la Orquesta New Philarmonia, junto a Plácido Domingo (don Álvaro), Martina Arroyo (Leonora) y Piero Capuccilli (don Carlos). Riccardo Muti siempre tuvo una gran predilección por Cossotto proponiéndole interpretar Lady Macbeth –papel para soprano–, junto al notable Macbeth de Sherrill Milnes, en la grabación EMI realizada en 1976, donde el gran maestro napolitano dirigía brillantemente a New Philarmonia, realizando nuestra mezzo una espléndida y matizada creación de este complicado personaje, que le valió un premio discográfico, pero que nunca llegó a cantar en teatro. Lo mismo ocurrió con su interpretación –solo discográfica– de la Marquesa di Poggio de Un giorno di Regno, en la grabación de Philips de 1976, dirigida por Lamberto Gardelli, junto a la preciosa voz del joven José Carreras como Edoardo de Sanval.
Maddalena de Rigoletto fue otro de los personajes verdianos interpretados por Cossotto, al que dota de mórbida sensualidad, y que puede escucharse en la referencial versión de Deutsche Grammophon de 1964, dirigida por Rafael Kubelik, con al magnífico duque de Mantua de Carlo Bergonzi, junto a Dietrich Fischer-Dieskau (Rigoletto) y Renata Scotto (Gilda). Finalmente, reseñar que Cossotto añadió su último personaje verdiano, la Quickly de Falstaff, en una serie de representaciones que tuvieron lugar en el neoyorquino Metropolitan, en 1985, en una producción de Franco Zeffirelli, dirigida musicalmente por James Levine, donde compartía reparto con el excelente Falstaff de Giuseppe Taddei; la crítica hizo elogiosos comentarios de las interpretaciones de ambos.
Gran intérprete belcantista
Entre sus interpretaciones belcantistas cabría citar, en primer lugar, su creación de Adalgisa en Norma, papel que interpretó en muchas ocasiones, destacando su dominio del canto legato y facilidad para las agilidades, con la emisión de bellísimas notas en pianissimi, junto a una gran capacidad para matizar al máximo el personaje. Sin duda, Cossotto es la más completa Adalgisa de su generación. Resulta ya fascinante su entrada en escena “Sgombra è la sacra selva”, o los dúos con Norma, “Adalgisa! Alma, costanza… Oh! rimembranza!… Ma nom m’ascolti tu” del acto I; y, sobre todo, el del acto II “Deh! con te, con te li prendi… Mira, o Norma” rematado por la vibrante cabaletta “Si, fino all’ore estrema”. Quizás sea, junto a la Norma de Joan Sutherland, donde los resultados sean más brillantes, dado el color vocal oscuro de la voz de la soprano australiana, que contrasta con el más claro y juvenil de Cossotto, que ajusta muy bien la edad de ambos personajes, y que se pone de manifiesto en la toma en directo realizada en el Teatro Colón de Buenos Aires, en 1969, con dirección musical de Richard Bonynge, comercializada en CD por el sello Myto –puede escucharse completa en YouTube–, donde ambas cantantes brillan a gran altura. Monserrat Caballé y Fiorenza Cossotto interpretaron esta ópera en bastantes ocasiones, y aunque la cantante catalana deslumbra por su bello timbre, gran musicalidad y adecuación estilística, parece no implicarse dramáticamente en todo lo que le acontece a Norma, algo que no le ocurre a Cossotto, totalmente identificada con Adalgisa, tanto en el plano vocal como dramático, y ello se hace patente al escuchar la grabación RCA de Norma, realizada en 1972, con la correcta dirección musical de Carlo Felice Cillario.
Leonor de Guzmán de La favorita de Donizetti es otra de sus grandes creaciones belcantistas, que interpretó en bastantes ocasiones junto al extraordinario Fernando de Alfredo Kraus y el magnífico Sesto Bruscantini como el rey Alfonso XI. Cossotto destaca en su ejecución del recitativo-aria-cabaletta “Fia dunque vero?… O mio Frenando… Su, crudeli, e chi v’arresta”, donde muestra adecuación estilística, gran expresividad e impecable legato, alternando el canto piano y forte, y realizando gloriosas subidas al agudo. Muy brillante resulta su actuación en los dúos los con Alfredo Kraus, el conclusivo del acto I “Ah, mio bene!… Fia vero? Lasciarti”, o el que cierra la ópera “Fernando, dove mai lo troverò… Io t’amo! Vieni, ah bien! Io m’abbandono alla gioia”, con una perfecta compenetración de ambas voces. Todo ello puede comprobarse escuchando la toma en directo realizada en el Teatro Colón de Buenos Aires, en 1967, comercializada por el sello Great Opera Performances, con dirección de Bruno Bartoletti; y, sobre todo, en la toma en video de la televisión japonesa realizada en Tokyo en 1971, dirigida por Oliviero de Fabritiis, donde podemos ver y escuchar las creaciones de Cossotto, Kraus y Bruscantini. Este DVD, comercializado por el sello VAI, se ha convertido en el más vendido en España, con más de mil copias. Señalar también la grabación en estudio Decca, de 1974, donde se puede escuchar de nuevo la gran creación de Fiorenza Cossotto, esta vez junto al magnífico Fernando de Luciano Pavarotti, con dirección musical de Richard Bonynge. Dentro del repertorio belcantista también cabe citar sus excelentes creaciones de las rossinianas Angelina de La Cenerentola, Rosina de El Barbero de Sevilla. Una muy juvenil Cossotto, impresiona por la belleza de su voz interpretando el Romeo en I Capuleti e I Montecchi de Bellini.
Su temperamentales creaciones veristas
Santuzza de Cavallería Rusticana fue otra de las grandes creaciones de Cossotto, donde se muestra temperamental, pero a la vez doliente y expresiva, lejos de los excesos de otras cantantes. De un intenso lirismo resulta su plegaría “Inneggiamo, Il Signor non è morto…”, e impresionante resulta su interpretación en el dúo con Turiddu “Ah! Lo vedi… L’hai voluto…” que contiene la preciosa frase “No, no, Turiddu, Rimani ancora…”, para terminar con esa desgarrada y terrible maldición “A te la mala Pasqua, spergiuro”, destacando su versión con el joven y arrebatado Turiddu de Plácido Domingo, tomada por la televisión japonesa en Tokyo, en 1976, con Oliviero de Fabritiis al frente de la Orquesta Sinfónica NHK, disponible íntegramente en YouTube con subtítulos en español. Muy recomendable la refinada versión dirigida por Herbert von Karajan, al frente de la Orquesta de Teatro alla Scala. El gran maestro salzburgués siempre logró sacar lo mejor de Cossotto, y ello puede comprobarse en esta filmación con escenografía de Giorgio Strehler, dirigida por Ake Falck, con unos expresivos primeros planos que muestran la capacidad dramática de la cantante, esta vez junto al Turiddu de Gianfranco Cecchele. Esta versión ha sido comercializada en DVD por Deutsche Grammophon.
Dentro de un verismo más sofisticado y elegante es preciso resaltar su creación de la celosa y malvada Princesa de Bouillon en Adriana Lecouvreur de Francesco Cilea, papel ideal para sus características vocales de mezzo aguda y dotada de un fuerte temperamento dramático, que se pone de manifiesto en la interpretación que realiza de su gran escena del acto II, con el aria “Acerba voluttà, dolce tortura” seguida por el dúo con su amado Mauricio “Principessa, finalmente… Un fascino, un inganno”. Cossotto, junto a la Adriana de Monserrat Caballé y el Mauricio de joven José Carreras, cantaron esta ópera en bastantes ocasiones, habiéndonos quedado una toma televisiva realizada en Tokyo, en 1976, con Gianfranco Masini al frente de la Orquesta Sinfónica NHK, comercializada en DVD por el sello VAI, y que puede escucharse completa en YouTube con subtítulos en español.
Finalmente, señalar que Fiorenza Cossotto también hizo incursiones en el repertorio francés, con sus creaciones de Dalila en el Samson et Dalila de Camille Saint-Saëns; y, sobre todo, de Carmen, que interpretó en bastantes ocasiones juntos a cantantes de la talla de Franco Corelli, Plácido Domingo o Nicolai Gedda. De su notable interpretación de Carmen, cantada en francés, con una buena adecuación idiomática y estilística, nos ha quedado una toma en directo realizada en 1974, en el Teatro alla Scala, con dirección de Georges Prêtre, con Plácido Domingo como don José, el Escamillo de José van Dam y Adriana Maliponte como Micaela, comercializada en CD por el sello Opera D’Oro.
Resulta sumamente complicado resumir en unas pocas páginas una carrera tan extensa y de tan amplio repertorio. Fiorenza Cossotto ha sido una de las grandes cantantes del pasado siglo, y desde esta revista le deseamos un feliz ochenta cumpleaños.