
El compositor, artista digital y músico multidisciplinar Pere Vicalet nos presenta Peak in Tanz, una propuesta original y diferente para orquesta, DJ y percusión solista. Estrenada en la II Gala de Solistas de la Orquesta Sinfónica y Coro RTVE celebrada en junio de 2022, dialoga con diversos tipos de música como la contemporánea, la electrónica y la música popular urbana. Todo ello en una obra rica en texturas orquestales y también con diversos gestos de humor.
Por Joan Gómez Alemany
¿En la Orquesta RTVE hay un OVNI (objeto vivo no identificado)?
El 19 de junio de 2022 la Orquesta Sinfónica RTVE estrenó una obra nada habitual en las grandes formaciones sinfónicas. Casi por ello se podría afirmar que acometió un experimento infrecuente. Pero ¡que no cunda el pánico! ¡Podemos afirmar que fue todo un éxito! Y, por eso mismo, nunca es tarde para comentar y analizar este ‘suceso paranormal’. Nos referimos al estreno de una composición titulada Peak in Tanz, dirigida por Isabel Rubio, con los solistas Raúl Benavent (percusión) y Pere Vicalet (DJ y artista digital), quien además es el compositor de esta obra.
Pero ¿qué tiene de particular esta creación? Si comparamos esta obra con las otras que se interpretaron en el mismo concierto, enseguida se sabrá qué es lo que destaca en ella. La primera obra del concierto que se celebró en el Teatro Monumental de Madrid fue Peak in Tanz, a la que luego le sucedieron fragmentos de las óperas Don Giovanni y Las bodas de Fígaro de Mozart y, para terminar, el Concierto para violín y oboe en Do menor BWV 1060 de Bach.
Que todas estas obras fuesen escritas en el siglo XVIII y la de Vicalet sea la única de un compositor vivo es algo llamativo, pero ni mucho menos lo más destacado. En primer lugar, se puede resaltar que la obra introduce como instrumento solista a un ordenador controlando una mesa de sonido tipo Disc-Jockey (DJ). Esto, a su vez, provoca la introducción de música electrónica de estética contemporánea y experimental y, al mismo tiempo, la que suele denominarse música popular urbana (por ejemplo, la que se escucha en la discoteca).
Todos estos factores juntos, y en relación recíproca, nos demuestran que en las programaciones de las reconocidas orquestas de España prácticamente están ausentes este tipo de propuestas difícilmente identificables. Sin duda el planteamiento de una obra así no es nada fácil, es arriesgado e, incluso para muchos, considerablemente peligroso. Pero con coraje y valentía puede resultar ser una composición experimental e innovadora o, por contra, una broma incluso banal, si la obra se basa en ideas superficiales. A esta última opción no pertenece Peak in Tanz, sino a la anterior, porquela composiciónconsigue ser una pieza interesante propia de la música contemporánea más reciente. Con su lograda técnica y lógica estructural nos hace reflexionar sobre muchos temas, abriendo la mente del oyente.
Pere Vicalet, un nuevo perfil de músico multidisciplinar
El compositor valenciano Pere Vicalet se dedica a algo más que a componer, porque también es artista digital, DJ, músico electrónico, director de orquesta y banda, gestor cultural y catedrático de Tecnología Musical en el Conservatori Superior de Música ‘Joaquín Rodrigo’ de València.
Se podría objetar que todo el mundo sabe hacer varias cosas a la vez. Sin duda es cierto, pero no todo el mundo sabe hacer muchas cosas igual de bien. No es suficiente con ser una persona curiosa, la clave está en tener una buena formación y en saber trazar puentes entre diversas actividades que tienen relación entre sí. Eso es lo que hace Pere Vicalet, quien, desde su sólida formación académica, no ha reducido su perfil a unas pocas actividades, por ejemplo, ser compositor y director (que es bastante habitual), sino que ha preferido compaginar varias, incluso a riesgo de confundir a su público.
Esto lo puede realizar no solo con una frenética actividad (que los que lo conocen saben perfectamente), sino también porque los campos en donde se mueve principalmente tienen dos puntos comunes: el sonido y la tecnología. Incluso hoy en día se podría reducir a uno solo: la realidad digital. Por ello, Vicalet firma como artista digital, ello quiere decir que, gracias a sus conocimientos informáticos, puede realizar planteamientos artísticos desde música electrónica con ordenador hasta realidades virtuales y plásticas que se proyectan en forma de vídeo, conocer las herramientas de grabación y edición del sonido, etc.
Además, para algunos creadores actuales, la composición dista mucho de ser únicamente una actividad que se realiza con un lápiz, papel y piano. Para Vicalet, la tecnología abarca todo y sus múltiples usos son parte de la creación.
Música experimental, popular y sinfónica
Una vez definidos el contexto general de la obra y el artista, es momento de analizar su pieza. Comencemos por que el propio Pere nos aporte alguna característica de Peak in Tanz. En una entrevista que le realizamos en septiembre de 2022 para la Revista Sul Ponticello, nos contaba sobre su obra: ‘el peak puede derivar en beat, además de glitch en lo electrónico o incluso en scratch, aludiendo incluso a los clicks que produce el desgarro de la aguja en un plato tocadiscos, los cuales, a su vez, devienen en pasajes de granulación. Consecuentemente, tanto desde lo acústico como desde lo electrónico, hay varias simbiosis que interactúan al mismo tiempo interrelacionándose y constituyendo un esqueleto estructural y formal complejo’.
En este párrafo tenemos muchas claves de Peak in Tanz,que se podría traducir como ‘el pico en danza’. En concreto, y metafóricamente, la obra explora un conjunto de sonidos ocasionados por ‘ruidos y errores tecnológicos’, como pueden ser el peak (un pico agudo), el glitch (un fallo o distorsión), el scratch (rascadura o deslizamiento), que a veces se representan mediante una secuencia de beats (batidos) en loop (en bucle). Dicho de manera general, esta sería la sonoridad experimental o noise (música ruidista) que realizaría como solista Pere Vicalet con su ordenador y otros dispositivos.
La electrónica al mismo tiempo se conectaría con lo acústico mediante el percusionista solista Raúl Benavent. Su set-up se compone de diversos instrumentos caracterizados principalmente por la sonoridad del metal (próxima al sonido artificial de la electrónica y con una potencia muy directa y fuerte), como son un cubo, un bol, una gran plancha y platos de percusión. Además, el set-up algo ‘callejero’ y los ritmos que realiza se emparentan con diversos tipos de música popular. Estos instrumentos, a su vez, están amplificados por medio de micrófonos que Vicalet con su ordenador manipula en tiempo real. Benavent sería como un médium entre el sonido exclusivamente acústico de la orquesta y la electrónica que realiza Vicalet.
La orquesta simbolizaría otra sonoridad más clásica, donde podemos escuchar reconocibles melodías derivadas de la música popular, así como también varios recursos de las llamadas técnicas extendidas, muy asociadas a la música contemporánea y de vanguardia. Además, la orquesta se relaciona con la forma del concierto, ya que en Peak in Tanz hay una cadencia libre, en donde los solistas realizan diversos gestos improvisados (y casi danzando, como nos recuerda el título), mediante los movimientos de sus brazos, que son captados por sensores para producir música electrónica. Esto tiene un cierto aspecto cómico, algo que la composición también potencia al incluir gestos tan llamativos como que el percusionista ‘choque un plato’ con la directora o que hacia el final se lancen pelotas sonoras al suelo a modo de múltiples peaks.
La orquesta y la música actual: ¿originalidad, innovación, riesgo o banalización?
Resulta imposible en la brevedad de este texto profundizar en cómo la orquesta ha evolucionado incorporando la música más reciente y alejándose de su sinfonismo más antiguo y decimonónico. Hay una gran variedad de propuestas (no todas igual de interesantes), como que la orquesta interprete música contemporánea y de vanguardia, música de cine, de consumo, entertainment,etc. Si la orquesta puede asociarse con la música clásica más culta e incluso sacra, en los últimos tiempos tampoco ha faltado su degeneración banal, para atraer un público facilón y conseguir beneficios rápidos. Hay músicas de todo tipo, para situaciones muy diversas y para muchos espacios diferentes. La cuestión es si en un mundo líquido donde los ídolos y dogmas han caído (para bien y/o para mal), eso significa necesariamente un todo vale (asociado muchas veces a un atrapo todo el dinero que puedas). ¿Acaso la música artística tiene sus límites y normas, como la música más popular o de consumo las suyas? ¿Existen claras diferencias antagónicas e irreconciliables entre ellas? Para tenerlas presentes se apuntan preguntas muy complejas que directamente no se responden (incluso tal vez no se pueda).
En Peak in Tanz hay una buena síntesis, en la que prevalecen muchas músicas diversas todas bien trabajadas y con su propio significado. Además, se puede escuchar una gran riqueza de texturas, resaltando que la obra de Vicalet no cae en simplismos y demuestra su destreza artística y calidad compositiva. Algo que no es habitual cuando los compositores buscan traer a la orquesta elementos de la sociedad de consumo, con su fácil lenguaje publicitario. En las últimas décadas, justamente por su cada vez mayor presencia en nuestras vidas, ha habido numerosos creadores que han tratado en su música estos temas de una u otra manera. Por ejemplo, Ryoji Ikeda es muy reconocido por su trabajo glitch tanto en lo sonoro como en lo visual. Jorge Sánchez-Chiong realiza una música muy interesante donde él mismo toca de manera original el DJ junto a ensembles especializados en música de vanguardia o contemporánea. También realizan esto, pero con sintetizadores, Pablo Carrascosa, Luis Codera Puzo o Martí Guillem. Además, también hay experiencias algo banales que fusionan la música contemporánea con videojuegos, es el caso de algunas obras de Marko Ciciliani que, por la manera en que las elabora, resultan ser un producto superficial de muy baja estofa. Algo parecido les ocurre a otros muy famosos (pero no por ello muy interesante) trabajos de Johannes Kreidler, Simon Steen-Andersen, e incluso un compositor muy diferente a ellos, como es Thomas Adès.
Conclusiones: ¿debería ser la música del pasado lejano un OVNI en las orquestas?
Si se empezaba este texto sugiriendo que Peak in Tanz era como una especie de OVNI (objeto vivo no identificado), por ser algo ‘paranormal’ dentro de las orquestas sinfónicas de España, ¿se podría realizar una inversión, pudiendo existir en nuestras orquestas una programación habitual de compositores vivos o recientes, y la música del pasado lejano ser algo infrecuente? La respuesta es más que obvia, ahora mismo esto es una utopía… Pero para que lo imposible se haga posible, primero ha de concebirse para luego materializarse en su realización.
No hay que desdeñar tampoco las obras maestras del pasado, que son parte de nuestra cultura y de las que siempre hay mucho que aprender. Pero tampoco se debería desdeñar la creación viva y contemporánea, más original y arriesgada. Algo que sí que ocurre (casi sistemáticamente) en la mayoría de las orquestas. Que ella sea una excepción a la regla y por eso (desgraciadamente) se haya de caracterizar como de infrecuente, no es algo que debería enorgullecernos. Porque demuestra en aquellos que se resisten a evolucionar una gran falta de curiosidad, originalidad o simplemente de disfrutar de lo propio de nuestro tiempo. Refugiarse en paraísos perdidos, cómodos, fáciles y previsibles podría ser una opción de tanto en tanto, pero nunca la regla.
La tecnología más compleja y reciente sigue avanzando en todos nuestros campos de la realidad, y la sociedad en general se ha adaptado bien. Por eso disfrutar de la creación cultural más comprometida que no se contenta con el barniz superficial de la moda no debería suponer un grandísimo esfuerzo.
La música de nuestro presente ha de quitar el polvo de las anquilosadas instituciones musicales, que repiten y repiten una música de otra época muy pasada. Hay que legar y difundir nuestro patrimonio artístico, pero ello nunca a cambio de renunciar a la creación de uno nuevo.
En conclusión, Peak in Tanz de Pere Vicalet, es en España, sin duda, una de las apuestas pioneras más interesantes y únicas que nos hacen reflexionar sobre todos estos temas y muchos más.
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