Uno de los aspectos que preocupa a muchos jóvenes músicos que terminan los estudios superiores de música es la búsqueda de trabajo y la inserción en el mundo profesional. Encontrar la llave que abra la puerta del mercado laboral deseado puede suponer un reto que, sin lugar a dudas, necesita una previa preparación y concienciación por parte del profesorado y de las instituciones públicas.
Por Antoine Flores Gracia
Cuando los estudiantes de los conservatorios superiores de música de nuestro país terminan sus estudios musicales y obtienen su correspondiente Título Superior de Música se cierra una etapa importante de su formación académica. Durante esos años de estudio y preparación, han sido muchos los momentos que, en líneas generales, han estado marcados por largas horas de estudio, audiciones, cursos, concursos, exámenes y recitales.
Sin embargo, a pesar de haber invertido tantas horas de formación con nuestro principal instrumento y todo lo que ello conlleva, al terminar los estudios de música nos enfrentamos a una realidad que nos era, hasta entonces, bastante desconocida: la búsqueda de trabajo, es decir, la inserción en el mercado laboral y profesional. Debido a la complicada situación actual en nuestro país, durante los últimos años esta búsqueda se ha convertido en una tarea difícil, a menudo sin poder alcanzar expectativas ambiciosas que previamente habían sido planteadas por los estudiantes como, por ejemplo, conseguir una plaza en una orquesta profesional, tener unos ingresos suficientes con la realización de conciertos u otras salidas laborales relacionadas con la docencia. ‘En una situación de crisis económica como la actual, se hace más evidente que los centros educativos profesionales deben tener como meta la inserción o al menos el acercamiento de sus alumnos al mundo laboral’ (Bellver, 2017, p. 23).
De este modo, de la noche a la mañana, nos vemos ante una situación caracterizada por la incertidumbre, la preocupación, la inestabilidad y el miedo. Nos damos cuenta de que no se convocan tantas plazas en orquestas sinfónicas ni en bandas municipales, ni tampoco es tan fácil entrar en listas de empleo de tu instrumento para poder enseñar en un conservatorio. En muchas ocasiones, después de haber cursado diversos másteres de especialización musical y de habilitación para la docencia, la situación no mejora ya que nos encontramos ante un círculo vicioso: las generaciones van avanzando y cada año hay más estudiantes que terminan en la misma situación.
‘¿Pero qué ocurre después, cuando el estudiante termina su formación y se enfrenta al mundo real donde ha de ejercer su profesión? Se suele encontrar con un profundo cambio, un encuentro con su nueva condición y circunstancia que puede resultar doloroso; una de las razones responsables de esto es el hecho de arrastrar hábitos de antaño en “el nuevo mundo”, costumbres como el individualismo, la competitividad, las evaluaciones constantes, etc., que se han adquirido mientras se estudiaba y que hay que abandonar cuando vemos que nos pueden perjudicar’ (Dalia, 2008, p. 20).
Es entonces cuando nos damos cuenta de que el sistema educativo actual en los conservatorios no favorece la empleabilidad y, por ello, nos preguntamos: ¿por qué seguimos las directrices de unas enseñanzas que poco se adaptan a las necesidades de los jóvenes estudiantes de música en la actualidad?
El conservatorio como institución
El legado de la enseñanza instrumental en los conservatorios se reduce prácticamente a un modelo pedagógico vertebrado en torno a la repetición y a la figura idealizada del maestro (Fernández-Morante, de Paula Ortiz & Blanco-Piñeiro, 2020). ‘Dicho modelo consiste en la veneración a los grandes maestros de la música culta occidental […] poniendo así la interpretación de esas obras por encima de cualquier otra rama del saber musical’ (Vicente Bújez, 2008, p. 7). Como consecuencia, nos encontramos con planes de estudios en los conservatorios superiores de música que priorizan la interpretación musical con una gran carga lectiva (y que prácticamente acaparan la mayoría de créditos ECTS tanto del curso académico como del transcurso de los estudios superiores de música). A su vez, el hecho de darle tanta importancia a la interpretación musical durante los estudios superiores de música, desemboca en que esta sea una de las principales salidas laborales del alumnado que termina los estudios musicales en los conservatorios superiores en España. Sin embargo, ¿nos hemos parado a pensar en cuántas salidas profesionales relacionadas con la música existen que no tienen una formación reglada en un conservatorio superior de música?
La orientación profesional
Entre otros, con el objetivo de guiar y facilitar la inserción laboral para los estudiantes de música, encontramos diversas disciplinas como la psicología de la música y el coaching para músicos. Desafortunadamente, estas disciplinas no han tenido hasta ahora una presencia académica oficial y estable en los conservatorios superiores de música en España. Como comentábamos previamente, la interpretación musical acapara prácticamente la totalidad de los estudios de música, y deja en un segundo plano disciplinas como la psicología de la música y el coaching. No obstante, desde el comienzo del siglo XXI, son muchos los psicólogos y músicos que han estado observando esta carencia en los planes de estudio y en el funcionamiento de los conservatorios profesionales y superiores de música en España, señalando, así, al sistema educativo y al estancamiento en la formación del profesorado.
Ya desde el año 2008-09, encontramos las primeras aportaciones e investigaciones sobre la ausencia de orientación profesional en los conservatorios (profesionales y superiores) de música y sus correspondientes consecuencias. El Dr. Vicente Bújez (2008), en su artículo La inserción laboral de los estudiantes de música: principales expectativas y salidas profesionales, presentado en el I Congreso Internacional sobre Profesorado Principiante e Inserción Profesional a la Docencia, celebrado en Sevilla en el 2008, constataba que ‘se echa en falta una mayor atención a la formación pedagógica a la que se dedicarán la mayoría de los titulados al finalizar sus estudios’ (p. 7).
Por otro lado, la Dra. Pilar Lago Castro y el Dr. Luis Ponce de León Barranco, en su artículo titulado Necesidades de orientación en los conservatorios profesionales de música publicado en el 2009, eran ya conscientes de la problemática que se venía gestando en España respecto a las salidas profesionales de los músicos. ‘El mercado laboral de la música puede ofrecer quizás oportunidades limitadas, pero tal vez sean los propios conservatorios los que más limitan las opciones enfocando su formación únicamente hacia unas vías laborales muy concretas’ (Lago Castro & de León Barranco, 2009, p. 71).
A partir de entonces, diversos profesionales del mundo de la psicología de la música, de la interpretación musical y del coaching para músicos han alzado su voz para favorecer la inclusión de estas disciplinas en la formación académica de los músicos. Entre otros, destacan por sus publicaciones, libros y artículos: Guillermo Dalia, Fermín Galduf, Basilio Fernández-Morante, Francisco Escoda Patrón y Patricia Blanco Piñeiro.
Propuesta de un departamento multidisciplinar y de orientación profesional
Por este motivo, a través de una investigación realizada para mi Trabajo de Fin de Máster dirigido por Francisco Escoda Patrón en la Universidad Internacional de Valencia VIU, planteo la propuesta de un departamento multidisciplinar y de orientación profesional en los conservatorios superiores de música de España. El objetivo de este departamento es poder aunar aquellas diversas disciplinas que, dada su importante relación con la música, puedan contribuir a crear una formación académica más holística y adaptada a las necesidades actuales de los estudiantes de música. En otras palabras, incluir disciplinas como la psicología de la música y el coaching en la formación reglada de los músicos: algo que ya se hace en los mejores conservatorios superiores de música de Europa y otras partes del mundo.
Para dicha investigación, en un primer momento se realizaron un total de 139 encuestas a ex alumnos y ex alumnas que habían finalizado sus estudios superiores de música en algún conservatorio superior en España entre 2015 y 2020.
De este modo, fue posible conocer las diferentes opiniones y experiencias de cada uno de los encuestados sobre diversos aspectos tales como las dificultades respecto a las opciones de trabajo existentes, la experiencia laboral y la búsqueda de un trabajo relacionado con la música y, por último, la información sobre la orientación profesional y sobre el coaching para músicos que recibieron durante su formación en el conservatorio superior de música.
Entre otras cuestiones, llama la atención que entre los 139 encuestados que se graduaron entre 2015 y 2020, más del 75 % nunca recibió ninguna charla ni ninguna clase. Tampoco disponían de ningún departamento o profesor con el que pudiera resolver dudas sobre la orientación profesional.
De este modo, una de las consecuencias de la falta de orientación profesional en los conservatorios superiores de música es que la búsqueda de un trabajo que se ajuste a los propósitos del alumnado se vuelve complicada. Tal y como se puede observar en el siguiente gráfico, para el 61 % de los encuestados es difícil encontrar un trabajo que se ajuste a sus propósitos.
Los gráficos anteriores nos confirman la escasa experiencia laboral que poseen los músicos después de haber terminado sus estudios superiores de música. Entre los encuestados, el 39 % ha trabajado en algún campo relacionado con la música durante más de dos años. Sin embargo, datos más preocupantes son los que nos indican que solamente el 12 % de los encuestados ha trabajado más de un año. Destaca, también, que el 24 % de los encuestados haya trabajado solo esporádicamente. Del mismo modo, el porcentaje de los encuestados que ha trabajado menos de un año es alarmante.
Víctimas del sistema educativo
Probablemente las generaciones actuales han sido (o incluso están siendo) educadas para una realidad que ya no existe. Ya no hablamos específicamente de los músicos, sino en general, de las generaciones de estudiantes. Según el autor y pensador B. Vilaseca (2013): ‘Desde que empezamos a ir a la escuela, nos han venido insistiendo en que “estudiemos mucho”, que “saquemos buenas notas” y que “obtengamos un título universitario”. Y eso es precisamente lo que muchos de nosotros hemos procurado hacer. Fundamentalmente porque nos creímos que, una vez finalizada nuestra etapa de estudiantes, encontraríamos un “empleo fijo” con un “salario estable”’ (p. 53).
Sin embargo, resulta muy común encontrar hoy en día innumerables jóvenes estudiantes que han seguido esas premisas y al finalizar la etapa de estudiante, ni han encontrado un empleo fijo ni han tenido un salario estable. Entonces, ¿por qué, una vez más, seguimos las directrices de un paradigma educativo que no se adapta a las necesidades de las generaciones actuales ni fomenta la empleabilidad de las nuevas generaciones? ‘La Era del Conocimiento requiere de otro tipo de mentalidad. De ahí que, para sobrevivir y prosperar en el mercado laboral emergente, necesitemos ser y actuar de una manera muy diferente a la que estamos acostumbrados’ (Vilaseca, 2013, p. 146).
Estas palabras nos invitan a tomar conciencia y a reflexionar sobre la complicada situación laboral y profesional que actualmente experimentan muchos músicos jóvenes en nuestro país. ¿Cuántos estudiantes de todas las especialidades se gradúan en los conservatorios superiores de música en España cada año? Y, ¿cuántas plazas vacantes hay en orquestas sinfónicas, bandas municipales, escuelas de música y/o conservatorio cada año? Definitivamente, estamos hablando de dos variables que no son proporcionales.
Ser feliz con lo que se hace y saber reinventarse son también cuestiones que se enseñan y se aprenden. En lo que concierne a los conservatorios superiores de música, la inclusión y fusión de nuevas disciplinas que fomenten el practicismo, la flexibilidad, la adaptabilidad y la versatilidad pueden contribuir a esa reinvención en los músicos. De lo contrario, continuaremos anclados a una situación que favorezca el individualismo y la competitividad. Como resultado, seguiremos hablando de precariedad laboral, de falta de oportunidades y de un fenómeno que ya empieza a ser representativo de nuestra sociedad, como lo es la fuga de cerebros, migración que ya han vivido miles de profesionales en décadas pasadas.
Referencias bibliográficas
Bellver, C. (2017). La orientación profesional aplicada a las enseñanzas profesionales de música. Educación y Pedagogía (18), pp. 11-29.
Dalia, G. (2008). Cómo ser feliz si eres músico o tienes uno cerca. IdeaMúsica: Madrid.
Fernández-Morante, B., de Paula Ortiz, F. & Blanco-Piñeiro, P. (2020). Profesionales de la psicología como docentes en los conservatorios de música: hacia una educación musical sostenible. Artículo en prensa (Papeles del Psicólogo), pp. 1-8.
Lago Castro, P. & de León Barranco, L.P. (2009). Necesidades de orientación en los conservatorios profesionales de música. Revista LEEME (24), pp. 63-76.
Vicente Bújez, A. (2008). La inserción laboral de los estudiantes de música: principales expectativas y salidas profesionales. Ponencia presentada en el I Congreso Internacional sobre Profesorado Principiante e Inserción Profesional a la Docencia, Sevilla.
Vilaseca, B. (2013). Qué harías si no tuvieras miedo: el valor de reinventarse profesionalmente. Barcelona: Penguin Random House.
Laura Torrero dice
Estaba justamente escribiendo sobre esto , y sobre como se supone que yo no he conseguido mi sueño? Pero que sueño? El que me dijeron en el conservatorio y el que no se corresponde con la realidad que en mi caso ni siquiera ha sido mi especialidad sino la asignatura de musicaymov en la que nos pusieron sin materiales ni formación y en la que hemos terminado creciendo como musicos y como personas
Lacaba dice
No hay calidad en los superiores , desde el elemental se van aprobando los paso de grado alegremente para no perder “clientes”, entonces es una falsa la preparación. El problema está en la base( tan despreciada por lis lumbreras), en los superiores se llega tarde , la interpretación tiene que tener importancia, se practican los problemas y se van asimilando muchas dificultades, rítmicas, tímbricas, de expresión, etc
Ya se encarga lo exigido en oposiciones de poner por los suelos la interpretación y así nos va!!!
Tet dice
Agradezco que tengan en cuenta la precariedad laboral de las nuevas generaciones de los músicos. Pero hay mucho, mucho que criticar en este artículo.
La más obvia, fuera de las bandas municipales, los conservatorios y las orquestas, ¿existe alguna opción de empleo DIGNA?. Las hay, pero no viven de la música, viven de los músicos: Fisioterapeutas, psicológos, gestores e intermediarios de diversa índole… Vamos, nada que se estudie en un conservatorio.
De lo que no se habla es de la dejadez del gobierno de turno en lo que refiere a la cultura musical. Y esto aplica también a los institutos de secundaria. ¿Cómo vamos a hacer negocio, si nadie sabe apreciar nuestro trabajo?
Yo más bien hablaría de la precariedad, la falta de medios y la mediocridad del profesorado de muchos conservatorios del país. Quizá así entenderían por qué nos largamos todos al extranjero. A estudiar y luego a trabajar. De lo que siempre hemos soñado, y para lo que tanto hemos luchado.