Lucía Martín-Maestro y Fabiana Sans son la base del grupo vocal femenino EGERIA, que en los últimos años ha inundado de música medieval las programaciones más importantes de nuestro país. Tras la publicación de su primer álbum, ‘Imperatrix Agatha’ (Lindoro, 2023), expanden su actividad a Europa y acaban de visitar México para seguir difundiendo el Ars Antiqua a un público cada vez más entregado.
Por Susana Castro
En 2018 protagonizabais la sección ‘Promesas cumplidas’ de Melómano. ¿Cómo resumís el camino de estos cinco años?
Lucía: Ha sido un camino de aprendizaje. EGERIA ha cambiado mucho y ha ido moldeándose a lo largo de los años.
Fabiana: Un proceso de construcción y de deconstrucción. Hemos utilizado ese aprendizaje para construir ideas sobre una base que se mantiene estable: hacer música del Ars Antiqua. Es muy importante llevar ese aprendizaje a otro nivel y ponernos retos para llegar más lejos.
Comparándolo con cuando empezasteis, ¿creéis que ahora hay más espacio para la música medieval en las programaciones?
Lucía: Sí y, aunque suene pretencioso, diría que algunos de esos espacios los hemos abierto nosotras. Hay muchos lugares en los que hemos sido las primeras en ofrecer un concierto de música medieval y a partir de ahí se han interesado en llevar a otros grupos. También sabemos que hay otras formaciones que se han inspirado en nosotras para trazar este camino.
Fabiana: Aunque suene feo, quizá hemos sido el conejillo de Indias de algunos lugares. Ha dado buen resultado y se han abierto puertas para la música medieval.
¿El público está cada vez más informado?
Fabiana: Sí, pero no es mérito nuestro, claro. Desde hace unos años el impulso que se le ha dado a la música antigua ha sido muy grande. Cada vez hay más grupos dedicados a la música medieval, renacentista y barroca. Aparte de nosotras, hay otras agrupaciones que aportan mucha información a través de las redes sociales, y divulgan de otra manera lo que se puede ver en los conciertos. Todo esto sumado a la difusión que hacen los medios ha provocado que se genere mayor interés por parte del público, que investiga y busca estos repertorios. Las programaciones cada vez contienen más música de este tipo; si no hubiese interés no se le daría espacio.
El grupo nació con dos objetivos muy claros: unir investigación e interpretación y dedicarse en exclusiva a la música medieval. Esto sigue siendo así después de estos años de trayectoria, aunque empezasteis por códices más conocidos y ahora estáis sacando a la luz vuestras recuperaciones.
Lucía: Empezamos como creo que debería comenzar cualquier agrupación: transitando terreno conocido. Las herramientas que poseíamos nos llevaron a trabajar repertorio hispánico que ya habían trabajado otros grupos, aunque aportando nuestro punto de vista. La música medieval es así, tienes los ingredientes, pero debes completar la receta. Toda esa experiencia nos permite ahora enfrentarnos a otros repertorios nuevos. El trabajo que más ha roto nuestros esquemas, para bien, ha sido el que hemos llevado al disco, el Tropario de Catania.
Fabiana: Nuestros objetivos se siguen manteniendo. Creo que una de las cosas que nos ha llevado hasta este punto es el hecho de tener claros los objetivos, ya que nos permite no desviarnos del camino que queremos realizar, aunque a veces sea difícil. En nosotras se aprecia un crecimiento, una evolución y un aprendizaje, pero tenemos claro que no vamos a realizar concesiones a nuestros objetivos. Para nosotras es importante no solo el hecho de recuperar música, sino también difundir la que ya ha sido descubierta. En el caso del Tropario de Catania, no hemos recuperado nada, ese material se encuentra en la Biblioteca Digital Hispánica, pero no se había tocado porque no estaba transcrito y quizá no se sabía que estaba allí.
Este 2023 ha visto la luz vuestro primer álbum, ‘Imperatrix Agatha’, publicado con Lindoro.¿Cómo ha sido el proceso de investigación?
Lucía: Encontramos esta colección revisando cuáles eran los fondos de música más antiguos que se conservaban en la Biblioteca Nacional de España. El Tropario de Catania está dentro de una colección de cuatro troparios, y la mayoría de ellos tienen repertorio único o solamente común entre ellos.
Fabiana: Siempre estamos pendientes de la información que publican algunas bibliotecas importantes. A través de la asociación Musicologie Médiévale de Francia tuvimos conocimiento de una tesis de la década de 1960 que hablaba sobre un tropario que había en la BNE y nos pusimos a investigar. Escogimos el que verdaderamente se llama Tropario de Catania dentro de esa colección. A partir de ahí revisamos cada una de las piezas y empezamos con el proceso de prueba y error.
¿Cuál es el hilo conductor del disco?
Lucía: Es conceptual. Este tropario se escribió para la Catedral de Santa Ágata de Catania (Italia). En él se recogen tropos, que para mí es el repertorio más interesante que hay vinculado al canto llano porque son cantos propios que dejan ver la esencia de cada lugar, se salen de la imposición del canto llano, es un repertorio más libre. Tomamos como idea conceptual el conjunto de la Catedral y sus capillas, aunque el eje vertebrador del disco es Santa Ágata, patrona de las mujeres.
¿Cuál ha sido la acogida del disco en concierto?
Fabiana: Maravillosa.
Lucía: La gente se queda muy sorprendida. El repertorio en concierto tiene algunas piezas más e incluimos elementos coreográficos y espaciales. Todas las piezas se interpretan unidas y da como resultado una performance medieval que al público le gusta mucho.
El componente escénico es cada vez más importante para vosotras.
Fabiana: Sí, pero siempre con coherencia y sin perder de vista que, aunque hacemos música de hace muchos siglos, no podemos alejarnos de lo que vivimos hoy en día. Este repertorio es nuevo para mucha gente y hay muchos factores que demandan algo diferente. La cuestión espacial es importante y siempre que elegimos movimientos estos deben tener relación con la música, son elementos que ayudan a entender lo que se está escuchando y los juegos vocales que planteamos.
En este disco se presentan dos voces más aparte de las vuestras, ¿quiénes son?
Lucía: En el disco nos acompañan Laia Blasco y Romina de la Fuente, que también toca la lira.
Fabiana: EGERIA ha pasado por varias formaciones: cuarteto, quinteto y sexteto. Tras la evolución de estos años hemos decidido que el cuarteto es la plantilla vocal que nos gusta y nos permite realizar el trabajo que nos interesa. Es lo que nosotras llamamos el sonido EGERIA. La base de la formación somos Lucía y yo, y en función de cada proyecto formamos las diferentes plantillas. Si en algún momento necesitamos ampliar la instrumentación solemos buscar colaboraciones, como María de Mingo o Calia Álvarez.
Actualmente residís en París, donde seguís profundizando en el estudio y práctica de la música medieval. ¿Qué encontráis en Francia que no encontráis en España?
Fabiana: La base educativa de la música medieval está en Francia, no se encuentra en España. Eso no quiere decir que no haya gente aquí que no esté capacitada para impartir música medieval en los centros educativos, al contrario, cada vez hay más personas muy bien formadas, pero de momento sigue sin haber un hueco para esta música en la formación reglada.
Lucía: Allí existen formaciones a muchos niveles, incluso especializaciones que te permiten obtener un muy alto nivel. Es una oportunidad educativa que en España de momento no se da.
Para vosotras es importante dar a conocer todo este trabajo de investigación que lleváis a cabo e impartís vuestros propios cursos de formación. ¿Qué os aporta en vuestra faceta artística la transmisión de conocimiento?
Lucía: Se me plantean otras preguntas que a lo mejor no me haría si únicamente me dedicase a interpretar. Cuando coges un manuscrito tienes que preguntarte muchas cosas para saber hacia dónde lo quieres llevar. Si ya tienes una línea de trabajo las preguntas no son tantas. Pero si lo tienes que enseñar, debes mostrar todas las opciones posibles, y eso te permite plantearte otras cosas.
Fabiana: El feedback con el alumnado es increíble. Hay cosas que te pasan desapercibidas hasta que tú misma las estás contando a otras personas. Es precioso ver que hay gente que va creciendo contigo y después va estando en tu círculo, como nos pasó con Romina de la Fuente, que primero fue alumna nuestra y ahora forma parte del grupo. ¡Ojalá vengan muchas más!
Acabáis de visitar México para ofrecer recitales y clases magistrales al alumnado del Conservatorio Nacional de Música y de la Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Lucía: Hemos ofrecido un curso de cinco días en la Facultad de Música que culminó con un concierto e impartimos una clase magistral en el Conservatorio. Esperábamos que hubiera interés, pero nos ha impactado ver que es mayor de lo que creíamos, la gente quiere venir a Europa para seguir formándose. Me ha emocionado mucho que algunas alumnas nos han dicho que se están planteando dirigir su futuro hacia la música medieval.
Fabiana: Ha sido realmente mágico. No esperábamos ni tanta asistencia ni tanto interés.
También habéis ofrecido cursos de formación online. ¿Tenéis a la vista alguna nueva convocatoria?
Lucía: Hemos impartido tres cursos que han tenido muy buena acogida, no solamente en España y Europa, en Latinoamérica también. Durante este año vamos a ofrecer dos cursos sobre monodia y polifonía profana, a partir de diciembre publicaremos toda la información.
Fabiana: La intención de los cursos online es llegar personas que no pueden estar en la misma ciudad que tú, pero en algún momento, más pronto que tarde, esperamos poder realizar formaciones presenciales como hemos hecho en México.
Tenéis entre manos un proyecto de edición de manuscritos que verá la luz en un futuro, ¿qué nos podéis adelantar?
Fabiana: Hemos detectado que la gente tiene interés en interpretar música medieval, pero no tienen las herramientas o el tiempo para realizar sus propias transcripciones. Vamos a hacer unas ediciones que permitan difundir este repertorio y ponerlo el alcance de cualquiera, aunque cada persona pueda realizar después su propia revisión.
En vuestro trabajo dais mucha importancia al hecho de sacar a la luz mujeres que han sido silenciadas a lo largo de la historia, como las figuras que rescatáis para la sección ‘Mulierum’ de Melómano. ¿De dónde viene este compromiso?
Lucía: Somos feministas y tratamos de serlo en todas las facetas de nuestra vida, siempre aprendiendo. Tratamos de ser fieles a nuestros principios.
Fabiana: Nos parece una cuestión de justicia con la historia. A nosotras en algunos momentos se nos han cerrado puertas por el hecho de ser mujeres, así que queremos reivindicar la figura de otras mujeres que han podido pasar por lo mismo. En el caso de la música medieval, como mucha música es anónima, no podemos hacerlo con compositoras, pero damos gran importancia a la figura femenina a través de las historias que contamos con la música. Alimenta nuestros principios.
¿En qué nuevos proyectos estáis trabajando?
Lucía: Estamos trabajando en la recuperación de unos manuscritos españoles de la Bibliothèque nationale de Francia. También vamos a grabar los himnos de San Isidro, de los que hicimos la recuperación por encargo del Festival Internacional de Arte Sacro de la Comunidad de Madrid (FIAS).
Fabiana: Además trabajamos en un programa sobre música en torno a las reinas medievales europeas. Vamos a seguir realizando conciertos con el programa del disco, tenemos conciertos en España y Francia en 2024, y visitaremos otros países europeos.
¿Cuáles son vuestros objetivos mirando hacia el futuro?
Fabiana: Nos gustaría conseguir el Premio Nacional de Música en unos años. Además, creo que con nuestro dinamismo y la forma en la que afrontamos nuestro camino podemos ayudar a la formación de una cantera de música medieval en España. También nos gustaría cantar en el Auditorio Nacional de Música.
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