Por Raquel del Val
El pasado 27 de junio fallecía en Pamplona el gran maestro, compositor y director de orquesta Federico Moreno-Torroba Larregla, para mí, mi gran amigo Fede.
Nacido en 1933 en Madrid, su vida estuvo ligada a Navarra, concretamente a Santesteban, donde residía y el hogar de su abuelo materno Joaquín Larregla, gran compositor y pianista reconocido internacionalmente.
Le conocí personalmente en 2008, con ocasión del concierto que ofrecí en el Auditorio Ciudad de León, en el que incluía una de las obras de su abuelo Joaquín Larregla, la Jota de Concierto ¡Viva Navarra!. Un amigo común le hizo llegar el programa del concierto y, sin pensarlo, condujo los más de 400 kilómetros que separan Santesteban de León para, según me contó, ‘oír en vivo a esa pianista que ha tenido los bemoles de tocar esa jota endemoniada de mi abuelo’.
Cuando hablé con él por teléfono por primera vez le traté de usted y de ‘maestro’, como era lógico, ya que estaba ante una verdadera leyenda de la música, pero casi parafraseando a la genial Lina Morgan me dijo que le tratase de tú y le llamase Fede. A partir de ahí comenzó una relación de trabajo y amistad que solo ha podido interrumpir su muerte.
Puso en mis manos la revisión de las obras para piano de su abuelo Joaquín Larregla, y me entregó el manuscrito de Cuadros Goyescos, obra escrita por su padre para piano solo, para que la revisara y concluyera. Estrené en el Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) y el Ateneo de Valencia, en su presencia, las obras que dedicó a sus nietos, Esther y Jacobo, y además me hizo dedicataria de Abril Andaluz que interpreté en St. James’s Picadilly en Londres, Cuatro Piezas para piano y orquesta y Concierto en Do, sin olvidar Homenaje a León, que estrenéen el Auditorio de dicha ciudad en 2017.
Era hijo del mundialmente conocido compositor Federico Moreno Torroba y nieto por parte de madre del concertista, compositor y catedrático de piano del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid Joaquín Larregla Urbieta. Por parte de padre era nieto de José Moreno Ballesteros, catedrático de órgano de dicho Conservatorio. Acompañó desde los 11 años a su padre en multitud de giras demostrando un precoz talento para la dirección, la composición y la orquestación.
Formado por Ángel Arias, Norman Ellis y su padre, desarrolló su carrera entre España y Estados Unidos, país que comenzó a visitar en 1960, dirigiendo comedia musical en Nueva York. Residió en California desde 1987 a 1992, donde dirigió conciertos sinfónicos, ópera y zarzuela, siendo el primer director que presentó Luisa Fernanda en Norteamérica, alcanzando un rotundo éxito, como reflejó la crítica en Los Angeles Times.
En esta época fundó la Compañía Zarzuela Corporation y además obtuvo plaza de profesor en Grosmont College en San Diego. En enero de 1991 dirigió las zarzuelas de su padre La chulapona y Luisa Fernanda en Miami, donde es galardonado por el alcalde de Miami con la Llave de Oro de la Ciudad y la Medalla Orden Gonzalo Roig.
Fundador de la Compañía Lírica Moreno-Torroba y de un grupo editorial, dirigió con éxito varios programas en el Teatro de la Zarzuela, Teatro Real de Madrid y en numerosos auditorios españoles. La Orquesta RTVE estrenó en el Teatro Monumental de Madrid sus obras Dos rapsodias españolas para orquesta, Dos villancicos sinfónicos y Concierto para cinco saxofones y orquesta,composiciones encargadas por el Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU). En 2009 volvió a Los Angeles para dirigir cuatro representaciones de Luisa Fernanda en el Teatro Ricardo Montalbán de Hollywood con sus propias orquestaciones.
Miembro de la Academia de las Artes Escénicas en España y de la SGAE, tiene registradas más de mil obras, entre las que figuran además composiciones en coautoría con su padre y sus orquestaciones.
Fue condecorado en 2017 por el Ministro de Educación, Cultura y Deporte con el ingreso en la Orden Civil Alfonso X el Sabio y homenajeado por la SGAE en 2018. En 2019 recibió la Medalla de Oro de la Federación de Coros de Navarra presidida por Carlos Gorritxo, celebrándose dos conciertos en Santesteban y Pamplona en los que tuve el honor de participar, como solista y junto a la coral Mendi Abesbatza dirigida por Ion Irazoqui, coro que interpretó la Misa de Hilarión Eslava en su funeral celebrado el pasado 3 de julio en la Iglesia de San Pedro de Santesteban, día en el que le dimos su despedida definitiva.
Estuvo componiendo hasta sus últimos días, un maestro con todos los méritos para ser una leyenda, que nunca quiso presumir, y que pudo pasar algo desapercibido por su extraordinaria modestia, a pesar de pertenecer a la generación de los más grandes a nivel mundial.
Se ha ido un mito de la música, pero, sobre todo, más dura es la ausencia del amigo.
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