El próximo 29 de mayo tendrá lugar el estreno absoluto de la ópera de cámara Tránsito del compositor zaragozano Jesús Torres. Se trata de una nueva producción del Teatro Real, en coproducción con el Teatro Español. Entrevistamos al director musical de la producción, Jordi Francés, quien nos desvela las claves de este nuevo título.
Por Susana Castro
¿Cómo llega usted a ser el director musical de este espectáculo tan prometedor?
Conozco la música de Jesús Torres desde hace quince años y siempre hemos tenido una muy buena relación artística, primero como percusionista y ahora como director. Hemos compartido conciertos muy especiales, estrenos, conciertos monográficos, etc. En nuestras conversaciones, muchas veces hemos acabado reflexionando sobre ópera. Yo sabía que él estaba estudiando posibilidades para componer una, incluso habíamos comentado sobre varios textos o posibles ideas. Hace ya más de un año recibí la llamada del Teatro Real con la propuesta de dirigir este estreno y, obviamente, acepté con gran ilusión.
Debutó en el Real en 2016 con Brundibár, ópera infantil de Hans Krása, pero en esta ocasión se pondrá al frente de la Orquesta Sinfónica de Madrid, conjunto titular del coliseo madrileño, ¿cómo están yendo los ensayos?
Los ensayos están yendo estupendamente. En el Teatro Real se trabaja de una manera muy seria y con unas condiciones fantásticas. Tenemos además un reparto formidable de cantantes que están muy ilusionados con el proyecto. El tamaño medio de esta ópera nos ha permitido un tipo de trabajo muy particular en el que hemos podido reflexionar juntos sobre muchos aspectos del texto y de la música.
Está siendo un gusto trabajar con Eduardo Vasco, con quien ya había mantenido varias reuniones previas para hablar de la complejidad del mundo interior de los personajes, ya que ese mundo interior acaba siendo clave para su manera de cantar. Además, Jesús Torres ha estado presente en la mayoría de ensayos resolviendo cuestiones, aportando su visión y disfrutando del proceso de montaje.
El reparto está formado por Anna Brull, Isaac Galán, María Miró, Javier Franco y Pablo García-López, ¿ya había trabajado anteriormente con alguno de ellos?
Pues, aunque conocía los nombres y los había escuchado en vivo a casi todos, no había trabajado nunca con ninguno de ellos. Los cinco vinieron preparadísimos al primer ensayo y durante el proceso han mostrado una gran flexibilidad para integrar lo que íbamos proponiendo. Han mostrado también una gran capacidad de reflexión sobre lo que esta ópera quiere contar, y cómo creemos que es la mejor manera de contarlo. La verdad es que todos ellos han construido fabulosamente sus personajes y, a pesar de ser un estreno absoluto, la ópera fluye como si fuera un título de repertorio.
¿Cómo definiría la partitura con la que Jesús Torres, Premio Nacional de Música 2012, se estrena en el terreno operístico?
La partitura de esta ópera es de una enorme riqueza en muchos aspectos. La música de Torres ha tenido siempre una gran voluntad comunicativa y, en este caso, además está planteada con una gran inteligencia. La orquesta está formada por 18 instrumentos solistas entre los que destacan piano, acordeón, arpa y percusión con partes muy importantes. El prólogo y los interludios orquestales que enmarcan las diferentes escenas son también muy potentes e incluso funcionarían perfectamente en concierto.
Aunque Tránsito es su primera ópera, Jesús ya contaba con una amplísima experiencia en la música vocal y, en esta ópera, a mi parecer, ha logrado algo complicado: unas líneas vocales en las que la lengua castellana funciona de manera formidable, comparable a como funcionan otras lenguas de la tradición operística.
¿Cómo ha abordado el estudio de la obra? ¿Cuáles son las características de la misma que más le han conquistado?
Me interesa profundizar mucho en el contexto sociopolítico de cualquier obra que preparo. Suelo empezar por el estudio de las obras como musicólogo antes de dar paso al estudio como intérprete. A pesar de que mis responsabilidades en esta ópera son puramente musicales, el estudio de la obra lo comencé por el texto de Aub, su contexto histórico y todo lo que gira en torno a Tránsito. A partir de ahí fui adentrándome progresivamente en la música de Torres para tratar de entender las decisiones que él había tomado para componer esta partitura.
Una vez he realizado todo ese estudio y reflexión ya me siento preparado para tomar mis propias decisiones sobre la música. En realidad, el proceso de preparación no dista mucho de lo que me gusta hacer con obras sinfónicas u otro tipo de música. Para mí, los procesos de documentación, estudio y preparación de las obras son fascinantes y los disfruto mucho.
De esta ópera, destacaría muchas cosas, pero, sobre todo el enorme respeto por la obra y la figura de Max Aub por parte de Torres. Jesús compone una música que convoca a las emociones, pero permite que en el ritual operístico florezcan también momentos de reflexión y memoria histórica.
A su juicio, ¿qué elementos de la obra homónima de Max Aub en la que se basa esta ópera impregnan el libreto y la música?
Son infinitos los elementos que impregnan la partitura. Al igual que el texto de Aub, la música de esta ópera mantiene tensiones constantes entre lo emocional y lo reflexivo, lo expresivo y lo íntimo, junto a muchas otras dicotomías. Quizás sea importante remarcar también que el texto original es una obra de teatro breve que ya es casi en sí misma un libreto de ópera. Además, la situación teatral que propone, con esa especie de realismo mágico borgiano, es ya una realidad poética que admite el canto de manera natural y nada parece forzado.
Las representaciones tendrán lugar en la Sala Fernando Arrabal de Matadero, un espacio poco frecuente para este tipo de repertorio, ¿cree que sacar la ópera de sus emplazamientos habituales puede ayudar a derribar estereotipos y llegar a más público?
Pienso que este tipo de proyectos en los que el Teatro Real colabora con otros teatros son muy interesantes por muchas razones. Se hacen viables formatos de tamaño medio que posibilitan un acercamiento diferente a la ópera y permiten que se puedan contar y cantar otro tipo de historias. Al fin y al cabo, el tamaño del dispositivo solo importa cuando no es el adecuado. Cuando el proyecto operístico está bien ideado y utiliza los medios de manera inteligente y efectiva, te olvidas de si es una ópera pequeña o grande. Lo importante es que texto y música acaben creando esa tercera realidad que llamamos ópera y que es mucho más que la suma de los dos elementos. El potencial estético, afectivo y narrativo de la ópera es espectacular y, con las políticas adecuadas, creo que es posible y probable el derribo de estereotipos y la diversificación de un público cada vez más curioso y hambriento de cultura.
La dirección de escena corre a cargo de Eduardo Vasco, ¿es la primera vez que trabajan juntos? ¿Cómo está siendo este proceso de creación conjunta?
Es la primera vez que trabajamos juntos, pero desde las primeras reuniones ya tuvimos muy buena sintonía. El proceso está siendo muy enriquecedor para todo el equipo. Eduardo es un gran conocedor del teatro de Max Aub y tiene puntos de vista muy interesantes. El trabajo está siendo muy fluido y eficiente porque ya habíamos reflexionado juntos sobre cómo íbamos a enfocarlo.
Usted está fuertemente comprometido con la música de nueva creación, ¿qué es lo que más le motiva de enfrentarse a retos como este?
Me halaga que se suela reconocer mi compromiso con la música de nueva creación, pero en realidad mi compromiso es con el público. Me esfuerzo para que cada proyecto pueda estimular nuevas sensibilidades, descubrimientos, nuevos contextos o nuevas formas de escucha a un público al que respeto mucho. Pienso que el rito del concierto de música clásica como evento cultural tiene todavía mucho que decir a nuestro presente pero, para ello, necesitamos construir una relación con el público que trascienda lo puramente mercantil o clientelar. Trato de evitar programas en los que la convocatoria sea solamente la confirmación de nuestros gustos, y esta filosofía me lleva a desarrollar relaciones con muchos compositores y a estar muy en contacto con la nueva creación.
¿Qué otros compromisos tiene en su agenda para los próximos meses?
Próximamente estaré con la Orquesta de la Escuela Reina Sofía, y seguiremos con toda la actividad del Ensemble Sonido Extremo. La temporada próxima volveré a la Orquesta y Coro Nacionales de España y dirigiré también otras orquestas que todavía no han presentado la temporada.
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