‘La cultura es una gran industria con 700.000 puestos de trabajo que da sustento a miles de familias en este país y debe continuar, no puede estar más tiempo parada’
Por Susana Castro
El próximo 8 de octubre dará comienzo el I Festival Encuentro Silva de Sirenas en el Ateneo de Madrid. ¿Qué actividades podrán encontrar los aficionados a la música antigua en este nuevo espacio?
Encontraremos una programación con cuatro maravillosos conciertos de cámara, obras de Bach, Haendel, Telemann, Caldara, Monteverdi… Con artistas nacionales de excelente calidad y una gran trayectoria profesional como Raquel Andueza y Jesús Fdez. Baena, La Ritirata de Josetxu Obregón, Emilio Moreno y Aarón Zapico.
Delirivm Musica inaugurará el FESS Madrid con un precioso programa dedicado a Bach, Haendel y Telemann. Además de los conciertos presenciales y en streaming, FESS Madrid dará acceso online gratuito a las ‘entrevistas con el artista’ antes de cada concierto, teniendo así la oportunidad de conocer al intérprete, su trabajo y el programa de concierto.
Aunque se trata de la primera edición de este modelo de festival-encuentro, ya lleváis siete años organizando el Encuentro de Música Antigua Silva de Sirenas. ¿Qué os llevó a decidiros por este formato y qué novedades se darán cita en él?
Unir festival y encuentro en el Silva de Sirenas surge de la idea de dar a conocer, desde un punto de vista cercano, el trabajo de diferentes artistas, el repertorio, el proceso creativo… que los alumnos del encuentro y el público asistente tuvieran la oportunidad de participar de diferentes formas, activamente a través del encuentro, asistiendo a los talleres y conferencias, participando en las ‘entrevistas con el artista’ realizando preguntas o simplemente conectándose para verlas antes de los conciertos; esto hace del FESS Madrid una experiencia mucho más enriquecedora.
Llevábamos años trabajando en el proyecto del festival y a finales de 2019, gracias al apoyo de la Consejería de Cultura y Turismo de la CAM, conseguimos arrancar, así que ahora no nos echaremos atrás.
Respecto a las novedades, este VII Encuentro Silva de Sirenas se realizará online. Hemos introducido cosas nuevas como el taller de ‘apreciación musical y escucha activa’ o las ‘entrevistas con el artista’, pero lo demás se plantea igual, solo que esta vez será online.
Vuestra apuesta por los músicos españoles es firme, no se trata de una cuestión puntual debido a la crisis sanitaria actual. ¿Qué os ha llevado a fijar el foco en nuestras formaciones?
Hemos decidido apostar por la calidad y trayectoria profesional de formaciones y artistas con sede o residencia en España. Esto no quiere decir que dichas formaciones y artistas no se consideren de ámbito internacional. Emilio Moreno es miembro fundador de la orquesta del siglo XVIII dirigida por Frans Brüggen; Raquel Andueza es una de nuestras sopranos con mayor proyección internacional en el mundo de la música antigua; qué decir de Josetxu Obregón o Aarón Zapico, también reconocidos artistas internacionales; y nuestro clavecinista, Jorge López-Escribano, vive entre Madrid y Ámsterdam y colabora con distintas formaciones europeas de primer nivel.
Todos son grandes músicos reconocidos fuera de nuestras fronteras y grandes embajadores de nuestra cultura. Tengo que aclarar que estos que he nombrado son todos los que están pero no están todos los que son, pasaría un buen rato recordando y dando nombres de grandes artistas nacionales. Espero que algún día nos demos cuenta de lo que aquí tenemos y comencemos a apoyarlo y valorarlo como se merece.
Uno de los pilares fundamentales de vuestro festival es acercar de manera activa al público todo el trabajo que realizan los artistas antes de subir su programa a escena. ¿Crees que esta forma de implicar al aficionado en el proceso de creación puede ser una de las claves para la consolidación de nuevos públicos?
Esta pregunta merece un artículo aparte. Ayuda, pero la educación es la clave para la consolidación de nuevos públicos. En algún momento todos hemos sido nuevos públicos y hemos tenido que juzgar.
No sé si esta responsabilidad de encontrar nuevos públicos debe recaer exclusivamente en el artista. Deberíamos preguntarnos si durante el proceso educativo se han ofrecido las herramientas necesarias para disfrutar, valorar y juzgar una obra o si, por el contrario, solo se nos ha preparado para el entretenimiento.
Todo en la vida tiene un proceso y un momento. Si durante tu educación no has recibido las herramientas necesarias para acercarte abiertamente a la cultura, será difícil que lo hagas llegado el momento, pasarás de largo y no querrás profundizar. Desconfiamos de todo aquello que no conocemos y tememos que nos deje en evidencia, y esto provoca rechazo o indiferencia.
La única manera que tenemos los artistas de combatir esa indiferencia y ese rechazo, ya que el actual sistema de educación no ayuda, es mostrar cómo somos y lo que hacemos. Hacer entender al público que son parte activa de la cultura y que sin ella el futuro no es nada prometedor.
Por eso, desde todos los sectores de la cultura, se insiste al Gobierno, al Ministerio, a las instituciones, que cumplan con sus obligaciones. La cultura es una gran industria con 700.000 puestos de trabajo que da sustento a miles de familias en este país y debe continuar, no puede estar más tiempo parada, y no por salvar a la cultura sino por salvarnos a nosotros mismos.
Hoy por hoy, como artista, no pienso en la consolidación de nuevos públicos, intento desesperadamente hacer que la vida merezca la pena vivirla, el mismo trabajo que deberían hacer los políticos.
En esta edición tan singular, marcada por las restricciones de aforo y las limitaciones derivadas de la crisis sanitaria, apostáis por combinar los conciertos en streaming con los conciertos presenciales, ¿cómo habéis planteado esta dualidad?
El streaming es una herramienta maravillosa que ya venía utilizándose desde hace tiempo, aunque con la pandemia ha tomado mayor relevancia. Hemos decidido invertir en ello por la gente que sabemos que no podrá acudir presencialmente a la cita.
También hemos hecho todo lo posible para que los conciertos se retransmitan en directo, no en diferido, pensamos que así la experiencia resultará más enriquecedora, contando con la certeza de que el teatro jamás podrá vivirse plenamente a través de una pantalla, sino en su templo.
Estamos en un momento muy bueno para la música antigua, que cada vez conquista más espacios de concierto y suscita el interés de más aficionados a la música clásica en general, ¿qué factores o iniciativas crees que han contribuido a esta explosión?
Entiendo que hablamos del caso de España, porque en Europa explotó hace tiempo. Pues bien, los principales factores son la calidad y la profesionalidad de los grupos e intérpretes, también la consolidación de proyectos tras años de trabajo y esfuerzo, la creación de nuevos festivales y ciclos de música antigua, la ampliación de la programación en otros que han incluido más repertorio antiguo… Todo esto, entre otras cosas como la difusión en medios, las redes, internet, etc., han podido contribuir a este boom, pero esto no sucede de la noche al día.
El historicismo musical supuso una revolución que, comenzando en el Medioevo, ha ido a parar al Romanticismo. Es cierto que esta ‘moda’ de la interpretación historicista o interpretación históricamente informada llegó más tarde a España que al resto de países europeos, y que hasta que no han pasado un par de generaciones de músicos dedicados a su práctica y estudio (la mayoría fuera de España, por no decir todos) no llegó a consolidarse en nuestro país. Aunque ahora hay numerosos grupos e intérpretes de reconocido prestigio dedicados a esta práctica historicista y, efectivamente, el público responde cuando se programa, aún queda mucho por hacer y descubrir.
Formas parte de la junta directiva de GEMA, la Asociación de Grupos Españoles de Música Antigua, con la que estáis haciendo una labor impagable para fortalecer el sector. En una situación de incertidumbre como la actual, ¿qué reivindicaciones estáis haciendo desde la Asociación? ¿Cómo creéis que se plantea el futuro a corto y medio plazo de la cultura?
Antes de nada me gustaría reconocer el trabajo de compañeros que anteriormente estuvieron en la junta directiva de la Asociación y que en estos últimos diez años han contribuido a hacer de GEMA lo que hoy es. Ya somos setenta grupos profesionales y en esta crisis hemos visto reforzada nuestra razón de ser como asociación de ámbito nacional.
Jordi Savall, con Le Concert des Nations y Hespèrion XXI, Eduardo López Banzo con Al Ayre Español y la Orquesta Barroca de Sevilla se han incorporado recientemente a GEMA y podemos afirmar que somos la entidad que a día de hoy representa a la mayor parte de la música antigua en España.
También, a través del trabajo y la colaboración con importantes organizaciones de ámbito internacional como REMA European Early Music Network o Fevis – Fédération des Ensembles Vocaux et Instrumentaux Spécialisés, hemos consolidado nuestra posición como integrantes de la red de entidades europeas dedicadas a la música antigua.
En cuanto a las acciones derivadas de la pandemia, decir que la prioridad de GEMA en un primer momento fue la de reforzar lazos de unión entre músicos, asociaciones y entidades. Era fundamental llevar a cabo acciones conjuntas y creo que el sector lo entendió así y actuó en consecuencia.
Con mucho esfuerzo y trabajo durante esos primeros meses de la crisis y gracias a la disposición y el talante de nuestra presidenta, Raquel Andueza, conseguimos, junto a otras asociaciones, llamar a la puerta del Ministerio de Cultura y Deporte y, al menos, alertar de la situación en la que nos encontrábamos exigiendo que actuaran en consecuencia.
Dicha situación antes de la pandemia no era muy boyante que digamos, veníamos de la crisis de 2008 arrastrándonos a duras penas y cuando tímidamente levantábamos cabeza, esta pandemia ha venido a constatar lo que ya sabíamos: el estado de absoluto abandono en el que nos encontramos los artistas de este país. Las cancelaciones, las duras condiciones para sacar proyectos adelante, festivales y ciclos aplazados o con limitaciones que hacen inviables su consecución, ayudas y subvenciones poco ’eficaces o inexistentes.
El sector está totalmente hundido económica y socialmente, si no se hace algo urgente por el sector de la cultura el barco se hundirá. Seguimos a flote por el empeño y la imaginación de los que vivimos de ella, pero hasta cuándo.
Hace poco leía en un artículo que del arte solo vivían aproximadamente un 2 % de los artistas y que el 90 % de los mismos se veía obligado a desempeñar otros trabajos ajenos al proceso creativo. Esto supone una carga tal que en ocasiones hace dañar la integridad física y mental de los que trabajan en la creación de un proyecto.
‘¿Por qué seguimos trabajando en cultura?’, planteaba este artículo de Ah Magazine. Pues no lo sé. Lo que sí sé es que, si paramos, la vida se tornará enormemente triste y vacía y no tendrá sentido enseñar canciones a los niños, ni tendrá sentido llevarles a un museo o que reciten a Gloria Fuertes, no habrá conciertos, no habrá teatro y la única prioridad entonces será la profesionalización y el mercado laboral, triste y gris.
Sin cultura no concibo ni mi existencia ni mi futuro, por eso sigo y por eso creo que todos seguimos. Lo que no sé es hasta cuándo podremos aguantar sin un compromiso serio por parte de las instituciones y del Ministerio de Cultura y Deporte. La cultura debe continuar porque es un bien necesario y un derecho.
En cuanto a tu pregunta sobre el futuro a corto y medio plazo, deberíamos aprovechar esta crisis para generar un tejido de conciertos de proximidad donde se apostara por los grupos locales, cubriendo así sus necesidades y a la vez las demandas del público.
Y es que, como anteriormente hemos dicho, cada vez se consume y se programa más música antigua, venimos viéndolo de un tiempo a esta parte y lo hemos podido comprobar en ciclos y festivales este verano donde, pese a la situación (y aquí rompo una lanza en favor de la cultura segura y de aquellos programadores que este verano con esfuerzo y generosidad han sacado adelante sus programaciones), la gente ha agotado las entradas en los conciertos y los programadores han apostado firmemente por los grupos locales y nacionales.
Aunque siga siendo factible y enriquecedor, ya no es tan necesario recurrir a intérpretes y formaciones de otros países para obtener público y calidad interpretativa. Además, ahora más que nunca, debemos favorecer la recuperación de nuestro patrimonio nacional y exportarlo tal y como se ha hecho durante décadas en otros países europeos con el apoyo de sus instituciones.
El descomunal trabajo que están realizando musicólogos e intérpretes de nuestro país por sacar a la luz los tesoros escondidos de nuestro gran patrimonio musical es comparable a la restauración de ‘La Anunciación’ de Fra Angelico en el Museo Nacional del Prado.
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