El aprendizaje basado en juegos (ABJ) es una metodología de enseñanza que ha ido ganando popularidad en las últimas décadas en diversos campos educativos, incluida la educación musical. La idea básica detrás del ABJ es que los juegos pueden sumar como una herramienta más efectiva para involucrar al estudiantado, fomentar la creatividad y mejorar el aprendizaje en general. Gracias a mi experiencia en el aula, ofrezco una serie de herramientas para poder completar parte del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Por Pedro Giraldo Granados
El beneficio del aprendizaje basado en juegos en educación musical parte de un aprendizaje práctico y profundo, ya que una de las principales premisas es que puede fomentar la efectividad y profundidad del aprendizaje. Los juegos ayudan a nuestro alumnado a comprender conceptos y habilidades musicales de una manera más significativa y duradera que la simple memorización de hechos o la práctica de habilidades aisladas. Los juegos también fomentan la exploración y la experimentación, lo que ayuda al estudiantado a desarrollar su propia comprensión de la música. Y, sin lugar a dudas, el factor socializador es el que parte con mayor arraigo de los nombrados anteriormente.
Muchos son los profesionales y compañeros que al principio muestran cierto escepticismo hacia esta metodología, hasta que comprueban de primera mano los beneficios de este tipo de enseñanza. Se ha comprobado que el juego desarrolla en los niños la imaginación, la creatividad y las habilidades socioemocionales necesarias para el futuro adulto.
Ahora es cuando muchos docentes están empezando a darse cuenta de que tan solo con cambiar la dinámica establecida hacemos mucho más divertido el aprendizaje. Solo hay que modificar un poco las metodologías tradicionales para conseguir un proceso de enseñanza-aprendizaje completo desde el inicio.
Gamificación vs. ABJ
Comenzamos aclarando varios de los términos que usualmente se confunden a la hora de tratar cualquier cosa que tenga como base el juego. Diferenciaremos los siguientes tres conceptos: gamificación, aprendizaje basado en juegos y serious games.
Como hemos descrito, el objetivo del aprendizaje basado en juegoses aprender mediante el juego, ya sea de mesa, oral o cualquier propuesta ludificada. El juego, junto con la canción, es uno de los mejores recursos didácticos que tenemos los docentes de música a nuestro alcance. El juego es toda actividad que realizan uno o más jugadores empleando su imaginación o herramientas para crear una situación con un número determinado de reglas, con el fin de proporcionar entretenimiento o diversión.
Lagamificación es un término que provienede game (juego en inglés). Se trata de un proceso donde se llevan a cabo dinámicas del juego, como el aprendizaje cooperativo o el aprendizaje basado en retos, para optimizar y determinar al alumnado.
Gamificar no es jugar, es aplicar las estrategias del juego a diferentes contextos, en este caso, el educativo, para beneficiarnos de las ventajas que el juego tiene en nuestro alumnado. Llevar esta dinámica a nuestras clases nos ayuda a incrementar los niveles de motivación del alumnado, y esta es una de las herramientas educativas más potentes.
La diferencia con el ABJ es que en la gamificación no se emplean juegos, sino que consiste en construir un escenario educativo fusionado con ciertos elementos del juego (reto, premios, diversión, etc.) en el que en el proceso para alcanzar su meta los sujetos van adquiriendo múltiples aprendizajes.
Por último, hay que destacar el serious game o juego serio, que es aquel que está diseñado para trabajar uno o varios conceptos específicos dentro del área (notas musicales, historia de la música, figuras rítmicas, etc.). Este tipo de juegos han ido adquiriendo gran popularidad en los últimos años y han sido adoptados por instituciones educativas y empresas, especialmente para programas de formación. Van muy unidos al ABJ.
Muchos son los beneficios que aportan este tipo de metodologías activas, y se pueden complementar unas con otras, como mejorar la motivación y el compromiso del estudiantado con el aprendizaje musical. Los juegos suelen ser divertidos y atractivos, lo que puede hacer que los estudiantes se sientan más entusiasmados por la clase y por aprender. Además, los juegos pueden ayudar a nuestro alumnado a sentirse más cómodo al tomar riesgos y cometer errores, lo que puede aumentar su confianza y su compromiso con el aprendizaje.
También aportan un desarrollo de habilidades sociales y emocionales. Los juegos pueden fomentar la colaboración y la comunicación entre los estudiantes, lo que mejora las habilidades sociales y emocionales. Además, los juegos pueden ayudar a los estudiantes a aprender a manejar el fracaso y la frustración de manera efectiva, lo que es valioso en todos los aspectos de la vida. Fomentan la creatividad y la innovación en los estudiantes, ya que los juegos pueden ser una excelente manera de introducir a los discentes nuevas formas de pensar y de resolver problemas, lo que les ayuda a desarrollar su creatividad e innovación en la música.
Todo esto también requiere una serie de desafíos; uno de los principales es la falta de recursos y tiempo para implementarlos adecuadamente. Los juegos pueden requerir una gran cantidad de tiempo y recursos para planificar y preparar, lo que puede ser difícil para el profesorado, que suele tener el currículo muy abierto y debe trabajar muchos saberes básicos. Además, algunos juegos pueden requerir equipos especializados o materiales costosos que no están disponibles en todos los centros.
Un proyecto que surgió desde el área de música
El proyecto de Aula en Juego surgió de la mano de un grupo de maestros y maestras que usaban metodologías lúdicas en sus aulas, en su mayoría docentes de educación musical. Gracias al Centro de Formación de Profesorado de Córdoba, aunaron sus conocimientos y comenzaron a trabajar elaborando recursos didácticos para utilizar en el aula. Hoy en día, cuatro años después, es una comunidad donde se comparten recursos de índole internacional referidos al juego.
Siempre se creyó en este tipo de metodologías, en la importancia de estas dinámicas. Hacen que el alumnado desarrolle por medio de la interacción un aprendizaje intrínseco basado en la propia motivación y el querer aprender con una realidad más cercana a los propios niños.
Desde la experiencia cercana en las aulas, hemos llevado a cabo recursos y herramientas tanto de manera física (print & play) como en formato digital, acercando a cada colegio un sinfín de documentos intentando abarcar todos los ámbitos, desde infantil hasta la secundaria, y aportar a todas las posibles asignaturas (lenguaje, matemáticas, ciencias, artes plásticas, música, educación física y educación en valores). Todo ello de manera altruista, ya que los recursos se pueden descargar de manera libre en nuestro blog o pidiéndolos directamente mediante correo electrónico.
Otra fase de nuestro trabajo consiste en buscar el aporte paralelo de los juegos de mesa de las editoriales que salen al mercado. En nuestro testeo, buscamos las competencias que desarrolla el propio juego, además de indagar sobre actividades paralelas que se pueden hacer anexas a las reglas que vienen impresas. Con esto facilitamos el aprendizaje y fomentamos la creatividad dentro de cada trabajo.
En definitiva, está siendo un proyecto enriquecedor, cuya experiencia nos hace crecer como docentes y cada vez son más los compañeros y compañeras que se suman y engrandecen a esta comunidad. Os animamos a llevar este tipo de metodología a vuestras clases y quedáis invitados a participar en este proyecto.
Podemos encontrar una cantidad de recursos ludificadores para el aula de música gracias a autores como @musicacontania, @elpentagraadepon, @musica.al.mon, @clavedecelia, @juguemos_jdm, @javiprofedemúsica y más autores que se suman a este proyecto para enriquecerlo aún más, y para que esta comunidad crezca y se nutra del trabajo previamente realizado.
El recurso musical que más éxito tiene —en lo que a visitas se refiere— es el de los ‘Dados rítmicos’. Se trata de un recurso para trabajar el ritmo que tiene varios niveles de dificultad, ya que en ellos se van sumando figuras y dados. En cada nivel es posible elegir el número de dados, desde el mínimo que es uno hasta un máximo de treinta y dos. Con ellos podemos hacer trabajo de discriminación visual de las figuras, realización de un ritmo mostrado (ya sea con sílabas rítmicas o con distintas formas de percusión), asociación de cada figura a una parte del cuerpo y realizar el esquema rítmico con percusión corporal, suma de pulsos totales, introducción de las figuras mostradas en distintos compases (en orden o no), composición melódica con el ritmo propuesto, incluso podemos hacer dictados rítmicos. FOTO 1
Un juego que alterna historia de la música con figuras musicales es ‘Compositoras’. Empleamos el nombre de las compositoras que ha habido a lo largo de la historia y que cada vez están teniendo más reconocimiento. Además, tenemos cinco dados con figuras musicales, y cada compositora debe conseguirse con la combinación de los dados. Las cartas están ordenadas por colores, están secuenciadas por épocas y tienen una puntuación diferente cada una para contabilizar los puntos al final de la partida. El objetivo del juego es conocer la época y a las compositoras, además de manejar ritmos y algún aliciente más. FOTO 2
Otro de los juegos que se pueden encontrar en la web, y que me ha servido para trabajar los instrumentos musicales, es el ‘Mentiroso musical’, basado en el clásico juego de cartas de baraja española ‘El mentiroso’, donde el principal objetivo es ser el primero en quedarse sin cartas en la mano. En este caso es sustituido por familias de instrumentos, de ahí la importancia de poder familiarizarse con ellas.
Proceso de creación de juegos de mesa
Tras la experiencia en las aulas, siempre existe un periodo donde se testean y se ponen a prueba los distintos materiales y juegos. Debemos tener en cuenta los saberes básicos que queremos trabajar y, a partir de ahí, podemos tener una idea original o emplear las mecánicas de otros juegos preexistentes. Puede surgir de cualquier fuente, pero siempre colocando en el centro el interés de nuestro alumnado. Se recomienda echar un primer vistazo a las redes sociales, perfiles afines o que trabajen este tipo de metodologías, o páginas web que conozcamos, ya que pueden existir este tipo de materiales.
Una vez que tenemos una idea, es hora de crear un prototipo básico del juego. Esto podría ser simplemente escribir las reglas y hacer algunas tarjetas o piezas para el juego. Para ello nos podemos valer de algunas aplicaciones o programas como Canva, Genially, Pixelmator, etc. Una vez impreso, lo mejor es ponerlo a prueba. Recomiendo que el docente pruebe el juego con amigos o personal docente afín para ver cómo funciona en la práctica. Puede haber varios ajustes en las reglas y el diseño durante este proceso.
La fase de desarrollo consiste en conocer si el juego básico funciona bien, qué elementos funcionan y cuáles no. Es la hora de buscar elementos llamativos que le den ese punto extra innovador. Esto puede incluir trabajar en las imágenes, con lo que quizá debamos buscar un profesional que se dedique a ello, buscar las piezas y otros elementos visuales, cartas, dados, troqueles, meeples, o elementos que no sean conocidos, aunque se pueda encarecer el proceso.
Una vez que ya tenemos el juego diseñado, elaborado y el prototipo rodado sin fallos notorios, es hora de producirlo. Esto puede incluir encontrar fabricantes y distribuidores. Una vez que el proceso de fabricación termina, llega el momento del lanzamiento al mercado. El diseñador debe estar atento a las críticas y comentarios de los jugadores y ajustar el juego según sea necesario. Este proceso creativo suele ser largo, pero con paciencia y dedicación se puede crear un juego de mesa exitoso y emocionante. La editorial, a través del marketing y la distribución, será la que se encargue de poder llevarlo al máximo de lugares posible.
Hasta la fecha, he conseguido terminar todo este proceso con dos juegos. Uno para trabajar los instrumentos de la orquesta y otro para trabajar las notas musicales. Aunque en la web de Aula en Juego tenemos más recursos para trabajar otros ámbitos musicales de diversos autores.
‘Amy la compositora’
Es un juego de la saga serious games CLUB A de la editorial cordobesa Átomo Games, una serie de juegos que están diseñados para trabajar en el aula las materias de lengua, matemáticas, ciencias y la música. En este caso, con ‘Amy la compositora’ jugamos con los instrumentos musicales. Es un juego colaborativo, donde tenemos que ordenar según la posición que deben llevar los músicos dentro de un escenario. En concreto obtenemos dos variantes: en un lado de la carta tenemos los instrumentos de la orquesta sinfónica y al otro lado, los instrumentos de la banda.
Es un juego donde pueden jugar de uno a seis jugadores. Amy es una compositora que quiere estrenar sus obras en un concierto, pero los músicos son ‘algo’ traviesos y se han movido del escenario. Debemos ayudar a nuestra compositora a ordenarlos para que el concierto se pueda escuchar bien. Para ello, cada jugador tiene cuatro cartas en la mano. A saber: piano, forte, agudo y grave. Esas cuatro cartas tienen flechas que nos ayudan a comprender el porqué de la posición habitual de los músicos en el escenario. Es decir, normalmente, se colocan los instrumentos agudos a la izquierda (según la directora) y los graves a la derecha. De igual modo, los instrumentos que suenan más fuerte se colocan detrás y los que suenan más piano, delante. En un máximo de cuarenta y ocho movimientos se debe colocar a los músicos como si jugáramos con un puzle móvil.
Un juego ideal para trabajar a partir de tercer ciclo y Secundaria, aunque es fácilmente adaptable al alumnado de segundo ciclo, ya que podemos utilizar este juego como un recurso que va más allá de las propias normas del juego.
‘Arcoíris musical’
El juego ha sido creado junto a mi compañero Juan Carlos Ruiz (@profejugon), uno de los mejores creadores de juegos del panorama nacional. En este caso, jugamos con el nombre de las siete notas musicales y su posición en el pentagrama. Además, nos ayudamos de los colores del arcoíris. Es una baraja de cartas dividida en dos mazos; en uno encontramos cinco escalas completas y en otro las cartas de habilidad, donde podemos tener algo de interactividad con los demás jugadores. En este segundo mazo tenemos cinco tipos de cartas, que mantendrán la interacción tanto positiva como negativa entre los jugadores.
La mecánica consiste en colocar los dos mazos bocabajo y, por turnos, ir sacando primero una del mazo de notas y colocarla en orden y, a continuación, otra del mazo de habilidad. Si es buena, nos la quedamos, y si no lo es tanto (ruido o silencio) aplicamos la interacción negativa y se la damos a otro jugador. De esta manera, quien consiga primero las siete notas musicales (sin tener ruido) será el ganador. Además, hemos utilizado este juego como herramienta para crear melodías y acompañamientos con instrumentos que también tienen colores. Se puede crear una base armónica con un conjunto de cartas y dar pie a algo de improvisación con instrumentos de placas o similares.
Otros ejemplos
No solo practico con materiales propios, sino que aprovecho los recursos y juegos que también encuentro en el mercado. Por ejemplo, para trabajar ritmo y lenguaje me valgo de ‘Tempo’ o ‘Pepinillo’; para la atención utilizo ‘Ritmo y bola’, ‘Ugha Bugha’ o la baraja ‘LADOMI’; y para el ritmo y movimiento recomiendo ‘Crazy dancig’ o ‘Tip top clap’.
En definitiva, con este tipo de metodología pretendo buscar la emoción del alumnado para poder inculcarle una motivación en su desarrollo habitual, y que busquen estrategias y paralelismos en el saber hacer de su día a día.
Antonio Hernández Gutierrez dice
hola ! me parece una propuesta muy interesante didactica, ludica que favorece y fortalese el aprendizaje del lenguaje musical . Me gustaria tener contacto y ver de que forma adquirir los juegos musicales
Redacción dice
Estimado Antonio:
Puedes ponerte en contacto con Pedro Giraldo Granados a través de su web: https://aulaenjuego.com/
Un saludo cordial,
Melómano