El Ensemble Trifolium, formado por Carlos Gallifa y Sergio Suárez (violines), Juan Mesana (viola) y Javier Aguirre (chelo), publica en este 2020 un disco monográfico dedicado al portugués Almeida Mota, coetáneo de Boccherini y Brunetti, compositores a quienes dedicaron sus dos discos anteriores.
Por Susana Castro
A principios de 2020 se publicó su último disco, dedicado a los cuartetos de cuerda de João Pedro Almeida Mota. ¿Quién fue este compositor y cómo surgió la idea de dedicarle un monográfico?
La idea de grabar este disco fue una consecuencia natural de la evolución de nuestro grupo desde su creación. La recuperación del cuarteto de cuerda hispánico ha guiado nuestros esfuerzos desde nuestros inicios, hace diez años. Gracias a los consejos de los musicólogos que más se han interesado por este repertorio, Miguel Ángel Marín, Germán Labrador, Màrius Bernadó, Judith Ortega o Lluis Bertrán, y tras haber grabado nuestro anterior trabajo con cuartetos de cuerda de Brunetti, nos pusimos a investigar la obra de este compositor de origen portugués.
Nacido en Lisboa en 1744, Almeida Mota se instala en España relativamente joven, buscando estabilidad y fortuna como compositor. Fija su residencia durante largos años en Galicia, donde desempeña el puesto de maestro de Capilla en las catedrales de Lugo y Mondoñedo, para luego pasar a la Catedral de Astorga. En los últimos años de su vida decide instalarse en Madrid, trayendo las más altas recomendaciones para trabajar para la corte de Carlos IV. No lo consigue, pero pasa a ocupar el puesto de maestro de música del Real Colegio de Niños Cantores de Madrid, dependiente de la Real Capilla.
Autor de una amplia obra religiosa poco divulgada en nuestro país, y conocedor de la pasión de Carlos IV por la música de cámara, compuso varias colecciones de cuartetos de cuerda en la última década del XVIII destinados al disfrute y entretenimiento del monarca, que era un apasionado violinista. João Pedro Almeida fallecerá en Madrid tras la invasión de las tropas napoleónicas, en 1817, en la más absoluta miseria. Una de estas colecciones (opus 4) se encuentra en la Biblioteca Palatina de Parma (Italia); fue recuperada gracias a la minuciosa labor de Judith Ortega y Lluís Bertran, investigadores del Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU).
¿Cómo describirían las obras contenidas en este trabajo?
La música que contiene este disco posee influencias muy diversas. Aparte del influjo más poderoso que hubo en Europa en aquella época, que fue el de Joseph Haydn y su concepción del cuarteto vienés, podemos también destacar cierta influencia de la música escénica francesa que se escuchaba en los teatros madrileños de la época, así como un cierto espíritu del Sturm und Drang que vaticina el ya cercano Romanticismo y, por supuesto, una impronta española pasional y festiva en la cual hayamos ecos de fandangos, tiranas y seguidillas.
¿Han utilizado instrumentos originales para esta grabación?
Trifolium comenzó como un proyecto que pretendía recuperar mucha de la música de cámara hispana poco interpretada en nuestra época; el mejor punto de partida fue la ingente colección de cuartetos de cuerda de Luigi Boccherini, tan olvidada en beneficio de sus quintetos. Nos fue difícil hacer una selección para nuestro primer disco, porque don Luis atesoraba tanta y tan buena música…
Después vino nuestro trabajo de Gaetano Brunetti, contemporáneo de Boccherini. Nosotros nos habíamos formado en el campo de la interpretación histórica y qué mejor que recuperar esta música utilizando criterios e instrumentos historicistas. Nuestros instrumentos datan de fines del siglo XVIII o son reproducciones históricas. Usamos además cuerdas de tripa y arcos históricos que reproducen la sonoridad original.
Es el tercer disco que publican, después de los dedicados a Brunetti y Boccherini, ¿qué acogida tuvieron los anteriores?
Estos trabajos discográficos fueron muy bien acogidos, debido probablemente a la novedad que suponía el hecho de ser obras de las que se tenía conocimiento pero que no habían sido grabadas nunca. Existían, sí, estudios ampliamente documentados sobre la importancia que el cuarteto de cuerda había tenido en nuestro país (en especial debemos citar las investigaciones de Miguel Ángel Marín). El éxito de nuestro primer disco de Boccherini nos sorprendió y llenó de ilusión.
Después vino el disco de Gaetano Brunetti, contemporáneo de Boccherini y privilegiado por Carlos IV como compositor de la Cámara Real, y que fue totalmente olvidado tras su muerte por su falta de aspiraciones por publicar su obra en la editoriales de la época. La música de Brunetti es tan variada y desconcertante que no podemos más que pensar en varios estilos, modelados en función de los dedicatarios de sus obras. Ha sido un compositor tan prolífico y tan escasamente grabado, que el lanzamiento de aquel disco fue cálidamente recibido por la crítica.
¿Cuál es la relación de la obra de Almeida con la de estos dos compositores?
No podemos saber a ciencia cierta cuál era la relación de Almeida con Brunetti. Podemos imaginar que le hubiera gustado seguir los pasos de Brunetti y ganar el privilegio de la realeza. Ni siquiera podemos saber hasta qué punto Almeida conocía su música, que era solamente interpretada en el entorno palaciego. Atendiendo al estilo, creo que son compositores de escasa influencia mutua.
En cuanto a Boccherini, sabemos que conocía personalmente a Almeida y que recomendó la publicación de una sus colecciones de cuartetos a través de una carta dirigida a su editor Pleyel en París. En esa carta ensalzó los cuartetos de cuerda del compositor luso-español diciendo que estaban escritos ‘en un estilo moderno’, con una buena distribución de las partes, añadiendo que el estilo del compositor era ‘muy bueno’, ‘una mezcla de Haydn, Pleyel y Boccherini’.
Sus tres trabajos han sido grabados con el sello Lindoro, ¿qué les lleva a ser tan fieles a este sello discográfico?
La verdad es que siempre nos hemos sentido muy cómodos trabajando con Lindoro. Desde el inicio nos hemos sentido muy comprendidos por su director, José María Martín Valverde. Gozamos además de una mutua confianza y una fluidez de comunicación que no son fáciles de encontrar. En Lindoro sentimos que tenemos una gran libertad para hacer los discos que nos gusta hacer, desde el proceso de investigación y selección de repertorio, hasta el diseño del libreto, notas musicológicas y la parte gráfica, que tanto nos gusta diseñar.
Creemos que el CD, que lamentablemente, pasa por una crisis de ventas que no vamos a analizar en esta entrevista, debe ser un objeto atractivo y bello de observar y de tener entre manos. Por ello damos tanta importancia a la parte estética, a la que le damos tantas vueltas desde el primer momento de la concepción de un nuevo disco. Disfrutamos, pues, de una casi absoluta libertad para tomar decisiones y elegir la música que nos gusta, aunando la novedad, el interés musicológico, la selección de un repertorio que sentimos merece ser grabado y escuchado por oídos de formación muy diversa.
¿Tendrán posibilidad de presentar en directo este disco próximamente?
Este disco apareció en el mercado en marzo de este año 2020, prácticamente a la vez la emergencia sanitaria debida a la pandemia de la COVID-19. La presentación, que iba a ser conducida por Lluís Bertrán (ICCMU) estuvo programada para finales de mayo en Madrid y tuvo que ser cancelada debido a la situación que todavía vivimos hoy. Después vino el verano y a día de hoy no nos hemos planteado reprogramar una presentación debido a la gran inestabilidad que vivimos.
A pesar de ello, hemos interpretado cuartetos de Almeida en los festivales y conciertos que hemos tenido este verano. Son tiempos muy inciertos en los que el interés general está centrado en la ansiada salida a esta crisis y en el que las novedades y lanzamientos culturales se han visto ciertamente empañados. Nosotros, gracias a nuestro entusiasmo, somos optimistas en que el próximo año se verá la luz al final de esta excepcionalidad que nos ha tocado vivir.
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