Navarra, de Albéniz
La Procesión del Rocío y La oración del torero, de Turina
Orquesta Nacional de España
Director: Ataúlfo Argenta
BMG RCA WD 71984
Ataúlfo Argenta es, sin duda, un director legendario.
Recuperar su figura y su legado, dentro y fuera de nuestro país, es tanto un homenaje al maestro como un servicio que merecen las nuevas generaciones de melómanos.
La leyenda de Argenta nació al mismo tiempo que su decisión de coger una batuta, incluso aquellos que habían seguido su carrera como concertista de piano y que reconocían en él a un gran músico confiesan que sólo apreciaron la medida de su talento cuando le vieron ante una orquesta por primera vez: había nacido para eso.
No le vi dirigir (sólo en una película, de un minuto de duración, durante un ensayo en Granada) pero sí he recogido multitud de testimonios de aquellos que le vieron. Son siempre declaraciones apasionadas que hablan de fuerza, de intensidad, de magia… muchas de esas emociones se aprecian en sus discos.
Argenta empezó a grabar, con la Orquesta de Cámara de Madrid que él había fundado, hacia mediados de los años cuarenta, de modo que toda su discografía se produjo en poco más de diez años.
Cerca de sesenta discos de zarzuela, el Concierto de Aranjuez de Rodrigo (con Yepes); las Noches en los jardines de España (con Gonzalo Soriano), El sombrero de tres picos, El Retablo de Maese Pedro, el Concerto y El amor brujo, de Falla; las Danzas fantásticas y la Sinfonía Sevillana de Turina; Goyescas de Granados, la Sinfonietta de Ernesto Halffter, el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías de Ohana, Cantos Canarios de Teobaldo Power, dos discos con homenajes a Bretón y Chapí, España de Chabrier, Capricho español de Rimsky-Korsakov, Danzas españolas de Moszkowsky, Iberia de Debussy, la Sinfonía fantástica de Berlioz, los Conciertos para piano de Liszt (con Katchen) la Sinfonía nº 4 y el Concierto de violín de Tchaikowsky (con Campoli), la Sinfonía nº 9 de Schubert…
A esta relación, que no es exhaustiva, habría que añadir las grabaciones procedentes de emisoras de radio y, naturalmente, el magnífico disco que protagoniza esta página y que recoge las preciosas Diez melodías vascas de Jesús Guridi, compositor al que apenas se tiene en cuenta desde el punto de vista discográfico, dos de las más populares obras de Turina y «Navarra» de Albéniz. Por otra parte, cabe reprochar a este disco la carencia absoluta de información, que debería subsanarse en posteriores ediciones.
Quizá este mes el título de la sección debería ser Busque estos discos, busque los discos de un director admirado por Celibidache, por Charles Dutoit, por Harnoncourt, por Teresa Berganza, por Victoria de los Angeles, por Narciso Yepes y por tantos buenos aficionados para quienes aún está vivo.
De no haber muerto el 21 de enero de 1958, Ataúlfo Argenta habría grabado tres meses después las Sinfonías de Brahms con la Filarmónica de Viena y ese mismo año, con la Filarmónica de Israel, las Sinfonías de Beethoven.
Tómese este último dato como una curiosidad y no una lamentación y disfrutemos de las grabaciones de Argenta que sí tenemos a nuestro alcance.