El contrabajista Antonio Romero Cienfuegos se encuentra realizando la gira de presentación de su disco Nós, publicado a finales de 2023. A través de un viaje por diferentes estilos e influencias, que abarcan desde obras inspiradas en música tradicional hasta composiciones del propio Cienfuegos, Nós muestra la versatilidad y el potencial del contrabajo como solista e incide en su consolidación como un instrumento fundamental en la música de los siglos XX y XXI.
Por Manuel Pacheco
En noviembre del año pasado lanzaste el disco Nós, en el que has grabado piezas de autores y estilos diversos que tienen al contrabajo como protagonista. ¿Cuál dirías que es el hilo conductor que hay tras esta selección de obras?
‘Nós’ pretende ser un viaje a través de la diversidad y la riqueza del repertorio para contrabajo, abarcando una amplia gama de estilos e influencias. Aunque cada pieza tiene su propio carácter distintivo, todas contribuyen a mostrar la versatilidad y el potencial del contrabajo solista, acompañado con piano, o en grupo de cámara. Desde obras que se inspiran en la música tradicional búlgara hasta composiciones contemporáneas con influencias del jazz y del tango, el repertorio refleja la evolución de la música para contrabajo en los últimos 60 años. En conjunto, estas obras ofrecen una visión panorámica del mundo del contrabajo y su papel en la música del siglo XX y XXI.
El repertorio del disco está integrado por obras compuestas por contrabajistas o escritas específicamente para ellos, con el objetivo de poner en valor el lenguaje propio del instrumento. En palabras generales, ¿cuáles son los recursos sonoros del contrabajo que has tratado de explorar en Nós?
El siglo XX supone la eclosión del repertorio para contrabajo, ya que los compositores ven en él la posibilidad de explorar una gran diversidad de recursos sonoros. El objetivo era mostrar una paleta de estos recursos lo más completa posible: desde el pizzicato hasta el legato, pasando por el col legno, los armónicos, los glissandi, el trémolo, la percusión contra la propia caja del instrumento o el slap. El contrabajo ofrece un gran abanico de texturas y matices. Estos recursos permiten crear efectos que van desde lo melódico hasta lo rítmico y lo percusivo, añadiendo profundidad y expresividad a la interpretación.
En el álbum se incluyen Paseando por New York y Little… Tango?, dos obras escritas por ti para quinteto y cuarteto de contrabajos respectivamente. ¿Qué te llevó a componer para estas formaciones? ¿Cuáles son las dificultades (o las recompensas) a la hora de escribir para una agrupación de contrabajos?
Siendo contrabajista, era lo más cercano y lo que mejor conocía. Quizá la mayor dificultad a la hora de enfrentar la escritura de ambas obras fue establecer unos registros específicos para cada voz, de modo que cada una de las líneas sonase por sí sola y no se solapase con los otros instrumentos. Por otra parte, el tango fue un encargo de Andreas Bennetzen para la edición del año 2014 del Mittenwald International Double Bass Camp, lo que suponía un extra de motivación, pero también de presión para que el resultado estuviese a la altura de lo que demandaban.
Tienes tu propio Little… Tango? pero, además, cierras el disco con Kicho de Astor Piazzolla, una obra que el compositor argentino dedicó al contrabajista de su quinteto. ¿Sientes afinidad por el universo del tango?
Siempre me he sentido muy atraído por la intensidad emocional del tango y por su capacidad de contar historias a través de la música. Desde el año 2009, formo parte del cuarteto de tangos Tempo Catro con el cual he tenido la oportunidad de bucear en el universo tanguero de Astor Piazzolla. Los conciertos que he realizado con esta agrupación, que han sido más de ciento cincuenta, me han hecho entender la complejidad rítmica y armónica del tango, así como su capacidad para fusionar influencias culturales diversas en un estilo distintivamente argentino. Por otra parte, he podido acercarme por mi cuenta a este repertorio y explorar las obras específicamente escritas para contrabajo. Los recursos que he podido observar me han resultado muy útiles para plasmarlos en obras como el Little… Tango?.
Este disco, así como los estrenos de obras que realizas de manera habitual, demuestran tu compromiso con la música contemporánea. ¿Crees que los siglos XX y XXI son una especie de época dorada para el contrabajo? ¿En qué tipo de repertorio te encuentras más cómodo como intérprete?
Durante los siglos XX y XXI, el contrabajo ha experimentado un resurgimiento en popularidad, reconocimiento y desarrollo técnico y musical. En el siglo XX, el contrabajo ganó prominencia como instrumento solista y de cámara en la música clásica, además de encontrar su lugar en una variedad de géneros musicales como el jazz, el blues y el rock. En el siglo XXI, el contrabajo ha continuado su evolución y expansión, por lo que se ha ampliado su versatilidad y su potencial creativo y se ha consolidado su posición como instrumento fundamental en la música moderna.
Todo este repertorio compuesto a partir de 1950, que bebe tanto de la música contemporánea como de los estilos más populares, es para mí una zona de confort. No me aparto de épocas anteriores, pero sí es cierto que la música de estos últimos setenta u ochenta años es en la que más cómodo me encuentro. Además, trabajo muy de cerca con compositores actuales con el objetivo de continuar ampliando el repertorio y el legado musical del contrabajo.
Has recibido varios premios a lo largo de tu carrera, y en 2023 incluso recibiste un doble premio en el World Classical Music Awards: la medalla de oro en música actual y el Grand Prize otorgado entre todas las categorías. ¿Cuáles han sido los reconocimientos que más han significado para ti?
He tenido la suerte de recibir varios reconocimientos a lo largo de mi carrera y, sin desmerecer ninguno de ellos, creo que el VI Premio a la Excelenciade la Fundación Paideia significó un punto de inflexión para mí. Supuso la grabación de mi primer disco como instrumentista solista y sirvió de impulso para otros muchos proyectos que han venido después.
¿Con qué retos te encuentras a la hora de compaginar la docencia, en tu caso en el Conservatorio Superior de Música de Castilla y León, con la actividad concertística y las clases magistrales que realizas en el territorio nacional y en el extranjero?
Encontrar el equilibrio entre todas estas actividades requiere de una planificación meticulosa y una gestión efectiva del tiempo. Es necesario establecer un horario que permita dedicar tiempo tanto a la enseñanza como a la práctica personal. También creo que es fundamental priorizar compromisos y ser flexible ante cambios de último momento. Mantener un equilibrio entre los roles de docente e intérprete es un desafío, y es importante saber manejar las exigencias del rendimiento y la presión.
Para finalizar, ¿qué puedes contarnos de tu agenda de conciertos y proyectos para los próximos meses?
Este 2024 está siendo un año emocionante en cuanto a proyectos y conciertos. He tenido, y tengo, la suerte de poder hacer numerosas colaboraciones con gente a la que respeto y admiro enormemente, y que me suponen un reto y un disfrute a partes iguales. He compartido escenario con Abraham Cupeiro en el estreno de su nuevo proyecto ‘Mythos’, con conciertos tanto en Galicia como en Asturias. También he colaborado con la Orquesta Sinfónica de Galicia en la grabación de la banda sonora de Fernando Velázquez para una serie que verá la luz en los próximos meses, y he podido comenzar la gira de presentación de Nós en Portugal y en Salamanca con muy buena acogida por parte del público.
Los próximos meses se presentan igualmente muy emocionantes. Tengo, por un lado, varios conciertos con el Ensemble de Contrabajos del Conservatorio Superior de Música de Salamanca, un proyecto que, aunque reciente, nos está dando muchas alegrías. Por otro, sigo con las presentaciones de Nós; la más cercana, el 7 de mayo en la Real Academia Galega de Belas Artes, en A Coruña. Tengo además marcados otros conciertos, por ejemplo, con la Camerata de la OSG dentro del marco del Festival de Música Contemporánea Resis que se celebra en primavera en A Coruña.
El colofón será en junio, cuando estrenaré el Concierto en doce cuadros del compositor coruñés Federico Mosquera. Esta obra es fruto de una colaboración que llevamos desarrollando desde nuestros estudios superiores, y que ya había cristalizado previamente en otras dos obras: Sonata para contrabaixo e piano y Cuatro piezas para vibráfono y contrabajo.
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