La coproducción de la Fundación Juan March y el Teatro de la Zarzuela atrajo a más de dos mil espectadores
Con Javier Ulises Illán en la dirección musical de Nereydas y las voces del barítono David Menéndez y la soprano Natalia Labourdette, el teatro musical de cámara Grilletta e Porsugnacco ha cosechado un éxito rotundo entre la audiencia.
Contando con la colaboración del actor Aarón Martín y la dramaturgia y dirección escénica de Rita Cosentino, el auditorio de la Fundación Juan March de Madrid acogió a más de dos mil espectadores en cuatro actuaciones para público general y tres para escolares. Las siete funciones se realizaron entre el 24 de septiembre y el 2 de octubre. Se trata de una coproducción de la Fundación Juan March y el Teatro de la Zarzuela.
Sobre la obra y su contexto
El éxito de la primera representación en tiempos modernos de este intermezzo barroco inédito, obra de Johann Adolph Hasse, estrenado en Nápoles en 1727, está basado en Monsieur de Pourceaugnac de Molière y Lully.
El rescate e interpretación de esta obra ha supuesto una ocasión inmejorable para celebrar el décimo aniversario del formato Teatro Musical de Cámara de la Fundación. Asimismo, ha significado el acercamiento a un género entretenido, crítico, gracioso y burlesco, que se interpretaba durante los intermedios de la ópera seria en sus inicios, que se convirtió en espectáculo único y habitual en la corte y los teatros de Madrid durante el reinado de Fernando VI. Los textos escogidos para este tipo de representaciones pintaban historias cómicas para ridiculizar los vicios de la sociedad a ojos de la moral de la época.
Ulises Illán: ‘El público se ha reído, enamorado y emocionado’
‘Nos queda la satisfacción de un gran trabajo en equipo muy disfrutado y bien hecho. Este proyecto ha supuesto una emocionante sincronicidad, con mucho cuidado y detalle en cada gesto’, afirmaba el director musical.
Asimismo, afirmaba que ‘el auditorio de la Fundación se ha convertido en una verdadera máquina del tiempo para el público y para nosotros, porque hemos podido retroceder trescientos años para revivir el humor y los amores de Grilletta e Porsugnacco y traerlos al presente, para que todo el mundo los pueda disfrutar, tanto viendo la historia que se escenifica como escuchando la excelente música de Hasse. Las personas que nos han visto y oído han aprendido deleitándose con un nuevo género, el intermezzo, que quizá no conocían. Se han reído, enamorado y emocionado con nosotro’.
‘Para mí, tanto en la faceta de musicólogo como en la de director, ha sido una grandísima satisfacción formar parte de todo el proceso: la edición de la partitura a partir de dos manuscritos (Madrid y Viena), el ensamblaje de la música con la dramatización, incluso la composición de un fandango al estilo dieciochesco para cerrar el espectáculo y, por supuesto, la interpretación en la sala con músicos, actores y escenógrafos de excelencia’, concluía Illán.
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