El director Iker Sanchez Silva atraviesa una etapa muy dulce en su carrera con varios proyectos de gran envergadura entre manos. Acaba de presentarse ‘Maitena’, un álbum grabado con el sello IBS Classical que es el primer testimonio fonográfico de esta ópera vasca escrita por Charles Colin como encargo de la Sociedad Coral de Bilbao a principios del siglo XX. En pocas semanas verá la luz el disco ‘FALLA 1915’, del mismo sello, que recoge la primera versión de El amor brujo de Falla y sus Siete canciones populares españolas con orquestación de Francisco Domínguez.
Por Susana Castro
Recientemente se ha publicado para el sello IBS Classical el álbum ‘Maitena’, una de las primeras óperas vascas, escritas por el francés Charles Colin, ¿de dónde surge este proyecto de recuperación?
A comienzos del siglo XX la Sociedad Coral de Bilbao estrena varias obras encargadas a relevantes compositores vascos con el objetivo de crear un repertorio lírico en euskera. Entre estos destacan los trabajos de Usandizaga, Guridi, Santos Intxausti o Charles Colin. Un siglo más tarde esta institución ha querido recuperarlas a través de esta serie discográfica, comenzando con Maitena, una pastoral lírica vasca en dos actos, escrita por el compositor francés Charles Colin y estrenada en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao el 29 de Mayo de 1909.
Con esta plausible iniciativa por recuperar un patrimonio que se guardaba hace muchos años en un cajón, Iñigo Alberdi, gerente de la Coral se pone en contacto conmigo para iniciar este hermoso proceso junto a la BOS, junto a un estupendo elenco, a Rubén Fernández Aguirre y a una de las casas discográficas más comprometidas e importantes en la actualidad como es IBS Classical, con Paco Moya a la cabeza.
Usted se ha puesto al frente de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa y la Sociedad Coral de Bilbao, ¿cómo fue el trabajo durante las sesiones de grabación?
Antes de las sesiones de grabación, que lógicamente es una de las partes más importantes del proceso, hubo un profundo estudio del manuscrito y trabajo de reconstrucción junto a Angel Briz, quien se encargó de todo lo referente a la edición. Disponíamos de un canto-piano y el manuscrito de una orquestación sin finalizar, con lo que tuvimos que tomar ciertas decisiones relevantes en cuanto a la instrumentación se refiere. Tras terminar esta fase comenzaron los ensayos con la Coral de Bilbao y también llegó el momento de conocer a los personajes de la obra a través de sus solistas y los ensayos que pudimos realizar junto a Rubén Fernández Aguirre.
Entre tanto, las reuniones se empezaron a multiplicar para buscar la mejor estrategia de cara a las sesiones de grabación, ya que la pandemia seguía acechando y las restricciones eran muy estrictas. Sabíamos que el coro debía grabar con mascarilla, pero lo que nos sorprendió fue cuando nos anunciaron la imposibilidad de grabar orquesta y coro simultáneamente. Fueron momentos de incertidumbre pero, gracias a la valentía de todos los agentes implicados, finalmente llegamos a una solución: por las mañanas grabamos la parte instrumental, al mediodía Paco las editaba y por las tardes la Coral pudo grabar encima de la orquesta, pero sin ninguna referencia métrica, un auténtico desafío, la verdad, ya que la partitura estaba llena de cambios de pulso. Finalmente funcionó gracias a la búsqueda de soluciones por parte de IBS, BOS y Coral para llevar a cabo este proyecto de gran envergadura y tirar adelante a pesar de unas circunstancias poco favorables.
Han contado con unas voces solistas de primer nivel, entre las que destacan Miren Urbieta-Vega y Mikeldi Arxalandabaso, ¿cómo ha sido trabajar con ellos? ¿Qué cree que pueden aportar sus voces a este proyecto?
Ha sido un placer y una suerte volver a trabajar con este elenco. Una de las grandes ventajas a la hora de afrontar este proyecto ha sido el previo conocimiento mutuo, ya que habíamos coincidido en producciones anteriores. Sin ir mas lejos, con Josema Diaz, Fernando Latorre y Javier Tomé volvimos a coincidir pocos meses después de la grabación en una magnífica producción de Los siete pecados capitales de Kurt Weill en el Teatro Arriaga. Y qué decir de Mikeldi, unos de los tenores más solicitados hoy en día, teniendo presencia en Teatros como Royal Opera House de Londres, La Monnaie, Festival de Salzburg… Marife también muy activa, se le puede escuchar en el Teatro Real, Liceu, Maestranza, San Carlos de Lisboa… Y con Miren será con quien más haya trabajado, desde oratorios hasta títulos como Don Giovanni, La flauta mágica o Elixir de amor. Así pues, creo que hemos reunido a un estupendo equipo para esta primera grabación de Maitena.
¿Cree que el público tendrá la ocasión de ver la obra escenificada en vivo próximamente?
Después de este proceso de recuperación, de revisión, edición y grabación creo que el siguiente paso lógico sería mostrar este cuidado trabajo en vivo. La partitura está llena acción, tiene un ritmo vibrante que se desarrolla a través de un buen número de escenas. Estoy seguro que el día que se escenifique esta obra el público se va a quedar sorprendido de la belleza que esconde estas páginas y de la conexión del libreto con la propuesta musical. Sinceramente Maitena debería ocupar un espacio en el repertorio lírico actual. El esfuerzo de tantas personas e instituciones por recuperar este legado merece ser conocido por el gran público y sobre todo porque estas obras nos transportan y contextualizan una época muy importante y fructífera de nuestra cultura.
Este no es el único proyecto discográfico que ha firmado junto a IBS Classical, ya que pronto verá la luz el álbum ‘FALLA 1915’, que incluye la obra de Falla en su primera versión de 1915, de la que hay pocas grabaciones, ¿quiénes han formado parte de esta grabación?
En pocas semanas tendremos un nuevo trabajo discográfico junto a IBS: ‘FALLA 1915’. Esta vez será junto a María Toledo y Bilbao Sinfonietta, agrupación que lidero desde su fundación hace seis años junto a Javier Roldán. Esta es nuestra primera grabación y la hemos querido cuidar con mucho cariño y detalle. María Toledo es una de las cantaoras más reconocidas fuera y dentro del circuito sinfónico y la verdad es que ha sido un lujo poder contar con ella. En cuanto a Bilbao Sinfonietta, llevamos desarrollando una actividad muy ecléctica y dispar en las últimas temporadas, actuando en festivales de música contemporánea (BBVA, Musikagileak, Musikaste…) y estrenando música de jóvenes compositores como Brais Nóvoa, Mikel Chamizo, Asier López o nuestro compositor residente Francisco Domínguez (estos meses estrenaremos dos óperas de Asier y Fran), producciones con ABAO (galas líricas y Alzira-Verdi), repertorio clásico como el Réquiem de Mozart en el Festival Musika-Musica, hasta producciones en el Arriaga (Kurt Weill, Elixir de Amor, proyectos con danza…). Es precisamente en el Teatro Arriaga donde arranca este proyecto de grabación ya que hace un par de temporadas nos propusieron una producción en torno a Falla con El amor Brujo en su primera versión de 1915 y las Sietecanciones populares españolas con dirección escénica de Barbora Horakova.
Como bien indica, el disco incluye las Siete canciones populares españolas, orquestadas por Francisco Domínguez, ¿cómo describiría el trabajo realizado por el compositor?
Lo primero que me gustaría destacar de las canciones es que habitualmente estas son interpretadas por voces líricas, sin embargo, hemos querido acercar esta versión a la que creemos era el deseo de Falla, esto es, explorar en lo popular y en lo folklórico. Para ello quién mejor que la voz de Maria Toledo y el oficio de Fran que, bajo mi punto de vista, ha realizado un trabajo exquisito, llegando a la raíz de cada una de las canciones en esta nueva orquestación. Pienso que Fran ha tratado de buscar con mucha sutileza la tensión, el ruido y lo rasgado, elementos tan característicos del canto oral, sin olvidarse de la propia estética de Falla, quien se nutrió de un tratado de armonía donde contaba entre otras cosas que las segundas menores eran parte esencial del folklore. Así que Fran, tomando estas referencias y creando nuevas tramas y texturas, ha creado un mundo lleno de colores mezclando tímbricas poco comunes pero con un resultado extraordinario.
Más allá de su actividad discográfica, ¿qué compromisos tiene ahora mismo entre manos?
La temporada ha comenzado muy activa. He abierto la temporada hace pocas semanas junto a la Orquesta Nacional de Montenegro, realizando una pequeña gira por el país. Tras estos conciertos estuve dirigiendo la Gala de los Premios Max con Calixto Bieito como director de escena y hace unos días estrenamos junto a Bilbao Sinfonietta y Jone Martinez una ópera escrita por Asier López sobre El segundo sexo de Simone de Beauvoir en Musikaste.
En breve estaré en el Teatro Arriaga con los Ballets Olaeta y a finales de noviembre estrenaremos una nueva ópera esta vez de Fran Domínguez en el espacio Konpartitu. Antes de que termine el año presentaremos el disco ‘FALLA 1915’ en la Filarmónica de Bilbao donde además de escucharse las piezas del disco, estrenaremos una obra para marimba solista de José Luis Greco junto a Conrado Moya.
En 2022 dirigiré en Kursaal de San Sebastián Plagiacci de Leoncavallo con la compañía OPUS LÍRICA, otro trabajo discográfico con la BOS con varios conciertos, una ópera de Wolgang Rihm y otras producciones que tenemos entre manos junto a directoras de escena como Barbora Horakova, Marta Eguilior, los bailarines Iratxe Ansa e Igor Bakovich o el actor Asier Etxeandia y su proyecto ‘Mastodonte’.
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