El joven pianista granadino Alejandro Algarra ha publicado su primer disco, bajo el sello Ibs Classical, apostando por el preludio como forma musical que encierra, en breve espacio de tiempo, todo el mundo sonoro y emocional del compositor, en este caso, Chopin y Rajmáninov, los grandes románticos consagrados al piano.
Ha grabado un doble álbum con la integral de preludios de ambos genios musicales con la idea de crear ‘un trabajo discográfico con cierto carácter enciclopédico’, un reto al que pocos pianistas españoles se han enfrentado.
Por Susana Castro
Recientemente se ha publicado su primer álbum, dedicado íntegramente a preludios de Chopin y Rajmáninov. El preludio es una pieza musical breve que, originalmente, servía como introducción a una obra generalmente más larga. Pero, en este caso, nos encontramos ante piezas breves que tienen sentido por sí mismas y, sobre todo, en conjunto, ¿qué le hizo decidirse por este repertorio para su presentación discográfica?
Efectivamente, es en el Romanticismo cuando la forma preludio adquiere entidad propia y abandona la supeditación a una obra mayor, y en estos compositores podemos constatar de manera muy evidente este hecho. Elegí este repertorio con la idea de crear un trabajo discográfico con cierto carácter enciclopédico, tanto de consulta de preludios concretos como de escucha de la obra en su totalidad, con una intención de llevar al oyente a un mundo sonoro de una gran alternancia de caracteres y emociones. Cada preludio nos muestra un estado de ánimo diferente, en ocasiones muy contrastante, y todo sucede en un lapso de tiempo muy corto. Esto es especialmente evidente en el caso de los preludios de Chopin. El resultado final de este disco es una escucha variada y amena, lo cual, según mi modo de ver, es uno de los principales valores de este repertorio.
¿Cuáles son los aspectos que más le seducen de la escritura pianística de estos dos grandísimos compositores?
En cierto modo, entiendo los preludios de Rajmáninov como una evolución de los de Chopin, siguiendo una misma línea compositiva, con melodías intensas y emotivas, combinadas con una escritura de gran densidad. El concepto e intención son similares, mostrando una cierta continuidad estilística, pero con un mayor desarrollo, extensión y exigencia técnica en el caso de la obra de Rajmáninov. Se trata de un repertorio donde se explotan al máximo las posibilidades del instrumento y del intérprete, lo cual es un atractivo y un reto añadido.
¿Qué cree que diferencia su propuesta musical de otras grabaciones preexistentes de estas obras?
Principalmente, la diferencia radica en la inclusión de la integral de preludios de ambos compositores en un mismo trabajo discográfico, entendiéndolos como parte de un todo, como un conjunto que encaja perfectamente. La intención, como comentaba anteriormente, es reflejar la continuidad estilística y de escritura, o más bien la evolución que representan los preludios de Rajmáninov con respecto a los de Chopin.
Por otra parte, con respecto a los preludios de Rajmáninov, podemos afirmar que existen pocas grabaciones de pianistas españoles que aborden este repertorio en su totalidad.
Para este debut eligió al sello discográfico español Ibs Classical, ¿cómo ha sido el proceso de grabación en el Auditorio Manuel de Falla de Granada?
Trabajar con IBS ha sido una experiencia de lo más enriquecedora. Paco Moya es un músico de primera fila, tenaz y exigente, que busca la excelencia, a la par que una persona cercana. A pesar de la exigencia y dificultad de este proyecto, Paco hizo fácil y fluida su realización.
Las sesiones de grabación fueron maratonianas y agotadoras, dado el alto nivel de exigencia, la dificultad y la extensión del repertorio, pero muy satisfactorias, ya que disponíamos de una sala privilegiada, un gran instrumento y mucha ilusión y motivación por sacar adelante un proyecto de tal envergadura.
Para un músico, y más para un músico clásico, puede ser un trance realmente complicado verse inmerso en una grabación musical, ¿qué ha supuesto para usted?
Es un trabajo arduo, tanto por la preparación del repertorio como por la grabación en sí. No es lo mismo preparar un repertorio para un recital que para una grabación, ya que, en esta última, la interpretación que se realice va a perdurar en el tiempo y, por tanto, el nivel de exigencia y perfeccionismo que se persigue es muy alto.
Por otra parte, los pianistas estamos acostumbrados a una interpretación de recital que puede durar una hora y media, pero no a una sesión de grabación de doce horas en las que no puede bajar el rendimiento ni la concentración en ningún momento, y eso es algo que física y psicológicamente socava a cualquier intérprete. Al tratarse de un doble disco con un repertorio muy extenso, este hecho se hizo más notable, sumado al tener que realizar la grabación en contadas sesiones.
Y, volviendo a la búsqueda de la perfección, este desgaste físico y mental no pueden quedar reflejados en la grabación. Es crucial que según avanza la obra no se evidencie en la música el agotamiento de tantas horas de interpretación frente a los micrófonos.
Usted combina su actividad concertística con la de profesor, ya que es catedrático en el Real Conservatorio Superior de Música ‘Victoria Eugenia’ de Granada y en el Centro Superior Forum Musikae de Madrid, ¿qué elementos de sus propias convicciones pedagógicas han primado al enfrentarse a este reto?
No concibo la enseñanza sin dar ejemplo, no solo en el ámbito de un aula sino también en la sala de concierto. En estos centros educativos formamos a jóvenes intérpretes que buscan en su profesor un referente. De ahí que ambas facetas tengan que estar íntimamente ligadas. Procuro compartir con los jóvenes talentos mi experiencia como intérprete, para no solamente potenciar sus capacidades técnico-musicales, sino también para aportarles todos los elementos extramusicales posibles. Elementos que acompañan a la interpretación en público o en los estudios de grabación. Intento continuar lo que mi maestro, Antonio Sánchez Lucena, me aportó con sus enseñanzas, siendo un gran referente en toda mi vida pianística y docente, y por supuesto en el resultado de este trabajo discográfico.
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