Por Susana Castro
España está paralizada por la expansión de un virus que más pronto que tarde parece que alcanzará todos los lugares del planeta. A lo largo del mes de marzo se han tomado una gran cantidad de medidas de control en nuestro país que terminaron, el pasado 29 de marzo, por restringir todos los movimientos de la ciudadanía y las empresas, salvo que su actividad se considere esencial.
Esto repercute en millones de personas y, en el caso del sector musical, afecta tanto a trabajadores (artistas, técnicos y todo tipo de profesionales del sector) como a usuarios y espectadores, lo que demuestra que la música clásica no es, quizá, tan minoritaria como parece.
Ensayos y conciertos que se paralizan, clases en conservatorios que dejan de impartirse a miles de alumnos de manera presencial, entradas que se compraron y ahora hay que devolver, contratos que es preciso renegociar, aplazar o cancelar, reorganización de los eventos… Un sinfín de pormenores que nos mantienen en alerta permanente. Y lo que nos queda por llegar.
A fecha de hoy, 31 de marzo, festivales de primavera como Música Antigua Aranjuez o el Festival Internacional de Música y Danza Ciudad de Úbeda han manifestado su intención de aplazar sus programaciones a los meses de junio-julio o, incluso, septiembre, intentando mantener el cartel. En el caso de los festivales de verano, como MUSEG (Festival Musical de Segovia) o el Festival Internacional de Música y Danza de Granada, trabajan para poder mantener su programación y no tener que suspender sus actividades.
La Semana de Música Religiosa de Cuenca o el Festival Internacional de Arte Sacro de la Comunidad de Madrid, que deberían estarse celebrando en estos momentos, han declarado, a través de sus directores (Cristóbal Soler y Pepe Mompeán, respectivamente) su intención de aplazar la celebración de sus conciertos y mantener a todos los artistas en agenda; evitarán la cancelación a toda costa.
Sin embargo, no sabemos todavía que pasará finalmente con todos ellos ni tampoco con los artistas y trabajadores implicados en las programaciones de ópera y zarzuela de entidades como el Teatro Real (se oyen rumores de cancelación total de la temporada), el Teatro de la Zarzuela, el Gran Teatre del Liceu o el Teatro de la Maestranza de Sevilla, entre otros; o con las programaciones de las orquestas, como la RTVE (que en estos días mantiene una campaña en redes sociales para mostrar a sus músicos desde casa) o la ONE, entre otras muchas, autonómicas y privadas.
En este número de abril de Melómano, especial PDF, no hay sección de noticias, ya que la actualidad musical estos días está absolutamente paralizada; y también en todos nuestros artículos indicamos la incertidumbre de si van a celebrarse o no los distintos conciertos que comentamos. Pero decidimos que no debíamos parar; el teletrabajo es parte de nuestra filosofía desde hace muchos años.
De hecho, nuestra actividad en Melómano Digital y en nuestras redes sociales está más viva que nunca. Con una media de 70.000 visitas al mes (alcanzando 92.000 en marzo), nuestro portal de noticias no podía quedar parado. Nuestros seguidores habrán visto que tenemos dos campañas en marcha: por un lado, #ConciertosEnCasa, un proyecto que todos los días pone a disposición de los melómanos actuaciones de música clásica con grandes solistas y jóvenes promesas del Intercentros Melómano; y, por otro, #YoSoyMelómanoYoSoyCultura, una iniciativa a través de la cual queremos reivindicar el tejido musical español y mostrar, mediante vídeo-testimonios de personalidades relevantes del sector, como Josep Vicent, Manuel Hernández-Silva, Judith Jáuregui o Alfonso Carraté, director de esta revista, lo importante que es la música, y la cultura en general, para el funcionamiento de España. Pedimos que no nos dejen atrás cuando la crisis del coronavirus haya pasado. La cultura siempre sale mal parada de las crisis y no queremos que esto se repita una vez más. Recordemos que, precisamente, la música nos está acompañando a todos en este confinamiento.
Solo nos queda esperar que las medidas tomadas sean realmente efectivas y que en pocas semanas sea posible reactivar nuestras actividades con cierta normalidad. Lamentablemente, el desarrollo de los acontecimientos nos hace ser poco optimistas al respecto. Sepan las agrupaciones, festivales, concursos, orquestas, teatros, auditorios y, el sector en general, que Melómano continuará a su lado cuando la crisis sanitaria haya pasado.
Por último, queremos mandar un mensaje de apoyo a todas aquellas personas que han perdido a algún familiar en este momento tan terrible y también a todos aquellos que viven en soledad una crisis como esta. Nos sumamos todos los días a ese aplauso colectivo de agradecimiento desde los balcones.
Nos mantendremos informados.
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