La obra ‘Los Locos’ del compositor del siglo XVIII Félix Máximo López verá su estreno públicamente este sábado, 25 de marzo, en el Auditorio Nacional
Este sábado, 25 de marzo, el Auditorio Nacional de Música acogerá el estreno absoluto de Los Locos del compositor y organista del siglo XVIII Félix Máximo López. Los Locos es considerada como su obra más importante y ambiciosa, pues combina música, teatro y un humor muy personal. Como un musical de hoy en día.
Fue escrita por el autor para ser representada en su círculo privado, pero nunca llegó a ver la luz pública. Actualmente, la partitura original se conserva en la Biblioteca Nacional de España (BNE). Las entradas para asistir al espectáculo se pueden adquirir en la web de Koobin. Sus precios oscilan entre los 19 y los 29 euros.
El estreno, en el Auditorio Nacional
La representación contará con la participación de cuatro cantantes solistas: Mariví Blasco, Ingartze Astuy, Francisco Javier Sánchez y Ángel Rodríguez. Estarán acompañados por una orquesta dirigida por Tomás Garrido. Se trata de una oportunidad única para disfrutar de una obra desconocida del patrimonio español.
Además, será un estreno irrepetible, en el sentido más auténtico de la palabra, ya que esta obra nunca se ha hecho en público ni se ha editado. El manuscrito deja traslucir la sensación de que se trata de una obra inacabada o incompleta, que tendría su marco idóneo en la fantasía del autor o en una representación doméstica.
La selección y edición musical, así como la dramaturgia y puesta en escena son fruto del trabajo conjunto entre María Luisa Navarro (musicóloga experta en Félix Máximo López) y Ana Contreras (directora teatral). Ambas han recreado con rigor histórico, pero también con creatividad, el ambiente propio de esta obra singular e irrepetible.
Sobre Los Locos
El título de Los Locos ya lo dice todo sobre su trama. Se trata de cuatro simpáticos personajes que pasan el tiempo juntos imaginando lugares y situaciones que sólo existen en su imaginación. No hay argumento, ni finalidad alguna, ni planteamiento que supere el desarrollo de cada escena. Todo es pura locura o disparate.
Con total libertad creativa, el autor recurre a la música teatral propia de su tiempo, pero también a otros géneros musicales como la música sacra o antigua. Así, podemos encontrar estribillos populares, juegos vocales o escenas costumbristas. Un último aspecto reseñable es la doble condición del autor como libretista y compositor, integrando palabra con música y música con situación.
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