La OBC estará este fin de semana acompañada por el violinista Daniel Hope y la directora Anja Bihlmaier, e interpretará el ‘Concierto para violín’ de Weinberg y la ‘Sinfonía núm. 4’ de Schumann
Daniel Hope es uno de los violinistas más brillantes y prestigiosos de la actualidad. Cuenta con una extensa carrera vinculada a un gran repertorio, pero con una predilección por el siglo XX. El sudafricano volverá este fin de semana ante la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña. Con ella, interpretará el Concierto para violín de Mieczyslaw Weinberg.
En este evento, la directora alemana Anja Bihlmaier estará en el podio, debutando en L’Auditori de Barcelona. Se trata de la tercera de las cinco batutas femeninas que visitarán la OBC en su Temporada de Primavera.
Actualmente, Bihlmaier es la principal directora invitada de la Orquesta Sinfónica de Lahti. A partir de agosto, asumirá el cargo de directora principal de la Residentie Orkest, en La Halla. Con este nombramiento, se convertirá en la primera directora principal de la Residente Orkest. Será, igualmente, la segunda mujer en llegar a esta posición de todas las orquestas holandesas.
Mieczyslaw Weinberg y su Concierto para violín
En relación al Concierto de Weinberg que interpretará Daniel Hope, destaca el creciente interés actual por este compositor desconocido. Weinberg vivió gran parte de su vida en el ostracismo, fustigado por razones políticas y étnicas. Era de origen modesto, polaco y judío en la Unión Soviética. Por ello, sufrió antisemitismo y las purgas estalinistas contra los artistas considerados ‘contrarios al régimen’.
El compositor nunca escuchó su Concierto para violín y cuerdas, op. 42. Fue compuesto en 1948, pero no se estrenó hasta 1999, en Moscú. Por vez primera, se grabó en 2007 por la Sinfonietta de Amsterdam.
La obra se caracteriza por una estructura sencilla y lírica, influida por la amenaza de cualquier indicio de formalismo o experimentación. Juega entre la jovialidad y la tragedia, entre la ironía y la severidad. Weinberg es, sin duda, uno de los grandes compositores soviéticos y se merece su lugar al lado de Shostakóvich o Prokofiev.
Sinfonía núm. 4 de Schumann
El programa se completará con la Sinfonía núm. 4 de Schumann, una de sus más valiosas aportaciones. Se trata de uno de los primeros casos, en la historia de la música, de revisión y transformación profunda de una sinfonía. La obra fue compuesta y estrenada en 1841. Diez años después, Schumann la reorquestó, haciéndola significativamente más ligera. Su estructura también cambio: suprimió diversos fragmentos y agregó otros tantos.
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