El director de orquesta y divulgador Edgar Martín es positividad y buena energía en estado puro. Desde hace cuatro años, junto a la Orquesta Sinfónica Camerata Musicalis de la que es titular, acerca la música clásica a nuevos públicos con su programa divulgativo ‘Por qué es especial’. Cada primer domingo de mes el Nuevo Teatro Alcalá de Madrid se llena de familias que desean conocer las grandes obras del repertorio musical universal. Allí encuentran buen humor y un lenguaje desenfado que conecta con ellos, pero también calidad musical y un profundo trabajo artístico. En esta entrevista descubrimos por qué es especial Edgar Martín.
Por Susana Castro
¿Cuál era su objetivo principal cuando creó el espectáculo divulgativo ‘Por qué es especial’? Cuatros años después de comenzar esta andadura, ¿está contento con los resultados obtenidos?
Estoy muy contento porque el proyecto se mantiene pero, al mismo tiempo, cada vez se va haciendo más grande. En los primeros conciertos podía hablar un poco menos de la obra a interpretar pero, conforme se va generando un público, puedo profundizar mucho más en la obra, la idea es poder adentrarme musicológicamente en ella. Los programas de ‘Por qué es especial’ no salen de una gran recopilación de anécdotas, sino que el guion se define casi en el último momento, cuando la obra ya está lista para dirigir. Tengo que estudiar mucho el repertorio, con mucho tiempo de antelación para poder escribir sobre él. Toda esa profundidad es lo que expongo en ‘Por qué especial’. Así que el trabajo está siendo más profundo que inicialmente, pero sin perder el humor, explicándolo todo con palabras llanas.
Existe una línea muy delgada de equilibrio entre meterme demasiado en profundidad en la obra y que la explicación sea densa, y que el discurso sea muy liviano, un conjunto de chascarrillos sin sacar nada en claro. Sí se sacan muchas cosas en claro y estoy enseñando a disfrutar de la música clásica a las personas a las que yo quería que llegase este proyecto, aquellas que creían que no les gustaba la música clásica y ahora son nuestros abonados.
El objetivo principal está cumplido: se ha creado un público nuevo y, además, este se consolida a lo largo del tiempo.
Sí, se ha hecho un público nuevo, sobre todo ahora con la entrada en el Nuevo Teatro Alcalá, y estamos creando adeptos, pero no solo a nuestro ‘Por qué es especial’, sino gente que va más allá, la música no debe quedarse solo en el teatro. Se abren puertas para que cuando llegues a casa escuches música clásica y pongas música a tu familia y les expliques, con tus palabras, la obra de la que has disfrutado en el concierto. Esto está sucediendo.
A nivel orquestal, y teniendo en cuenta que Camerata Musicalis es ya una formación estable, ¿está orgulloso del trabajo que vienen realizando?
La evolución de la orquesta está siendo enorme. Lo que intento a la hora de programar es que la orquesta vaya creciendo, haciendo un repertorio cada vez más complejo, que no es sinónimo de tener una formación más grande, sino de que la orquesta tenga su propio sonido. Y lo estamos logrando. Estos cuatro años han permitido que formemos una plantilla estable y eso hace que se pueda trabajar mucho el sonido. Estoy muy contento con esta evolución y el nivel en el que nos encontramos. Jugamos con un hándicap, que es tocar en un teatro, con una acústica mucho más seca que un auditorio, así que tenemos que esforzarnos un poco más. Ese toque de exigencia es genial porque la propia orquesta ya se ha acostumbrado y lo pide, los músicos se exigen muchísimo. Ahora mismo, Camerata Musicalis tiene un sonido que la distingue.
¿Cómo han logrado adaptarse a la situación provocada por la crisis sanitaria?
Con doble esfuerzo, trabajando mucho más. Tocar con todas las medidas de seguridad, sobre todo con las pantallas, provoca que en la sala de ensayo tengamos una sonoridad que no se corresponde con la del teatro, así que nos tenemos que adaptar rápidamente al cambio. Lo más importante de esta temporada tan difícil es que la totalidad de los músicos y el equipo creen en el proyecto al cien por cien; están muy involucrados y esto genera una energía positiva que puede con todo. Por otro lado, tenemos unos abonados increíbles, que desde el principio se compraron los abonos para una temporada completa. Igual que los abonados protectores, que han seguido apoyándonos económicamente, pero también escribiendo, llamando, preguntando si nos pueden ayudar. También tenemos algunas instituciones que colaboran con nosotros en la medida de sus posibilidades, así como el público que mes a mes viene a nuestros conciertos. A todo esto hay que sumarle la llegada al Nuevo Teatro Alcalá, ya que la productora SOM Produce nos ha ofrecido un trato exquisito, un apoyo y un cariño increíbles. Todo ello me hace pensar que nuestro esfuerzo merece muchísimo la pena. Creo que esta fuerza y esta energía han sido las que han hecho posible que sobrevivamos mes a mes.
Además, he cuidado mucho la estrategia económica, programando repertorio con orquesta reducida y muy variado. Sabiendo que la taquilla solo puede llegar al cincuenta por ciento, necesitamos que los números cuadren, así que estamos ahorrando lo máximo posible. La temporada lleva el título de ‘El Romanticismo’ para poder programar compositores de esa época, ya que creo que estamos en un momento en el que la gente necesita que la música le llegue.
En esta temporada estoy lleno de energía, casi más que la anterior, porque estoy viendo cómo el público, los músicos y el equipo están volcados en el proyecto.
Comentaba antes el esfuerzo acústico que supone desarrollar los conciertos en un teatro pero, viéndolo desde otro punto de vista: ¿cree que el hecho de sacar la orquesta de los espacios en los que normalmente se encuentra la música clásica ha provocado que otros públicos no habituales se acerquen al proyecto?
Sí, completamente de acuerdo. De hecho, esa era la parte que más me gustaba del proyecto: irnos a un teatro porque el público de Madrid es de teatro, y el que ha ido al auditorio ya lo ha hecho porque tiene ese interés. Yo he conseguido captar la atención de ese nuevo público que tiene miedo a la palabra ‘auditorio’ y para la cual su zona de confort es el teatro. Es cierto que, al ser muy exigente en lo musical, tengo que esforzarme mucho por la acústica, pero no lo cambiaría por todo lo que estoy consiguiendo con este público nuevo que demanda música clásica.
Asimismo, el pasado 21 de marzo comenzó en el Teatro Lara su nuevo espectáculo, ‘El pequeño Mozart’. Se trata de acercar la música clásica a los niños de una forma muy divertida, ¿qué nos puede contar sobre este proyecto?
Se trata de un concierto teatralizado. ‘Por qué es especial’ es un concierto divulgativo pensado para los padres —que llevan a sus hijos y a los abuelos al espectáculo—, con un lenguaje adulto. Pero el Teatro Lara me propuso hacer algo para público infantil y surgió ‘El pequeño Mozart’. La música de Mozart es fácil de escuchar y mostrar su vida a través de sus composiciones más importantes, con un lenguaje más infantil, funciona. Al final, los niños salen a dirigir y les regalo una batuta. Estoy muy ilusionado con el proyecto porque esto me hace estar en cartel en dos de los teatros principales de Madrid al mismo tiempo, que para mí es un sueño. Estoy llevando la música clásica a los teatros de Madrid, ¡qué más se puede pedir!
Como divulgador musical tiene muchos más frentes abiertos, porque también está en televisión y en radio
Son cosas que me van proponiendo y las acepto porque, al final, supone hablar de compositores y de música clásica con mi toque personal, que también se está haciendo característico.
En el caso de la radio, estoy en Onda Madrid con David Botello, quien me ha regalado una sección en su programa ‘Esto es Otra Historia’. Trabajar con él es una maravilla, porque se aprende mucho. Yo le cuento una anécdota de la historia de la música y él me responde con alguna otra de la historia general que lo enriquece todo. En televisión, aunque ahora mismo no tengo nada estable, sí realizo diferentes colaboraciones en diversos espacios. Todo lo que sea llevar la música clásica a la zona de confort de las personas, a sus casas, es positivo. Hablar de música en un programa de historia o entrar a comentar a Wagner en un programa político es estupendo, porque de política estamos hartos y de música clásica se habla poco, es mucho más necesario para nuestra alma y nuestro ser.
Toda esta actividad se complementa con la publicación de su libro ‘Música Clásica para los que aún no saben que les gusta la Música Clásica’, de Editatum. ¿Cómo surgió esta otra faceta suya?
Editatum vino a varios conciertos de ‘Por qué es especial’ y me plantearon poner por escrito la esencia del proyecto. Hablar de cada compositor con la misma estructura: su vida muy resumida, una o dos anécdotas y recomendaciones de escucha. Así, lo serio va más rápido, porque es información que si interesa es más accesible a través de internet o los libros; las anécdotas son más difíciles de encontrar y suscitan mucho interés; e incluimos unas pildoritas musicales. En la introducción del libro explico cuál es la idea: el libro es como un cerezo, tú puedes coger una cereza y comértela un día y que después pasen varios días hasta que te comas la siguiente; no se trata de pegarse un atracón de lectura, sino de que disfrutes con la música de cada compositor, que te suscita interés a través de su vida y su correspondiente anécdota. El objetivo sigue siendo el mismo: que después de mi intervención el público se quede con el gusanillo de seguir descubriendo más música.
El director y divulgador reparte su tiempo también con el pedagogo. Ahora mismo imparte docencia tanto en el Centro Superior Progreso Musical como a través del Instituto de Música Online, ¿cómo desarrolla estas actividades?
Siempre me ha gustado enseñar, es algo que va dentro de mí, y creo que está tanto en ‘Por qué es especial’ como en ‘El pequeño Mozart’, y en todos los proyectos que llevo a cabo. Se trata de poder dar a los demás, me encanta hacerlo. Estoy muy contento con cómo me enseñaron a mí dirección de orquesta, esta es una profesión muy difícil, y me gusta compartirlo. En Progreso Musical las clases son presenciales y en el Instituto de Música Online los materiales están grabados e imparto dos cursos, uno de análisis musical y otro de dirección orquestal, que se completan con tutorías individuales por videollamada. Estoy muy apasionado con este proyecto porque tengo muchos alumnos y está funcionando muy bien, es otra manera de hacer las cosas porque creo que es importante dar pequeñas nociones a todo tipo de personas, no tienen por qué ser directores de orquesta profesionales. Hay muchos profesores de colegio que, por ejemplo, quieren montar una orquesta o un coro y necesitan herramientas para poder enfrentarse a pequeñas agrupaciones.
¿Las tres facetas que usted desarrolla son imprescindibles en su vida o hay algo que podría dejar de lado en un momento determinado?
Quizá podría dejar de lado la de pedagogo, pero no estoy tan seguro. Lo que sí es fundamental en mi vida es ser director de orquesta porque en esta faceta se aúnan mis dos pilares: la introversión, cuando me enfrento al estudio de la partitura; y el darme a los demás, al enseñársela a los profesores de la orquesta y después al público. Esto se complementa muy bien con la divulgación, porque no solamente tengo que explicar la obra de manera muy técnica a los músicos, sino que tengo que llevarla a un nivel más llano para contársela al público como si estuviésemos tomando un café entre amigos. Los conciertos en los que en la primera parte explico y después dirijo hacen que las dos facetas se complementen, y esa es mi pasión.
Pensando en el futuro, ¿qué objetivos se ha marcado usted, tanto como director como con Camerata Musicalis?
Como director, me gustaría ser invitado a las temporadas de otras orquestas para poder trabajar con los grandísimos profesionales que hay en España. Con respecto a la orquesta, el cambio de ubicación al Nuevo Teatro Alcalá ha supuesto un nuevo reto para nosotros y nos ha revelado nuevas posibilidades de expansión. La temporada que viene uno de los objetivos es tener más conciertos, al margen de nuestra temporada estable, de forma que se pueda valorar también el trabajo musical que estamos realizando porque la orquesta está ofreciendo un nivel musical muy alto. Me gustaría que el nombre de Camerata Musicalis se reconociera como una de las grandes orquestas en activo de nuestro país. En nuestro caso, divulgación y calidad musical van de la mano, y no se entienden la una sin la otra.
¿Cuáles son sus próximos compromisos?
Hemos renovado ‘Por qué es especial’ por una quinta temporada, en el Nuevo Teatro Alcalá, y creo que va a ser apasionante, las cosas deberían ir ya mejor para todos. Trabajaremos con artistas y colaboradores muy interesantes. Además, esta temporada estamos haciendo un pequeño ciclo para presentar compositores vivos al público —de momento hemos tenido a Fernando Lázaro y Juan Antonio Simarro— y queremos continuar el próximo año porque está funcionando muy bien.
Se presenta un muy buen final de temporada estando en dos teatros en Madrid, pero también se vislumbran nuevos proyectos y colaboraciones con otras orquestas para la próxima temporada; están sobre la mesa y todavía no se pueden contar, pero ojalá salga todo adelante.
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