De entre todos los ámbitos de la música académica, la dirección es, sin duda, el que más impedimentos ha supuesto a las mujeres para hacerse un hueco. Y lo que es peor es que no se trata de una cuestión del pasado, sino que sigue siendo un problema a superar en la actualidad. Y es que se estima que más del 90% de las orquestas del mundo están en manos de directores hombres, cuya aplastante mayoría parece no frenar el ímpetu de mujeres directoras que cada día luchan y trabajan para sobresalir en un espacio potencialmente masculino.
Por Fabiana Sans Arcílagos & Lucía Martín-Maestro Verbo
Si observamos la programación de las temporadas de los principales teatros del país, nos percataremos de que, entre tantas figuras invitadas a guiar las orquestas, tan solo un nombre femenino predomina entre ellos: Alondra de la Parra. Considerada una de las más representativas e importantes directoras del mundo, De la Parra será la encargada de dirigir a la Orquesta de Valencia en su concierto del 8 de marzo del presente año; con un programa que incluye, entre otras obras, el Concierto para orquesta de la compositora ganadora de dos premios Grammy y un Pulitzer, la norteamericana Jennifer Higdon, obra estrenada por la Orquesta Sinfónica de Galicia la temporada pasada.
No cabe duda de que De la Parra es considerada hoy día como uno de los principales referentes internacionales de la dirección orquestal. De nacionalidad mexicana, es desde 2017 directora musical de la Orquesta Sinfónica de Queensland en Australia, convirtiéndose en la primera mujer a cargo de una orquesta en el citado país. A pesar de que por su particular forma de manejar la masa orquestal la crítica la ha tildado de poco ortodoxa, lo cierto es que ha sido invitada a ponerse al frente de más de 70 orquestas en todo el mundo, entre las que destacan la Orquesta de París, la Orquesta Filarmónica de Londres, la Tonhalle-Orchester de Zúrich, la Orquesta de la Radio Sueca, la Orquesta Sinfónica de São Paulo, la Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín y la Orchestra dell’Accademia Nazionale di Santa Cecilia, siendo en muchos de estos casos la primera mujer en subirse al podio de estas agrupaciones.
Alondra de la Parra hizo su primera incursión en la dirección orquestal a los 19 años, en un ensayo con la New Symphony Orchestra de Nueva York, gracias a su mentor, el maestro Kenneth Kiesler. Unos años más tarde, guiada por Charles Dutoit, la joven fue invitada a dirigir su primera orquesta profesional: la Filarmónica de Buenos Aires. Pero lo que sería decisivo para su lanzamiento internacional fue la petición del consulado mexicano en la ciudad estadounidense de crear una orquesta propia. Como resultado nace en el año 2004 la Orquesta Filarmónica de las Américas, que situaría a De la Parra al frente y que serviría como puente entre la música de compositores latinoamericanos y estadounidenses. Ese momento marcó un antes y un después en su carrera, pues constituiría un escaparate sin comparación que terminaría por catapultarla a la fama.
De la Parra ha sido y es una firme defensora del papel de la mujer en el entorno de la música académica, y más aún en el mundo de la dirección, donde desgraciadamente el sistema sigue siendo reticente ante el liderazgo femenino.Pero la directora mexicana sostiene que hay que vencer ese miedo, pues la valía ante una orquesta debe ser medida con la calidad musical y el esfuerzo, independientemente del género de quien lleve la batuta.
Sin embargo, no hace falta «cruzar el charco» para toparnos con directoras audaces. Tal vez con menos fama que la anterior, pero no por ello con menos valía, queremos dedicar un espacio especial a Isabel López Calzada. Firme defensora de las mujeres en el podio, López Calzada, doctora en música y natural de Madrid, recibió su formación entre Madrid y diferentes centros musicales europeos. Aunque ha llevado su batuta a lo largo y ancho de todo el continente, probablemente su proyecto más relevante es la creación de la Orquesta Sinfónica de Mujeres de Madrid, primera agrupación de esta clase en España. Se trata de una formación exclusivamente femenina que busca no solo dar espacio a las intérpretes, sino que pretende hacer sonar la producción sinfónica de las compositoras a lo largo de la historia.
La orquesta ha tenido la oportunidad de compartir su música en los mejores escenarios europeos, recibiendo inmejorables críticas, y a día de hoy cuenta con una plantilla constituida por mujeres de los cinco continentes. No son pocos los obstáculos con los que López Calzada se ha encontrado por ser no solo una mujer directora, sino por estar al frente de una formación femenina, pero en palabras de la propia artista:’una vez que el público escucha, escucha, y ya no mira, ya no se fija en si hay hombres o mujeres’.
No podíamos terminar esta pequeña reseña sin hacer mención a una de las directoras de orquestas españolas más importantes, no solo por su trabajo en el podio, sino por su inestimable labor docente como formadora de nuevos directores: Mercedes Padilla Valencia, toda una pionera. Madrileña de nacimiento, es catedrática de dirección en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, centro donde además adquirió su propia formación. En 1984 fundó la Orquesta de Cámara de Madrid, agrupación con la que debutó como la primera mujer en dirigir una orquesta en el Teatro Real el 5 de noviembre de 1985. La doctora en música cuenta en su haber con diversos reconocimientos tanto en su formación como en su labor musical, como por ejemplo el Premio Nacional Comúsica (1989) y el galardón de la Agrupación de Madrileños y Consejo de la Mujer de Majadahonda (2003).
Padilla ve con emoción que la dirección ha dejado de ser una labor casi exclusivamente masculina, comenta que ‘cuando yo estudiaba, era la única chica. Ahora, en mis clases, el 90% son alumnas, y en los cursos de dirección hay un 50%’. Y es que afortunadamente son cada vez más las mujeres que rompen el tabú de empuñar la batuta, ¿tendremos pronto el honor de contar con una titular femenina frente a alguna gran orquesta en España? El tiempo lo dirá…
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