Considerando una influencia italiana tanto en la estructura como en el lenguaje, la primera parte presenta la trío sonata con bajo continuo estandarizada durante la época intermedia del siglo XVII con autores como Legrenzi y Corelli, influencias de Caldara, mediante una contraposición de luminosidad y de oscuridad entre las obras de los mismos. La segunda parte comparte la visión ofrecida por autores austríacos que conectan directamente con el siglo XVIII, como Fux y Richter, a través de la introducción de movimientos de danza y de un lenguaje cercano a la escritura instrumental idiomática, finalizando con la Ciaccona de Caldara, basada en este popular ostinato.
La interpretación ofrece las cualidades propias de un conjunto barroco de música antigua en el que su temprana creación no representa un condicionante para mostrar un preciso equilibrio en los registros dinámicos, en la afinación y en el cuidado de los planos sonoros, con diferentes colores en función de los afectos del discurso, destacando la maravillosa conjunción de los violines, del violín con la flauta, con un precioso timbre de este último instrumento, y de un bajo continuo que conforma permanentemente una base formidable tanto para el sustento como para la alternancia con las líneas superiores. La aportación complementaria la ofrece la voz, con una preciosa articulación, adecuada al texto de la música de la antífona, y un gesto melódico de exquisito gusto.
Por Abelardo Martín Ruiz
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