El próximo 8 de abril se cumple el centenario del nacimiento del gran tenor Franco Corelli, a quien tuve ocasión de entrevistar en un ya lejano mes de julio de 1994, cuando asistía como jurado al I Concurso de Canto Jaume Aragall, en Torroella de Montgrí (Girona).
Corelli tenía una voluminosa voz de un color baritonal y gran belleza tímbrica, con un amplísimo registro, desde unos graves muy bien emitidos, pasando por un ancho centro y un extraordinario registro agudo: ancho, squilante y luminoso, con facilidad para emitir notas como el Do4 e incluso llegar al Re4, algo realmente prodigioso para una voz de gran volumen. Mostraba dominio de las medias voces y su poderoso fiato le permitía ligar largas frases y realizar increíbles regulaciones, apianando la voz hasta convertirla en un soplo imperceptible, sin perder un ápice de afinación. Ofrecía un incisivo y variado fraseo, dando relieve a la palabra cantada. Todo ello unido a una gran capacidad teatral que aportaba a sus interpretaciones pasión y emoción. Su presencia escénica era imponente por su gran apostura física, ya que era muy alto y bien parecido.
Por Diego Manuel García
Los inicios
Franco Corelli nació en Ancona, la bella ciudad a orillas del mar Adriático, el 8 de abril de 1921. El desarrollo de su vida antes de cumplir los 30 años no hacía presagiar el futuro que le aguardaba. En su familia no había antecedentes musicales, aunque al joven Corelli le gustaba escuchar grabaciones de Caruso, Gigli y Miguel Fleta, con las que fue aficionándose a cantar en privado, por puro placer y sin ninguna pretensión.
En 1950, un grupo de amigos le convence para participar en un curso de perfeccionamiento vocal organizado por el Teatro Comunale de Florencia, consiguiendo ser admitido. La primera aria que canta es ‘Giunto sul passo estremo‘ de la ópera Mefistófeles de Arrigo Boito. Por aquel entonces, Corelli era un tenor corto que no se atrevía con arias de fuerte compromiso en el registro agudo. En los tres meses de duración del curso aprendió a manejar las medias voces y mejorar su técnica de emisión. En el verano de 1951 participó con gran éxito en el Concurso del Teatro Experimental de Spoleto, cuyo premio consistía en interpretar el papel de Don José en cuatro funciones de Carmen, ópera esencial durante toda su carrera.
Una intensa y brillante carrera
Otro de los premios del Concurso de Spoleto era debutar en la Ópera de Roma donde, en enero de 1952, interpretó el papel de Romeo en Giulietta e Romeo de Riccardo Zandonai, cuya famosa aria del Acto III ‘Giulietta! Son io!‘ (una de las más bellas páginas de esa ópera), Corelli preparó escuchando la grabación de Miguel Fleta. También en Roma y ese mismo año interpretó el papel de Mauricio de Sajonia en Adriana Lecouvreur de Francesco Cilea. En 1953 incorpora a su repertorio el personaje de Pollione, junto a la Norma de Maria Callas, en Roma y Trieste; también debuta el Radamés de Aida en Rávena. En 1954 añadirá a su repertorio nuevos papeles: Don Carlo de Verdi y Mario Cavaradossi en Tosca y se producirá su interpretación de Canio en una grabación televisiva de Pagliacci. También tendrá lugar su debut en la inauguración de la temporada del Teatro alla Scala, de nuevo junto a Maria Callas, interpretando el papel de Licinio en la ópera La Vestale de Spontini, en una bella producción dirigida escénicamente por Luchino Visconti.
En 1955 debuta en el Teatro La Fenice de Venecia, interpretando por primera vez una de su grandes creaciones: el personaje de Dick Johnson en La fanciulla del West de Puccini. Ese mismo año se produjo su debut en el Teatro Nacional de San Carlos de Lisboa (su primera actuación fuera de Italia) y en la Arena de Verona, en ambos casos con Carmen, interpretada por Giulietta Simionato, su compañera ideal durante muchas funciones de esta ópera.
En 1956 volvió a cantar en La Scala, junto a Maria Callas, en Fedora de Umberto Giordano y Aida. En 1957 se produce su debut en la Staatsoper de Viena con Aida, en el londinense Covent Garden y en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, en ambos casos con Tosca. Ese mismo año, en el Teatro San Carlo de Nápoles añadirá a su repertorio otra de sus grandes creaciones: Andrea Chénier de la ópera del mismo título de Umberto Giordano.
El año 1958 fue de gran importancia en la carrera de Franco Corelli, con su debut en otra de sus grandes creaciones: Don Álvaro de La forza del destino, que tuvo lugar en el Teatro San Carlo de Nápoles en una función televisada por la RAI, junto a un reparto de verdadero ensueño que incluía a Renata Tebaldi (Leonora de Vargas), Ettore Bastianini (Don Carlos de Vargas) y Boris Christoff (Padre Guardiano), dirigidos por Francesco Molinari-Pradelli. La toma en vídeo de este gran evento puede verse completa en YouTube. Ese mismo año 1958, Corelli debuta en otros dos papeles esenciales de su repertorio: Calaf del Turandot de Puccini en Pisa y la Arena de Verona, y Manrico de Il trovatore de Verdi, en el Teatro Comunale Bolonia. También volverá a la Scala para debutar en un personaje de gran compromiso vocal: Gualtiero de Il pirata de Bellini junto a Maria Callas como Imogene. En esta ópera afrontó por primera vez una agudísima tesitura teniendo que llegar al Do4 y al Re bemol, mostrando cómo su registro agudo se había alargado después de años de intenso trabajo y estudio. El gran Corelli estaba ya en marcha, camino de convertirse en el mejor tenor del mundo.
En 1959 volverá a la Scala para incorporar a su repertorio un nuevo papel: Hernani de la ópera homónima de Verdi. También participó en las históricas representaciones de Adriana Lecouvreur en el Teatro San Carlo de Nápoles junto a Magda Olivero (la mejor Adriana de la historia), Giulietta Simionato (Princesa de Bouillón) y Ettore Bastianini (Michonnet), dirigidos por Mario Rossi. En esta ópera Franco Corelli interpretaba un Mauricio de Sajonia de gran presencia escénica e imponente estatura vocal. Existe una toma en directo que está disponible en YouTube.
El año 1960 es verdaderamente triunfal para Corelli, ya que interpreta en la Scala Andrea Chénier, Turandot y Carmen; en la Ópera de Viena realiza unas magníficas representaciones de Andrea Chénier. Grabará para EMI Norma junto a Callas,con dirección de Tullio Serafin, donde interpreta un referencial Pollione. También inaugurará la temporada de la Scala el 7 de diciembre de 1960 con Poliuto de Gaetano Donizetti, interpretando al personaje del mismo nombre, donde volvía a cantar con Maria Callas. Existe una toma en directo disponible íntegramente en YouTube. Después de la última representación de Poliuto, el 15 de enero de 1961, le esperaba el comienzo de su gran etapa en el Metropolitan de Nueva York.
El gran salto hacia América
Franco Corelli había adquirido una gran fama y Rudolf Bing (mánager general del Metropolitan de Nueva York), le ofrece un sustancioso contrato para cantar en ese teatro, donde actuará durante quince temporadas en 369 funciones. El debut se produjo el 27 de enero de 1961, interpretando Manrico de Il trovatore (en conmemoración del 60 aniversario de la muerte de Verdi), junto a Leontyne Price (Leonora), quien también debutaba en ese teatro, con dirección musical de Fausto Cleva. A las representaciones de Il trovatore seguirían otras de Turandot, dirigidas por Leopold Stokowski, y también interpretará Don Carlo y Aida. De vuelta a Europa, debuta en el Gran Teatre Liceu de Barcelona con Tosca. Volverá a inaugurar la temporada en el Teatro alla Scala, interpretando el papel de Arrigo, en La battaglia di Legnano del joven Verdi, en conmemoración del centenario de la unidad de Italia.
El año 1962 será verdaderamente triunfal para Corelli, ya que interpretará en el Metropolitan Tosca, Turandot y Aida, y añadirá a su repertorio un nuevo personaje: Enzo Grimaldo de La Gioconda de Amilcare Ponchielli. Volverá a la Scala para interpretar Turandot y unas históricas representaciones de Los hugonotes de Giacomo Meyerbeer, donde debutaba en el papel de Raoul de Nangis, de gran compromiso vocal. También participará en las famosas representaciones de Il trovatore en el Festival de Salzburgo, dirigidas por Herbert von Karajan al frente de la Filarmónica de Viena. Continuando su frenética actividad, inaugurará las temporadas del Metropolitan con Andrea Chénier y de la Scala con Il trovatore. Durante las dos siguientes temporadas sus actividades se irán centrando cada vez en más en Metropolitan, añadiendo a su repertorio el papel de Rodolfo en La bohème.
En 1964 debuta en la Ópera de Chicago, con Carmen e Il trovatore, que interpretará por última vez. Volverá a inaugurar las temporadas de la Scala: en 1963 con Cavalleria rusticana, y en 1964 con Turandot, donde la pareja ideal de esta ópera, Franco Corelli y Birgit Nilsson, ofrecía una extraordinaria interpretación junto a la magnífica soprano rusa Galina Vishnévskaya como Liú, dirigidos por Gianandrea Gavazzeni. Será la última vez que Corelli actúe en el Teatro alla Scala. Desde entonces, centrará su carrera en el Metropolitan, donde interpretará con mucha frecuencia Turandot, Aida, Don Carlo, La forza del destino, también Romeo et Juliette (su título francés predilecto) de Charles Gounod, Werther de Jules Massenet y una serie de óperas: Tosca, Adriana Lecouvreur, Andrea Chénier, La bohème y La Gioconda, que cantó muchas veces con Renata Tebaldi.
En 1975 actuará por última vez en el Metropolitan, en una serie de funciones de La bohéme y Romeo et Juliette, y volverá a la Arena de Verona con dos de sus óperas más significativas: Carmen y Turandot. Durante todo el año 1976 solo cantó tres funciones de La bohème en el Festival de Torre del Lago, que supusieron su despedida de los escenarios. Desde entonces se dedicó a la docencia. Franco Corelli, muy deteriorado de salud, murió en Milán el 29 de octubre de 2003.
Sus grandes creaciones
Franco Corelli va a estar siempre asociado a su extraordinaria creación del príncipe Calaf de Turandot, ópera que interpretó en 120 funciones entre 1958 y 1975, sobre todo junto a la soprano sueca Birgit Nilsson (referencial princesa Turandot). Siempre se menciona el final del aria de Turandot ‘In questa reggia‘, donde Calaf y Turandot juntaban sus voces en un claro enfrentamiento: ella con la frase ‘Gli enigmi sono tre, la morte è una‘ y él con ‘Gli enigmi sono tre, una è la vita‘ cantando al unísono y elevando la voz a un Do4 perfectamente diferenciado. La rivalidad surgía por ver quién era el que mejor emitía ese Do4. En sus múltiples interpretaciones de esta ópera, Corelli dotaba de intenso lirismo el aria ‘Non piangere Liú‘, junto a su extraordinaria interpretación del famosísimo ‘Nessun dorma‘. Existe una magnífica grabación de estudio que Nilsson y Corelli realizaron para EMI en 1965 en la Ópera de Roma, junto a la excelente Liú de Renata Scotto, dirigidos por Francesco Molinari-Pradelli. Esta grabación puede escucharse íntegra en YouTube.
Otra de sus grandes creaciones puccinianas fue Dick Jonhson de La fanciulla del West, que nunca grabó en estudio, aunque existe una toma en directo realizada en el Teatro alla Scala en 1956 junto a la magnífica soprano italiana Gigliola Frazzoni (Minnie) y Tito Gobbi (Jack Rance), con dirección de Antonino Votto. Los dúos de Corelli y Frazzoni son de intenso lirismo y gran fuerza expresiva. Corelli también brilla sobremanera en sus páginas solistas: ‘Una parola sola‘, plena de fuertes acentos y, sobre todo, ofrece una gran interpretación de la famosa aria ‘Ch’ella mi creda libero e lontano‘. Esta grabación puede escucharse completa en YouTube.
Sin duda, otro papel referencial de Corelli fue Andrea Chénier, de la ópera homónima de Umberto Giordano. Se le puede escuchar en la grabación en estudio de EMI en la Ópera de Roma en 1964 junto a la magnífica Antonietta Stella (Magdalena de Coigni) y Mario Sereni (Carlo Gerard), dirigidos por Gabrielle Santini. Sin embargo, es más recomendable la toma en directo realizada en la Ópera de Viena en 1960, con la magnífica dirección del maestro croata Lovro von Matacic, donde Franco Corelli y Renata Tebaldi están realmente extraordinarios: Corelli en sus cuatro intervenciones solistas y Tebaldi, con su preciosa voz interpretando la famosa aria ‘La mamma morta‘. Y, sobre todo, es toda una gozada escucharles en los bellísimos dúos: ‘Ora soave, sublime ora d’amore!‘ del Acto II y ‘Vicino a te s’acqueta‘ del Acto IV. Todos estos fragmentos pueden escucharse en YouTube.
Franco Corelli fue un gran tenor verdiano, y de todas sus creaciones cabe destacar sus interpretaciones de Manrico en Il trovatore y Radamés de Aida. Corelli grabó Il trovatore en estudio para EMI en la Ópera de Roma en 1964, con dirección de Thomas Schippers, junto a Gabriella Tucci (Leonora), Giulietta Simionato (Azucena) y Robert Merrill (Conde de Luna). También es preciso escuchar Il trovatore (verdaderamente antológico) en el Festival de Salzburgo de 1962, con Franco Corelli junto a Leontine Price (Leonora), Giulietta Simionato (Azucena) y Ettore Bastianini (Conde de Luna), con la espléndida dirección de Herbert von Karajan al frente de la Filarmónica de Viena. Ante el público era donde Corelli daba lo mejor de sí mismo y su Manrico salzburgués es el más extrovertido y heroico nunca escuchado. Excelente en su gran escena el aria-cabaletta ‘Ah! Si, ben mio… Di quella pira‘, y sobre todo en sus dúos con Simionato, mostrando por momentos un dramatismo y desesperación verdaderamente sobrecogedores. Impresionante el trío conclusivo del Acto I, con Ettore Bastianini, Leontine Price y Franco Corelli, rematado por soprano y tenor con sendos Re bemol perfectamente diferenciados.
De Radamés en Aida se puede escuchar su grabación de estudio EMI, realizada en la Ópera de Roma en 1965, junto a Birgit Nilsson (Aida), Grace Bumbry (Amneris) y Mario Sereni (Amonasro), con dirección de Zubin Mehta. Corelli canta magníficamente el aria ‘Celeste Aida‘, y en el Si bemol conclusivo apiana el sonido hasta hacerlo desaparecer. Magnífico en sus dúos con la Amneris de Grace Bumbry, de bella y sensual voz. También Corelli brilla sobremanera en sus dúos con una notable Birgit Nilsson, aunque lejos de su prestación en Turandot.
Sin duda otra de sus grandes creaciones fue Don José de Carmen, el papel que más veces cantó, con 130 representaciones, y que mantuvo en su repertorio durante toda su carrera. Lo interpretó la mayor parte de la veces en italiano, sobre todo junto a Giulietta Simionato, y se les puede escuchar en diferentes tomas en directo (disponibles en YouTube). Están impresionantes en el dúo final. Destacar también una función televisiva de la RAI, en 1956, donde además de escucharle, puede verse su actuación escénica junto a la fogosa Carmen de la mezzo mejicana Belén Amparan. Esta grabación en vídeo puede verse completa en YouTube. Corelli también cantó esta ópera en francés junto a la Carmen de Leontyne Price, en la grabación de estudio RCA, con dirección de Herbert von Karajan al frente de la Filarmónica de Viena. En esta grabación Corelli realiza una preciosa interpretación de la famosa aria ‘La fleur que tu m’avais jetée‘.
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