El pasado 3 de octubre se puso el broche de oro a la duodécima edición del FIP Guadalquivir, el festival que surca las aguas del Guadalquivir para unir Córdoba y Jaén a través del piano. Un evento en el que el patrimonio y la música van de la mano, pero también se unen a la gastronomía, alfarería, medicina, nuevas tecnologías y muchas más disciplinas para ofrecer al público eventos diferentes y memorables. Hablamos con su directora artística, M.ª Dolores Gaitán, para hacer balance de todo lo vivido.
Por Susana Castro
¿Cómo valora la acogida del público de la 12.ª edición del FIP Guadalquivir que acaba de finalizar?
Ha sido sobrecogedora, valga la redundancia. El FIP Guadalquivir viene desde hace varios años haciéndose un hueco importante en la cultura clásica andaluza y la asistencia de público cada vez es mayor, además de ser un público fiel a nuestra cita anual. Pero lo que no podíamos imaginar es la avasalladora respuesta que tuvimos cuando pusimos las entradas a la venta: en tan solo quince minutos todos los conciertos estaban ya agotados, solo el realizado en la Mezquita Catedral de Córdoba tuvo una solicitud de más de 12.000 personas para el aforo de 700 que podíamos ofertar. Una pena que las medidas sanitarias no cambiasen unos días antes para poder dar cabida a un mayor número de personas.
Por otro lado, este año hemos notado un aumento considerable de público extranjero o de fuera de nuestra sede, un hito muy importante para nosotros, pues nos hace reflexionar que la trayectoria y calidad por la que hemos estado luchado dentro del FIP se está consiguiendo holgadamente y eso nos permite seguir proyectando una nueva voz dentro de la música clásica y el piano.
La unión de música y patrimonio es la razón de ser de este festival que se desarrolla a orillas del Guadalquivir, entre Córdoba y Jaén, ¿dónde cree que reside el éxito de este binomio?
El patrimonio es, sin duda, un ingrediente muy destacado dentro de nuestra filosofía pero no el único que nos hace distinguirnos de otros festivales, seguramente sea nuestra baza más poética y distintiva, pero otras de las razones de ser que creemos fundamentales como seña de identidad del FIP Guadalquivir es el trabajo constante por la innovación adaptada a la sociedad actual, por reinventar nuevas fórmulas de eventos coherentes, atractivos y de calidad artística además de seguir soñando con convertir la música clásica en una música que puede estar a la ‘moda’, que puede seguir siendo la ‘música del futuro’ sin perder sus valores intrínsecos.
El éxito de este binomio entre música y patrimonio, según mi experiencia, se produce por un lado por la exclusividad que cualquier persona puede experimentar al formar parte de la historia de una ciudad y de sus monumentos, no solo es disfrutar la belleza del propio edificio bajo los primas de la música (que ya con eso sería más que suficiente para garantizar el éxito) sino que el sentirse parte de un evento en un espacio que suele contemplarse para otras funciones hace que cualquiera desee no perdérselo. Si a eso le añades ese ingrediente que es un repertorio adecuado al entorno con propuestas artísticas del más alto nivel, hace que cada concierto adquiera un peso mayor para atraer desde los más melómanos hasta los que nunca se atrevían con un concierto de clásica.
Uno de los platos fuertes de esta edición han sido los conciertos a cargo de la Orquesta de Cámara de Viena, en los que usted participó como solista, ¿de qué forma surgió esta colaboración? ¿Cómo fueron los ensayos y el concierto?
Esta colaboración surge gracias a mi faceta como pianista más que de gestora. Desde hace mucho tiempo colaboro y toco con el violinista Mario Hossen, que a su vez ha sido el director de la Orquesta de Cámara de Viena, y en uno de los encuentros musicales que tuvimos surgió la posibilidad de ponerme en contacto con el mánager de la orquesta e intentar acceder a ella. Así fue como me puse manos a la obra, hace ya unos tres años, empezando los distintos trámites que dicha institución nos exigía para acceder a ella y la verdad que tengo que decir que fuimos privilegiados, porque el proyecto del festival les llamó mucho la atención desde el principio y a partir de ahí fue todo sobre ruedas.
Tocar con una orquesta de esta envergadura hace que lo más difícil sea lo más sencillo de ejecutar. Pocas veces he encontrado una orquesta de cámara tan exquisita a nivel musical y con personas, todas ellas, de una gran humanidad. Sin duda, ha sido una de las experiencias musicales más enriquecedoras de los últimos años de mi carrera. Además, la orquesta se sentía también una afortunada por poder tocar en la Mezquita Catedral y señal de ello fue la entrega pasional y excelsa de su interpretación durante los conciertos de Córdoba y Jaén.
¿Qué otros artistas han formado parte de la programación?
Esta edición, tengo que decir, estoy especialmente contenta de la selección del programa musical que hemos llevado a cabo porque hemos abierto nuevas puertas a músicos de otros estilos dentro del mundo del piano y hemos cubierto también algunas asignaturas pendientes como era la música medieval o jazzística.
Este año han pasado, aparte de los citados anteriormente como el violinista Mario Hossen, la Orquesta de Cámara de Viena y mi persona, con el piano jazz del músico Ignasi Terraza, con el piano flamenco de Juan Antonio Sánchez unido a la gastronomía del chef dos estrellas Michelín Paco Morales y a las artesanía de los alfareros de Cerámicas San José, al Quinteto ‘Astor’ conmemorando el 100º Aniversario de Piazzolla y al actor Manuel Galiana reencarnando a Alfonso X ‘El Sabio’ en un concierto músico-teatral con el grupo medieval de Carmina Terrarum y textos de Fernando Abascal.
Además de los conciertos, el festival también apuesta por charlas, clases magistrales y hasta la realización de flashmob, ¿Cuáles han sido las actividades extra musicales de esta edición?
Desde los orígenes del festival hemos trabajado sobre dos líneas fundamentales y complementarias, los conciertos oficiales y los eventos especiales, como los suelo llamar yo, que rigen su naturaleza por la temática escogida en cada edición, con la finalidad de poder aportar un trasfondo educativo y coherente a la programación.
En esta ocasión, hemos querido acercarnos a un nuevo público y ofrecer la posibilidad de trabajar con otros recursos. Para ello, hemos colaborado con la escuela de flamenco Piedad y Esperanza del barrio marginado de las Palmeras de Córdoba, elaborando el flashmob ‘Pian Piano’ y ofreciéndole a este colectivo la posibilidad de entrar en contacto directo con el mundo de la música clásica además de ayudarles a usarla para salir de su entorno cotidiano. Una actividad que pretendemos llevar adelante en las próximas ediciones.
Por otro lado, las charlas interactivas tomando como temática las nuevas tecnologías a través de las apps y videojuegos para aprender música nos parecía un punto de inflexión muy interesante para llegar al público juvenil que consideramos de gran importancia que esté presente en nuestro festival. En esta ocasión, la charla ha tenido lugar a través de la plataforma Zoom con la catedrática y experta de la Universidad de Málaga, Isabel Barbancho.
Por último, las clases magistrales son ya una actividad consolidada en el FIP, durante las numerosas ediciones hemos traído docentes y músicos como Rosa Torres-Pardo, Luís Fernando Pérez, Enrique Bagaría, Leslie Howard y muchos más. Este año, con ocasión del aniversario de Astor Piazzolla, nos parecía muy acertado traer a Lila Horovitz, una especialista de la interpretación del tango y abrirla a todos los instrumentos.
¿Qué entidades han patrocinado y colaborado en la organización de la edición 2021?
La duodécima edición ha sido fruto del importante apoyo de instituciones públicas y privadas, pequeñas empresas y nuestra comunidad de socios y público, pero sobre todo gracias al esfuerzo enorme de su organizadora, la Asociación Cultural Guadalquivir Pianístico.
En Córdoba hemos tenido como patrocinadores principales al Ayuntamiento de Córdoba, Córdoba Patrimonio de la Humanidad, Vimcorsa, Fundación Cajasur y Cabildo Catedral de Córdoba a través de Foro Osio.
Como colaboradores a Noor Restaurant, Hospital La Arruzafa, Grupo Cabezas & Carmona, Cervezas Alhambra, Corhyund- Hyundai y Emacsa.
También contamos con pequeñas empresas que aportan en especie su buen hacer para contribuir a completar el festival como son el Patio del Posadero, Ana Martina joyas, Cassual Estilistas, Cerámicas San José, Escuela de Flamenco Piedad y Esperanza y como colaborador técnico a Royal Pianos.
En Jaén en cambio el concierto de la Orquesta de Cámara de Viena lo hemos co- organizado con el Ayuntamiento de Jaén y el Consejo Social de la Universidad de Jaén con el patrocinio de la Fundación Caja Rural de Jaén, Castillo de Canena y grupo Ávolo y con la colaboración de la Asociación del Festival de Otoño.
Sabemos que antes de terminar una edición, ya se está trabajando en la siguiente, ¿puede adelantarnos alguna información sobre cómo se desarrollará el FIP Guadalquivir 2022?
Efectivamente, una no deja de pensar en la siguiente edición, pero ese pensamiento es constante todo el año, fruto de la evolución del propio festival y de la nutrición personal con otras realidades musicales internacionales de las cuales una se sirve también como inspiración.
A día de hoy es muy precipitado adelantar alguna información sobre la próxima edición ya que este es el momento de poner sobre la mesa todas las ideas previas y armar el puzle tomando también como referencia el funcionamiento de los distintos eventos de la edición apenas terminada.
Finalizada la edición, y con un poco más de calma en el trabajo dedicado a la gestión, ¿Cuáles son sus próximos compromisos?
La verdad que este segundo semestre del 2021 ha venido muy intenso, justo al día siguiente de terminar el 12º FIP Guadalquivir estuve en el Paseo del Prado de Madrid tocando con la Banda Sinfónica de Madrid bajo la dirección de Valter Sivilotti para el desfile del diseñador Palomo Spain. Ahora mismo estoy de viaje a Ucrania para tocar en la Filarmónica de Kiev para el evento oficial de la Fiesta Nacional de España.
En noviembre y diciembre tengo una gira en América y España con el proyecto para piano ‘1781 Tribute’ promovido por el Instituto Nauta y la Academia de las Ciencias y las Artes Militares del Ejército de España, donde colabora también Acción Cultural Española.
A principios de 2022 realizaré la grabación de dos proyectos discográficos y una gira con la Staatsphilharmonie Rheinland-Pfalz en Alemania con el Concierto opus 15 de Giovanni Sgambati.
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